Mariola Báez
Medicina general
Quiste hepático en mayores: una patología que asusta aunque, en principio, no entraña riesgo
Existen grandes diferencias en cuanto a evolución y posibles tratamientos entre un quiste y un tumor
La Fundación Española del Aparato Digestivo (@saludigestivo) aclara conceptos señalando que un quiste es una lesión generalmente en forma de cavidad o “bolsa”, que presenta alguna sustancia líquida o semisólida en su interior. Puede aparecer en órganos diversos como el páncreas, los ovarios, el riñón... cuando lo hace en el hígado, se denomina quiste hepático. En origen no tiene que ver con un tumor que como explica la Clinica Mayo (@ClinicaMayo) se presenta como una masa anormal del porpio tejido, como una "hinchazón" (fruto de la alteración celular).
Generalmente, los quistes hepáticos no presentan sintomatología y son descubiertos, en muchos casos, de forma casual, al realizar una prueba diagnóstica, como una ecografía o un TAC, con el objetivo de descartar o confirmar alguna enfermedad hepática.
¿Qué tratamiento requiere un quiste hepático?
Es importante señalar que existen distintos tipos de quistes hepáticos. La mayoría son quistes simples, lesiones de carácter benigno y de pequeños tamaño. Tienen un mayor índice de prevalencia en mujeres y no suelen requerir tratamiento alguno, aunque sí un seguimiento que confirme que la lesión no experimenta variaciones.
En otras ocasiones, menos frecuentes, el quiste puede tener un tamaño considerable, superando los 5 cm, en cuyo caso sí puede provocar algunas molestias abdominales o incluso problemas digestivos si su volumen llegar a ejercer algún tipo de presión sobre otro órgano cercano al hígado o incluso sobre la vena Porta.
Cuando se detecta la presencia de cuatro o más quistes, se habla de Enfermedad Poliquística. Cuando esto ocurre, es frecuente que la persona que los presenta también los haya desarrollado en otros órganos, principalmente el riñón. Se trata de una patología poco frecuente y de carácter hereditario.
Por último, los quistes hepáticos también pueden surgir a consecuencia de la presencia en el organismo de un parásito (Echinococcus glanulosos). Estos son los llamados quistes hidatídicos que pueden requerir tratamiento farmacológico específico, incluso quirúrgico.
En cualquier caso, hay que insistir en que quiste no es sinónimo de tumor. Siempre dependiendo del diagnóstico que realice el especialista, un quiste hepático simple y de pequeño tamaño no va a requerir tratamiento, aunque sí un seguimiento que confirme su estabilidad, vigilando especialmente un posible crecimiento progresivo que sí podría hacer necesario la administración de algún medicamento específico, o llevar a cabo una intervención quirúrgica.