Teresa Rey
Medicina preventiva
Cómo identificar un accidente isquémico transitorio
Su duración es de unos minutos y presenta los mismos síntomas que un accidente cerebrovascular
Un accidente isquémico transitorio se produce cuando el cerebro sufre una alteración debido a que no ha recibido el flujo sanguíneo adecuado por algún bloqueo durante un periodo de tiempo breve, de unos minutos y siempre menor de una hora. Las causas y los síntomas son los mismos que los de un accidente cerebrovascular solo que en este caso el daño cerebral es permanente, algo que no sucede cuando es transitorio. El riesgo de sufrirlo se incrementa con la edad, en especial aproximadamente a partir de los 55 años.
La ateroesclerosis
Las personas que han sufrido un accidente isquémico transitorio tienen más probabilidades de padecer más adelante un episodio más grave como lo es el accidente cerebrovascular. Los dos se producen a consecuencia de la ateroesclerosis, es decir la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias en las arterias. A consecuencia de esta se generan trombos sanguíneos o acúmulos de grasa en el corazón o las propias arterias, que con el tiempo pueden desprenderse de modo que viajan por el torrente sanguíneo situándose en una arteria del cuello principalmente, de modo que este no llega adecuadamente al cerebro ya que lo bloquean.
Su duración es variable, pero ronda entre los dos y los 30 minutos. De hecho, en un mismo día se pueden sufrir varios o repetirse dos o tres en varios años. Los síntomas son iguales que los de una accidente cerebrovascular, así que aparecen de forma repentina y van evolucionando rápidamente.
Síntomas y opciones de tratamiento
Dependiendo de las arterias afectadas las manifestaciones varían. Puede aparecer ceguera en un ojo, no poder mirar a un mismo lado con los dos ojos, sensación extrema de debilidad o parálisis en un brazo o pierna o en un lado del cuerpo o ambos, mareos, vértigos, dificultad para hablar, falta de coordinación o pérdida de consciencia, entre otros.
El tratamiento se centrará, una vez averiguada la causa que ha provocado este trastorno, en tratar de revertirla para que no se produzca un accidente cerebrovascular y prevenir esta posibilidad que es muy alta en estas personas. Se pueden recetar medicamentos para prevenir la formación de coágulos o recomendar una angioplastia carotídea que se basa en la colocación de un stent en una arteria del cuello o una endarterectomía carotídea, que consiste en limpiar las arterias carótidas de grasas.