Salud

Los mejores médicos de España, según Forbes, analizan las posibles secuelas del Covid-19

65ymás

Sábado 19 de diciembre de 2020

ACTUALIZADO : Sábado 19 de diciembre de 2020 a las 16:05 H

12 minutos

Entre ellas, secuelas respiratorias, en el sistema cardiovascular o en la salud mental

Secuelas coronavirus
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Sábado 19 de diciembre de 2020

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Los progresos en la investigación de vacunas que inmunicen contra el Covid-19 y en tratamientos que atenúen sus efectos sobre la salud permiten vislumbrar un futuro esperanzador pero todavía hay que estudiar y hacer seguimiento de las secuelas que puede dejar en personas que la han padecido. Algunos de los mejores médicos de España, según la lista de Forbes, analizan la huella que la nueva enfermedad puede dejar, informa Servimedia.

El neumólogo José María Echave-Sustaeta, del Hospital La Luz, indica que si bien todavía es pronto para conocer cuáles serán las secuelas a largo plazo de los pacientes que hayan padecido una neumonía por Covid-19, "la información disponible hasta el momento sugiere que la incidencia de secuelas respiratorias relevantes no será demasiado elevada, y probablemente se limite a aquellos pacientes que hayan padecido las formas más graves de neumonía Covid-19".

Este experto considera que esta enfermedad "ha supuesto un reforzamiento del papel de la neumología y el neumólogo en la atención del paciente respiratorio agudo grave y en su seguimiento después del alta. Ha ampliado el conocimiento de la neumología y el neumólogo en la población general y su valoración por el resto de los especialistas".

Junto a las afecciones pulmonares, las coronarias están entre las más relevantes de las producidas por el coronavirus. El doctor José Ángel Cabrera, del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, dice que desde los primeros casos descritos de pacientes infectados por SARS-Cov-2 se han puesto de manifiesto implicaciones relevantes de la enfermedad en el sistema cardiovascular.

"La afectación por Covid-19", relata, "puede producir isquemia miocárdica por alteración en la oferta-demanda de oxígeno por insuficiencia respiratoria con marcada hipoxia, defecto de perfusión a nivel microvascular con eventual falta de permeabilidad vascular con vasoespasmo y estrés de pared endotelial con aumento del flujo coronario y rotura de la placa arteriosclerótica".

Todo ello provoca un elevado riesgo para desarrollar un síndrome coronario, "así como un infarto agudo de miocardio tipo 2. Menos frecuente, o al menos con menor conocimiento en el momento actual, es el efecto directo del virus sobre el corazón".

La pandemia ha tenido un impacto relevante en estos pacientes, ya que ha sido muy significativo el descenso en el número de urgencias cardiovasculares en los hospitales españoles durante los días de confinamiento. Este experto indica que "todo esto ha generado un elevado número de infartos evolucionados en las semanas posteriores a la primera oleada con una afectación mucho más importante del corazón y que se asocian claramente a complicaciones agudas, o a medio o a largo plazo. Es importante remarcar que cada minuto cuenta, pues el retraso en el tratamiento del infarto conlleva un aumento de la morbi-mortalidad".

Respecto a efecto o secuelas que se pueden detectar en los próximos meses, sostiene que la infección por coronavirus "puede predisponer a fenómenos protrombóticos en la circulación arterial y venosa debido un cuadro inflamatorio grave, activación de las plaquetas, disfunción endotelial y estasis sanguíneo".

Otra especialidad que ha tenido un papel protagonista durante la pandemia ha sido la anestesiología. El doctor José Luis de la Calle Reviriego, jefe de la Unidad para el Estudio y Tratamiento del Dolor del Hospital Universitario Ramón y Cajal, manifiesta que estos profesionales han desempeñado "un papel esencial en la atención de los pacientes críticos afectados por la Covid-19. Los servicios se han volcado en el tratamiento de este perfil de pacientes, y han colaborado en la reorganización, planificación y asistencia de la actividad quirúrgica".

Estas acciones se han desarrollado en colaboración con otras especialidades. En su hospital se creó el Servicio MacroCovid, dirigido por el doctor Jaime Masjuan, jefe del servicio de Neurológia, que ha diseñado una estructura de grupos multidisciplinares para la atención de los pacientes afectados por la Covid-19.

La enfermedad también ha tenido un impacto muy notable en Medicina Interna y Urgencias. El doctor Ángel Charte, Hospital Universitari Dexeus, recuerda que durante el primer brote las consultas a urgencias "eran casi única y exclusivamente por infección de Covid-19", mientras que en el segundo ha coexistido con las patologías habituales de urgencias. "Nos extrañó mucho que durante la primera ola 'desapareció' prácticamente toda aquella patología que no fuera Covid. En la asistencia en urgencias era poco frecuente que acudieran otras patologías. En esta segunda, la asistencia médica ya comparte la patología 'habitual'".

"La experiencia acumulada en estos meses", agrega, "supone un mayor conocimiento de la enfermedad lo que nos permite detectar rápidamente pacientes con probable mala evolución y diferenciar formas leves de los que precisan hospitalización. La disponibilidad de PCR pero también de test antigénico y serología ha sido, sin duda, de una gran ayuda diagnóstica y de manejo".

Otra de las pruebas que ha jugado un papel determinante ha sido el diagnóstico por la imagen. El doctor Juan Álvarez-Linera Prado, del Hospital Ruber Internacional, reseña que, "sin duda, las imágenes radiológicas de la afectación pulmonar han sido muy características en esta patología y nos han permitido diferenciarlas de otras formas de neumonía, sobre todo en estadios precoces".

Ese experto está convencido que la pandemia ha puesto en marcha, y se seguirá utilizando, la teleradiología y también las sesiones clínicas por videoconferencia. "Hemos aprendido que lo inesperado puede ocurrir y que hay que invertir en planes de contingencia. A colaborar y a valorar más el trabajo de equipo tanto con otros médicos como con el resto de personal sanitario".

Lo cierto es que la nueva enfermedad ha afectado a pacientes con enfermedades muy diversas. Los alérgicos no han sido una excepción. El doctor Pedro Gamboa Setién, del Hospital de Cruces, explica que "existen datos discrepantes dependiendo de la raza y países pero en algunos países asiáticos los pacientes con enfermedades alérgicas previas presentaban formas más frecuentes y graves de infección por este virus".

En otros países, sin embargo, "no se ha detectado un mayor riesgo de infección, incluso en algunas series se detecta un factor protector de la patología alérgica sobre las formas graves de esta enfermedad. De hecho, los pacientes con asmas bronquiales no alérgicos sí presentan un mayor riesgo de complicaciones y formas graves por el SARS-Cov2 comparados con aquellos pacientes con asma bronquial alérgico que no presentan este mayor riesgo o incluso menor que la población general".

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De izquierda a derecha: Dra. Llamas, Dr. Charte, Dr. Echave-Sustaeta, Dr. García-Foncillas, Dr. Arroyo, Dr. Argente, Dra. Martín, Dr. De la Calle, Dr. Vieta, Dr. Álvarez-Linera, Dr. Cabrera y Dr. Gamboa

Telemedicina

El nuevo coronavirus ha acelerado la implantación de procesos que emergían como la telemedicina pero también ha puesto de relieve la importancia de áreas que, pese a su relevancia, probablemente no se les asignaba el papel protagonista que deben tener, como la medicina preventiva y la salud pública.

La doctora María Dolores Martín Ríos, jefa del Departamento de Medicina Preventiva del Hospital Universitario General de Villalba, expone que esta especialidad "ha sido la gran desconocida, incluso entre el propio colectivo médico".

Destaca que esta especialidad ha desempeñado un papel clave en el manejo de la nueva enfermedad, "en la asesoría técnica en todos los ámbitos (sanitarios, sociosanitarios, colegios, etc.), así como en la comunicación de la información y en la formación a otros profesionales. Con nuestra participación en grupos multidisciplinares, así como en equipos de investigación, hemos contribuido a generar conocimiento para el control del SARS-CoV-2".

Conocimiento que se ha generado en todas las unidades, también en Hematología. La doctora Pilar Llamas Sillero, jefa del Departamento de Hematología de la Fundación Jiménez Díaz, dice que la manifestación trombótica más frecuente en pacientes con Covid-19 es el tromboembolismo pulmonar y se ha visto una mayor incidencia en el paciente crítico.

"En principio", añade, "tiene una buena evolución si se establece un tratamiento antitrombótico adecuado, aunque hay que contar también con las posibles secuelas de la afectación pulmonar de base por este coronavirus. En este tema se está trabajando activamente. La sospecha clínica es la que debe alertar sobre la posibilidad de un evento trombótico. Por ejemplo, en el caso del tromboembolismo pulmonar, una falta de oxígeno de aparición brusca; o un aumento de volumen de una extremidad en el caso de la trombosis venosa profunda".

Respecto a la investigación de tratamientos con plasma para abordar la nueva enfermedad, apunta que "hubo un impulso inicial, que motivó la publicación de estudios observacionales de los que se podía extraer un beneficio en etapas precoces de la enfermedad", si bien recientemente se han publicado "en una revista científica de prestigio los resultados de un estudio randomizado y controlado sobre la eficacia del plasma convaleciente en pacientes con neumonía grave, concluyendo que carece de beneficio. En España estamos participando en varios ensayos randomizados, y trabajos observacionales de los cuales estamos esperando los resultados".

Por el contrario, uno de los grupos de población que menos se ha visto afectado por el coronavirus han sido los niños. El doctor Jesús Argente Oliver, catedrático de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid y jefe de Servicio de Pediatría del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús Madrid, cree que la información proporcionada sobre la Covid-19 en niños "ha sido ciertamente confusa, con demasiadas personas expresando opiniones no demostradas científicamente. La única realidad es que la incidencia en niños ha sido muy inferior a la incidencia en adultos, habiéndose descrito más portadores que enfermos".

Covid-19 e infancia

El doctor Argente recuerda que "algunos hospitales de la Comunidad de Madrid hemos hecho estudios conjuntos; sin embargo, no disponemos del número de niños afectados en España. Un dato de interés ha sido comprobar que los niños que han iniciado un cuadro clínico de diabetes mellitus tipo 1 han desarrollado formas más graves de la enfermedad, como hemos publicado recientemente en la revista Journal of Pediatric Endocrinology & Metabolism".

Aunque el inicio del curso escolar no ha generado un incremento de casos clínicos de Covid-19 insiste en que la llegada del invierno "plantea una gran duda que solo comprobaremos cuando se desarrolle esta época estacional, que seguro será complicada en los Servicios de Urgencia de la Comunidad de Madrid y de España en general, pero no puede deducirse de ello que el número de casos de Covid-19 se incremente en niños".

Pero si la infancia ha sido uno de los grupos de población a los que menos ha afectado el coronavirus, tal vez al que menos, los pacientes oncológicos están entre los que más han sufrido los efectos de la pandemia. El doctor Jesús García-Foncillas, del Instituto Oncoheatlh, reconoce que "el nivel de afectación por la pandemia ha sido tan fuerte e intenso que, por una parte, muchos pacientes decidieron unilateralmente no hacerse estudios ni pruebas y otros, también unilateralmente, no acudieron a las citas de tratamiento, o incluso de procedimientos quirúrgicos. Cuando se pierde la pauta de tratamiento nos encontramos en un contexto de posible aumento del riesgo de recidiva o de progresión de la enfermedad tumoral".

Para reducir el riesgo sobre estos pacientes, el doctor García-Foncillas relata que en su centro se hicieron controles siempre que un paciente ingresaba para cualquier tratamiento o procedimiento, a fin de confirmar que no había un proceso de infección asintomático. "Esto nos ha permitido detectar precozmente cualquier inicio asintomático de Covid-19 y evitar que se iniciara un tratamiento quimioterápico en un contexto que pudiera poner en especial riesgo al paciente".

Al igual que a los pacientes oncológicos, a aquellos con enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, el párkinson o la esclerosis múltiple, la pandemia y el confinamiento les ha pasado "una importante factura" y al no poder hacer sus actividades físicas, cognitivas y sociales "muchos de ellos han empeorado en movilidad y en sus deterioros de memoria, y ahora hay que incidir y trabajar para que vuelvan a todas sus actividades", mantiene el doctor Rafael Arroyo, del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo.

Desde el punto de vista de síntomas neurológicos directamente relacionados con el coronavirus los más habituales han sido la alteración del olfato y del gusto, una mayor probabilidad de padecer ictus y algunos cuadros más específicos, pero poco frecuentes como neuritis. Este experto reseña que en los enfermos sobre todo graves se refieren cefaleas, mareo, cansancio, dolores musculares, trastornos cognitivos y situaciones de gran estrés tras padecer la enfermedad.

Otro de los ámbitos en los que la pandemia ha tenido una repercusión relevante es la salud mental. Según el doctor Eduard Vieta, jefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínico de Barcelona, han aumentado los trastornos de ansiedad, depresivos y de estrés postraumático, "y personas que ya sufrían trastornos mentales han empeorado como efecto de diversos factores, como el confinamiento, la soledad, los fallecimientos y el menor acceso a la sanidad pública cuando ésta estuvo desbordada".

Respecto al impacto de la pandemia en el estado anímico del personal sanitario y pacientes con Covid-19, manifiesta que "toda experiencia extrema y/o traumática tiene un impacto psicológico y existen factores individuales que hacen que la respuesta a esa situación acabe siendo constructiva o destructiva; depende de la dosis y de la duración de la situación estresante, pero también de la vulnerabilidad del sujeto. Unos quedarán marcados de forma negativa, a otros les supondrá una oportunidad de hacerse más fuertes, más resistentes (resilientes), y de relativizar ciertas preocupaciones que nos afectan de forma desproporcionada cuando no tenemos problemas graves".

"Convertir una crisis en una oportunidad es algo que no todo el mundo tiene a su alcance, pero reflexionar sobre ello puede ayudar, especialmente si se hace con el apoyo de un profesional. Por eso es importante que los trabajadores sanitarios tengan acceso a apoyo emocional en los propios centros de trabajo", aconseja el doctor Vieta, que recomienda "dosificar el consumo de noticias relacionadas con la pandemia, mantener el contacto social, aunque sea a distancia (redes sociales, videoconferencia), dedicar tiempo a otros aspectos como la salud física (ejercicio, dieta sana), racionalizar el teletrabajo para que no invada toda la jornada, y evitar el uso de pantallas a última hora del día que puedan alterar nuestro ritmo de sueño".

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