El 50% de los jóvenes de la Generación Z padece algún problema de salud mental

El 50% de los jóvenes de la Generación Z, las personas nacidas entre el año 1995 hasta principios de los años 2000, reciben tratamiento por problemas de salud mental.

Ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático o trastorno obsesivo-compulsivo son algunos de los padecimientos más frecuentes entre los jóvenes, que el 24% de ellos, se tratan de forma online con un especialista.

El estudio Generation Z: Shaping the Future of Consumer Trends, con una muestra de 67 millones de personas en todo el mundo, dictamina que los jóvenes de dicha generación tienen una actitud proactiva hacia la salud física y mental.

Y por lo general, se sienten peor que el resto de generaciones, siendo un 1,9 veces más propensos a sufrir problemas de salud mental por la presión que se imponen a sí mismo, al valorar y defender más que el resto el activismo y la inclusión, y tener unas expectativas más altas en diversos aspectos de la vida con la gran decepción que ello implica.

No obstante, los Z tienen una notable disposición a explorar diversas soluciones convencionales o alternativas, para mejorar su bienestar general. A través de datos, los jóvenes valoran su capacidad de medir y seguir su progreso controlando su historial sanitario. Ellos están rompiendo barreras hablando sobre temas anteriormente considerados tabú, privados o embarazosos como la salud mental, la salud femenina o las adicciones.

Las cifras señalan que la Generación Z es un 63% más propensa a hablar abiertamente de los ciclos menstruales en el lugar de trabajo, y el 41% sobre las adicciones.

Con el compromiso de eliminar los estigmas y fomentar una sociedad más inclusiva, el gran reto al que se enfrentan, es su bienestar mental, que se vio agravada por la pandemia.

Los problemas de salud mental más extendidos a los que se enfrenta esta generación, son la ansiedad a la que se enfrentan el 42% de los encuestados en los últimos dos años y la depresión con un 39%.

Además, el informe recalca que la unión de la Generación Z con la tecnología es tanta que hasta han creado un nuevo perfil de paciente sanitario más digital, informado sobre su historial sanitario y un 24% con terapias en remoto.

 

Sobre este asunto, tienen el doble de probabilidades que otras generaciones de compartir información sanitaria personal a cambio de recibir asesoramiento sobre la mejor forma de navegar por el sistema, de esta forma se implican obteniendo una información valiosa y ayuda personalizada para gestionar de una mejor forma su salud. Gracias a los dispositivos portátiles, ellos miden y hacen un seguimiento más a fondo de su salud, siendo más de la mitad los que compartirían sus datos con su aseguradora, una aplicación de terceros o un centro de salud, mucho más que otras generaciones.

En este caso, las compañías sanitarias deben seguirles el ritmo y adaptarse a las expectativas digitales de la Generación Z, adaptándose a las tecnologías que faciliten experiencias sanitarias cómodas y accesibles. Estando disponibles en línea, participando en conversaciones continuas a través de diversos canales digitales, enviándose mensajes de texto a través de un portal específico de la consulta o realizando una videollamada para comentar los resultados de una prueba, son algunos de los aspectos que esta generación valora.