Úrsula Segoviano
Sociedad
Activado el protocolo contra el calor en las residencias de mayores de la Región de Murcia
Tiene vigencia hasta el 30 de septiembre

Ante el riesgo que las altas temperaturas representan para las personas más vulnerables, la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad, a través del Instituto Murciano de Acción Social (IMAS), ha implementado un protocolo específico para combatir los efectos del calor en los centros de atención de la Región, según informa Europa Press. Este plan de acción está dirigido a las residencias y centros de día para mayores y personas con discapacidad.
Actualmente activo, el protocolo tiene una vigencia prevista hasta el 30 de septiembre, aunque el IMAS ha previsto la posibilidad de extenderlo hasta la primera quincena de octubre si las condiciones meteorológicas de calor persistieran. El objetivo primordial es proteger la salud de los usuarios y aumentar la vigilancia por parte del personal profesional, dado que las temperaturas extremas pueden incrementar la mortalidad, especialmente por causas cardiovasculares y respiratorias.
Más de 200 centros, tanto de gestión pública como privada, ya están aplicando estas directrices preventivas. El personal de atención ha recibido la formación necesaria para poner en marcha el protocolo en el momento en que se alcance la temperatura umbral de impacto en la salud definida para la Región de Murcia, establecida por el Ministerio de Sanidad en más de 38 grados, aunque adaptada a las distintas zonas geográficas de la provincia que presentan comportamientos térmicos variados.

El diseño y revisión de este protocolo ha sido un esfuerzo conjunto de técnicos de la Dirección General de Salud Pública, la Comisión técnica de coordinación sociosanitaria del Servicio Murciano de Salud (SMS) y el propio IMAS. Las medidas incluidas se adaptan a los cuatro niveles de riesgo contemplados en el Plan Nacional de Actuaciones preventivas, que van desde la ausencia de riesgo (nivel 0) hasta el alto riesgo (nivel 3).
Dependiendo del nivel de alerta, los profesionales aplican diversas medidas de protección. Entre las recomendaciones básicas se encuentran asegurar que los usuarios permanezcan en lugares frescos y bien ventilados, garantizar una adecuada hidratación con agua fresca o bebidas isotónicas, reforzar la supervisión de la salud para detectar síntomas en individuos de mayor riesgo y suspender actividades que puedan dificultar el descanso. Es fundamental la capacidad de reconocer rápidamente los síntomas del golpe de calor. Se presta especial atención a las personas más sensibles, como aquellas con enfermedades crónicas (cardiovasculares, respiratorias, mentales), dificultades de movilidad o que están encamadas, requiriendo en estos casos dos seguimientos diarios para valorar su situación de riesgo.
Esta iniciativa busca salvaguardar el bienestar de las personas dependientes y mayores durante los episodios de calor intenso, asegurando una respuesta coordinada y profesional.