Antonio, paciente de cáncer, cumple su deseo de navegar en barco: "Volví a sentirme joven, libre…"

No siempre es posible cambiar el destino, pero sí la forma de recorrerlo. Antonio, paciente de la Unidad de Cuidados Paliativos de la Fundación Hospitalarias Madrid | Hospital General, anteriormente conocido como Hospital Beata María Ana, cumplió uno de sus últimos sueños: volver a navegar en barca, tal como lo hacía en su juventud, en el entorno natural del Pantano de San Juan.

Antonio, de 75 años, convive desde hace dos con un cáncer en fase avanzada. Después de recorrer varios hospitales, someterse a múltiples tratamientos y participar en ensayos clínicos sin éxito, fue ingresado en la unidad especializada de la Fundación Hospitalarias Madrid. Allí, el equipo médico descubrió que tras el paciente había una historia vital que merecía ser escuchada.

“En una conversación informal, Antonio nos confesó que si pudiera hacer algo una vez más, elegiría salir a navegar”, relata la Dra. Silvia Rubio, coordinadora de la Unidad. “Nos pareció un deseo posible y profundamente simbólico. Navegar es avanzar, sentirse libre… era mucho más que un paseo”.

Lejos de quedarse en mera anécdota, la Dra. Rubio impulsó una auténtica cadena de solidaridad. Contactó primero con la Fundación 38 Grados, organización sin ánimo de lucro que ayuda a personas en el final de su vida a cerrar asuntos pendientes de forma única y personalizada. Tras estudiar el caso de Antonio y dada su frágil situación, se sumó también la colaboración de la Fundación Ambulancia del Deseo, encargada de su traslado en una ambulancia adaptada.

 

Finalmente, el sueño de Antonio se hizo realidad el 16 de julio, coincidiendo con el Día de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros… y nombre de su esposa, Carmina. Junto a ella, sus hijos y nietos acompañaron a Antonio en esta hermosa travesía por el Pantano de San Juan.

Bajo un cielo despejado y rodeado de naturaleza, Antonio no sólo contempló el paisaje y disfrutó de la compañía de los suyos, sino que volvió a pilotar la barca. “Volví a sentirme joven, libre… como si no tuviera enfermedad alguna”, confesó al regresar al hospital con una sonrisa imborrable.

“La expresión de felicidad en su rostro fue indescriptible. Nos recordó por qué trabajamos cada día en esta Unidad, donde acompañar significa también dar vida a los deseos”, declaró la Dra. Rubio.

Para la familia, aquel día fue profundamente significativo. “Por su estado, hacía mucho que no salíamos. Este día ha sido inolvidable. Le devolvieron la sonrisa, y a nosotros también”, expresó Carmina. Su hija Mamen añadió: “En apenas un mes hemos recibido tanto de este hospital que no tenemos palabras. Lo que han hecho por mi padre y por nosotros es impagable”.

“Muchas familias desconocen que existen organizaciones como la Fundación 38 Grados o la Fundación Ambulancia del Deseo, que trabajan de forma altruista para cumplir estos últimos deseos. Difundir su labor es esencial para que más pacientes puedan acceder a experiencias que, aunque sencillas, transforman sus últimos días en momentos de plenitud y sentido”, recalcó la Dra. Rubio.

Este tipo de iniciativas refuerzan el compromiso de la Fundación Hospitalarias Madrid con una atención integral, compasiva y centrada en la persona. La Unidad de Cuidados Paliativos no solo alivia el sufrimiento físico, sino que también cuida el bienestar emocional y espiritual de pacientes y familias en sus momentos más difíciles.