Sociedad

Grandes Amigos reclama "una respuesta global" frente a la soledad: "Nos va a afectar a todos"

María Bonillo

Foto: Bigstock

Jueves 21 de septiembre de 2023

ACTUALIZADO : Jueves 21 de septiembre de 2023 a las 14:56 H

17 minutos

Consideran necesario que la gente “asuma que es mayor, que tiene derechos y los reivindique”

Grandes Amigos reclama "una respuesta global" frente a la soledad: "Nos va a afectar a todos". Foto: Bigstock
María Bonillo

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El coste de la soledad no deseada: más de 14.000 millones de euros al año

 

La Fundación Grandes Amigos, en el marco del 20º aniversario de su constitución, organizaba este miércoles la jornada Construyendo comunidad para afrontar la soledad de las personas mayores, a la que asistieron más de 250 personas, de forma presencial, en la sede de la Fundación ONCE, y de forma online. 

Con el objetivo de “construir un ecosistema de cuidados y apoyos frente a la soledad, basado en la necesaria participación de toda la sociedad, en el modelo 360 que viene impulsando Grandes Amigos desde un enfoque comunitario y vecinal en un mundo más envejecido, solitario y edadista”, estas jornadas tratan de contribuir a dar respuesta al problema de salud pública que supone la soledad, considerada como “uno de los grandes retos de nuestro mundo” y "uno de los principales factores de riesgo para la salud", capaz de "mermar gravemente el bienestar y la dignidad de las personas y suponer un alto coste económico para la sociedad”.

“Sabemos que la soledad no está solo en las personas mayores, sino que está presente en cualquier circunstancia y edad, pero en nuestro caso ponemos el foco en los mayores. Ese foco se encendió hace 20 años gracias a la actuación de Mercedes Villegas y de un pequeño grupo de jóvenes. Pero ese foco no ha dejado de alumbrar y ha llegado hasta hoy”, comentaba Loles Díaz Aledo, presidenta del patronato de Grandes Amigos”, al comienzo de la jornada.

 

 

En este sentido, Mercedes Villegas (@Mervilleg), directora de Grandes Amigos, ha repasado la evolución de la institución en todos estos años, en concreto del abordaje de la soledad y los mayores, así como los retos que aún tienen por delante. 

“Grandes Amigos arrancó en el año 2003. Por aquel entonces, prácticamente no se hablaba en los medios de comunicación de las personas mayores, y mucho menos de su soledad. En este sentido, podemos decir que ha habido un gran cambio”, aseguraba. 

“Comenzamos con los programas de acompañamiento puntuales y afectivos, poniendo en contacto a una persona mayor con una persona voluntaria en el distrito de Chamartín, y ahora nos encontramos con una diversidad de programas que van desde la detección, a la prevención, el acompañamiento, la socialización, hasta la sensibilización y la medición de impactos”, añadía. “A día de hoy estamos presencialmente en 6 comunidades autónomas y en todo el estado a través del acompañamiento telefónico. Las personas mayores que participan en alguno de los programas son más de 1.800 gracias a la dedicación de 2.200 personas voluntarias y vecinas en ámbito rural y urbano”. 

Celebraba que ya no se tenga que dar tantas “explicaciones y justificaciones” sobre la importancia del papel del voluntariado y cómo es “bien distinto del de los profesionales y muy buen complemento”, ya que “está demostrado que el rol del voluntariado y las redes vecinales en cuanto al acompañamiento afectivo de los mayores es clave, y no podrá nunca cubrirse con dinero”. 

La soledad se palía con vínculos significativos y el acompañamiento desinteresado y recíproco”, aseguraba, mostrando su orgullo por la “imagen positiva y de reciprocidad” que dan desde la entidad entre mayores y voluntarios. “Estamos convencidos en que la imagen que se transmite tiene una incidencia directa en la discriminación por edad que sufren a menudo las personas mayores”. 

“Nos queda mucho camino por recorrer para una mayor participación en general, y en concreto en la proximidad de los barrios”, indicaba Villegas. Pese a ello, se ha mostrado convencida de que “estamos contribuyendo a establecer vínculos significativos entre personas que hacen que se sientan mejor, y por todo este trabajo, esfuerzo, frustraciones, pero también alegrías y disfrutes, merecen la pena”. 

La soledad, un "reto global" que hay que abordar desde la prevención

Ante el “reto global” que “amenaza a toda la población”, especialmente a las personas mayores, exigen “una respuesta global” que “implique a poderes públicos, sector privado y sociedad civil en la construcción de un ecosistema de cuidados y apoyos frente a la soledad”. 

En este sentido, durante esta jornada personas mayores, voluntarias y vecinas que participan en los programas de acompañamiento y socialización de la fundación, también expertos de prestigio internacional y representantes de la administración pública, del sector privado y de la sociedad civil, se dieron cita para compartir su conocimiento y experiencia en este tema y cómo el abordaje de la soledad desde una mirada comunitaria puede ayudar a ponerle fin, a través de la presentación de nuevos datos sobre cómo beneficia a las personas mayores acompañadas.

El primero de ellos ha sido el consultor social y experto en el diseño de estrategias con enfoque comunitario en el ámbito de las políticas de bienestar, Fernando Fantova (@FantovaFernando), que ha hablado en su conferencia marco sobre desarrollo comunitario, acción voluntaria y convivencia vecinal ante las situaciones de soledad.

 

 

“Los temas de los que se ocupa la administración son distintos a hace años. En concreto, ya se empieza a hablar del tema de la soledad”, explicaba, preguntándose si puede ser objeto de un ministerio como lo ha sido en otros países. Ante esto, indicaba que, aunque está esa preocupación por este problema social, “no tentemos un consenso de cuál es el contenido de esa política pública. A veces desde el voluntariado queremos ir directamente a la acción, pero las estructuras son importantes”.

El pasado mes de abril, el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES), creado por Fundación ONCE (@Fundacion_ONCE), presentaba un estudio sobre los costes que suponen el aislamiento involuntario cada año en España, estimado en más de 14.000 millones de euros al año, lo que sería un 1,17% del Producto Interior Bruto (PIB) de 2021. También cuantificaba los efectos de la soledad no deseada en la salud y el bienestar de las personas. En este sentido, Fantova pedía considerar la soledad no como “un problema directamente de salud”, sino darle “un valor en sí misma, me afecte o no a la salud o al bolsillo”. 

Considerar la soledad no solo como un mal, también como algo “inherente a la vida de una persona, al menos en algunos momentos de transición o cambio”, es otro punto en el que ha profundizado. “La soledad, por definición, no es algo deseado, pero sí sería buena idea afrontarla, convivir con ella, llevarte bien con esa soledad, conocerte en ella y sacarle partido. No es una amiga para toda la vida, pero sí para un rato, para aprender de ella”. 

Así, aunque destaca que es necesario atender a las personas en soledad, señala que el origen de este problema que ahora vemos en la sociedad “es más estructural, tiene que ver más con una crisis social más profunda, una crisis del contrato social, es decir, lo que puedo esperar y lo que puedo dar en una sociedad. No hay un horizonte claro, es entonces cuando surge la individualización, que muchas veces lleva a esa soledad”. Es por ello que destaca la importancia, no solo de “estar con la persona que sufre soledad”, también de “ir más atrás y prevenirla antes de que se produzca”

"Las ciudades no están diseñadas ni para las personas mayores ni para fomentar su socialización"

“En Grandes Amigos llevamos 20 años apostando por la prevención y el abordaje de la soledad en mayores, pero esto no lo construimos solos, es un engranaje de todos esos agentes entre los que vamos aportando ese granito de arena para que la persona mayor esté cuidada en muchos sentidos”, comenzaba explicando Yolanda González, responsable de Desarrollo Técnico y Formación de la Fundación Grandes Amigos y moderadora de la mesa de diálogo El engranaje de los ecosistemas de cuidados frente a la soledad. “La soledad nos va a afectar a todos y todas, y tenemos que darle respuesta. Necesitamos estar todos conectados de alguna forma”. 

Por su parte, Pilar Serrano, jefa del Departamento de Programación, Evaluación y Desarrollo en la Dirección General de Mayores, del Área de Gobierno de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, del Ayuntamiento de Madrid, hablaba sobre cómo se puede hacer comunidad y llegar a las personas desde la administración pública. 

Diferenciaba entre el “núcleo más duro, el de los aislados socialmente” y el de “la gente vulnerable, que está sola en casa o tiene dificultades para salir”. Y consideraba que, aunque “estamos haciendo mucho, nos faltan muchas cosas”.

Pepa Martínez, enfermera gestora de casos complejos comunitaria de los Centros de Salud: Integrado de Gerona y Santa Faz de Alicante, se centraba en la coordinación entre recursos profesionales para detectar y derivar situaciones de soledad. Coincidía también en que, aunque parece que la solledad “es algo que parece que empieza a preocupar a la sociedad, yo no lo tengo tan claro. Ni a la sociedad en general, ni a los poderes públicos”, señalaba, criticando la falta de recursos y el diseño actual de las ciudades, que deja a un lado a las personas mayores y su socialización.

Y en cuanto a las dificultades individuales, destacaba “la vergüenza de ir a los sitios solos, cuando siempre se ha ido acompañado”, así como “la resistencia al cambio” y “la desconfianza a tratar con desconocidos”.

María José Sánchez, directora técnica en la Dirección Técnica de Bienestar Social de la ONCE, hablaba sobre la importancia de tejer diversidad e inclusión en la comunidad, algo que solo se puede conseguir “con el apoyo mutuo”. “Si yo solo estoy ahí para que alguien me llame y me apoye, no me siento útil, me siento apoyado”, explicaba. 

Mientras que Gabino Casas, miembro de la Asociación de Vecinos Valle Inclán de Prosperidad de Madrid, habló de la participación vecinal para hacer barrio y de su labor como “antenas de los problemas que tienen los vecinos en cada barrio”, destacando a su vez el valor de lo intergeneracional, algo “vital para seguir luchando contra la soledad, porque no está solo en los mayores, también en los jóvenes”.

 

 

Algo en lo que coincidía Pilar Suárez-Inclán (@InclanSuarez), directora de Comunicación Institucional y RSE en Reale Seguros, quien consideraba que “la intergeneracionalidad es una prueba de éxito segura”. 

Echan de menos, sin embargo, “la participación institucional”, añadía Casas. “Cada vez las asociaciones nos encontramos más solos, estamos mucho más lejos de los ayuntamientos y lejísimos de la comunidad. Esto significa que cada vez que el ayuntamiento lanza un programa para combatir la soledad, nosotros tenemos que ser antenas, porque muchas personas que están en nuestra asociación no van a mirar a la web”, afirmaba. “La brecha digital, el edadismo que sufrimos, es algo contra lo que seguimos luchando día a día”, finalizaba su intervención. 

Soledad deseada vs. soledad no deseada

Aida Luisa Sosa, Victorina Adrados, Mari Fernández y David Parrales, son algunos ejemplos de estas personas mayores y voluntarias que participan en Grandes Amigos, quienes se unieron a la jornada para compartir sus experiencias y diferenciar entre soledad deseada y no deseada. 

En el caso de Aida, de 80 años, es un ejemplo de esa soledad deseada. “Para mí la soledad ha sido algo que se me presentó viviendo en Madrid, porque mi hija emigró a otro país, por lo que yo decidí marcharme en busca de vegetación y clima”, a pesar de que no conocer a nadie.

“La vida me ha demostrado que podemos hacer nuevos amigos, que podemos tener una vida digna y que la soledad no es un castigo, sino una situación, que en mi caso yo he elegido. Yo vivo sola, pero no me siento sola”, afirmaba.  

Por su parte, Victorina, de 90 años, se quedó sola tras la muerte de su marido y tiene algunos problemas de salud, por lo que solía decir que “tengo dos amigas inseparables: soledad y dolores”. “Gracias a Grandes Amigos, la primera creo que se va alejando un poco y me ha venido bien”, aseguraba. 

 

 

Cuando falleció su marido por Covid, después de tener que ser ingresado en una residencia, Victorina empezó a “sentir la soledad, una soledad no deseada. Entonces empecé a pensar: ¿Qué hago yo aquí?”, contaba. “Y hasta este verano no recordaba lo que eran unas vacaciones. Hasta llegué a reír. Y ahí se fue alejando la soledad”. 

El acompañamiento también se ha mostrado efectivo en residencias, tal y como aseguraba Mari Fernández, voluntaria que da apoyo en una residencia. “Lo que vemos es que, poco a poco, la gente que antes no se relacionaba empiezan a tener contacto, incluso están más pendientes los unos de los otros”. O David Parrales, voluntario en un programa para prevenir la soledad de la Fundación, en el que colabora para unir a personas de edades parecidas de un mismo barrio para que puedan socializar. 

Los beneficios del acompañamiento afectivo y el modelo participativo de Grandes Amigos es algo que también han demostrado en diferentes estudios, tal y como presentaba José Ángel Palacios (@jangelpalacios), coordinador de Comunicación de la Fundación Grandes Amigos, quien dio algunas claves. 

“A día de hoy, 1 de cada 5 españoles ya es una persona mayor, en breves seremos un tercio. También en pocos años, un tercio de los hogares en España van a estar habitados por una sola persona”, aportaba. 

Además, el estudio Evaluación del impacto de programas de acompañamiento en los sentimientos de soledad y el bienestar de las personas mayores (2022), realizado por la Universidad Autónoma de Madrid y el Consejo Consultivo Local CIVIS de la UAM, para evaluar el programa Madrid te acompaña al que se incorporó el programa de Acompañamiento afectivo de Grandes Amigos, mostraba que el 75% tenía dificultades para salir a la calle (problemas de salud o barreras arquitectónicas) y el 90% admitía sentirse solo a menudo

Destacaba también que “acompañar a una persona mayor permite descubrir el reto de afrontar la propia soledad entre persona mayor y voluntaria, y que el propio objetivo del programa (generar vínculos de amistad) y el tiempo compartido diluyen esa relación asimétrica inicial, dando paso a una relación de igualdad y con beneficios mutuos”. Así como la importancia de “la coordinación y complementariedad de diferentes recursos comunitarios (públicos, ONGs…)”. 

El estudio Impacto de los programas de acompañamiento afectivo en la reducción del sentimiento de las personas mayores, también demostró que, tras un año, “el tiempo solos disminuía, aumentaba la red social con quien poder hablar y expresarse y se reducían tanto la frecuencia como la intensidad del sentimiento de soledad”, concluyendo así que “los programas de acompañamiento afectivo basados en el voluntariado y las redes vecinales contribuyen a la disminución de la soledad entre las personas que participan en los programas de Grandes Amigos”.  

“Vamos hacia un mundo cada vez más envejecido y solitario. Por eso creo que tiene mucho sentido que trabajemos en ese modelo de relaciones sociales, de cercanía, de redes de apoyo vecinal, porque es el camino para conseguir el reto de aprender a gestionar y vivir con esa soledad, deseada y no deseada”, comentaba. 

Vivir en una sociedad en la que se acepta el edadismo es "inconcebible"

Aprender a vivir en un mundo de soledad y edadismo, es el tema que se ha tratado en la última parte de esta jornada. En este sentido, Vânia de la Fuente-Núñez (@DrVdelaFuente), consultora independiente que ha dirigido la Campaña Mundial contra el Edadismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), coautora principal del primer Informe Mundial de Naciones Unidas sobre el edadismo y miembro también del patronato de Grandes Amigos, hablaba sobre cómo el edadismo “nos afecta a todos a lo largo de la vida, no solo cuando somos más mayores”, con todo lo que eso conlleva para la salud y el bienestar de la persona. 

“Me parece inconcebible vivir en una sociedad que acepta que se pueda discriminar a las personas mayores, como si solo fuesen mayores y no personas. Es como que de repente llegas a un momento de tu etapa vital en la que dejas de tener derechos”, criticaba. 

Consideraba que “tenemos una idea obsoleta de la vida (educación, trabajo y jubilación). Ya no es aplicable. Vivimos en una sociedad mucho más longeva y tenemos que reconfigurar cómo va a ser ese ciclo vital”. Y que para acabar con ese edadismo, tanto a nivel individual como en nuestro entorno, es necesario “cuestionarlo cuando lo vemos, porque no solo restringe oportunidades, también tiene un impacto individualmente, ya que acabamos interiorizando todos esos prejuicios y cumpliéndolos”.  

En ocasiones, se llega a “normalizar la depresión en las personas mayores, o incluso los intentos de suicidio”, añadía. “Se considera que son normales porque están viviendo a lo mejor una situación de soledad o duelo. Es por ello por lo que muchas veces no se contabiliza bien o se subestiman las muertes por suicidio en la población mayor”. 

Del mismo modo, Loles Díaz-Aledo, admitía haber sufrido edadismo “de joven y de mayor” y destacaba la importancia de “reconocerse como mayor y no ocultarlo, y al mismo tiempo exigir y reconocer que seguimos siendo ciudadanos y portavoces de derechos y deberes. Y eso no cambia ni con la edad ni otra circunstancia”. 

Ponía el foco así en la heterogeneidad de las personas mayores, pidiendo que se deje de hablar de “las personas mayores en general, porque hay distintos tipos”, aunque “socialmente es que como si todos fuésemos iguales”. “Hay tantas formas de envejecer como personas mayores”, remarcaba. 

Vânia de la Fuente-Núñez señalaba a su vez que “ahora está habiendo un pequeño cambio y hay grupos de personas mayores que le están dando la vuelta a la tortilla y diciendo: Pues sí, soy viejo, ¿y qué pasa? Estoy aquí y quiero reivindicar mis derechos. Creo que falta eso, que la gente asuma que esa una persona mayor, que tiene derechos y los reivindique”. 

Sobre el autor:

María Bonillo

María Bonillo

María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.

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