Sociedad

Abuelos y nietos, dos generaciones marcadas por el edadismo

Laura Moro

Foto: Bigstock

Miércoles 26 de julio de 2023

18 minutos

Ambos colectivos sufren discriminaciones parecidas, aunque no por las mismas razones

Abuelos y nietos, dos generaciones marcadas por el edadismo
Laura Moro

Foto: Bigstock

Miércoles 26 de julio de 2023

18 minutos

Como cada 26 de julio, hoy celebramos el Día de los Abuelos y Abuelas, una fecha señalada en el calendario para todas las familias que tienen la suerte de contar con esta figura tan importante, y lamentablemente, tan estereotipada. Porque, ni todos los mayores son abuelos, ni todos los abuelos tienen por qué ser mayores. Y, sin embargo, llegados ‘a cierta edad’, parece que la sociedad da por hecho que las personas mayores, por el mero hecho de serlo, ya tienen que tener nietos. Esto es una forma de edadismo, y es la tercera causa de discriminación en el mundo. 

Pero los mayores no son los únicos que sufren este tipo de comentarios discriminatorios, y los jóvenes, muchos de ellos los nietos de los que sí que son abuelos, también tienen que lidiar con situaciones edadistas en el mundo laboral o en el mercado inmobiliario, además tener que cargar con el peso de ser conocidos como ‘la generación de cristal’.

Los prejuicios que rodean a ambas generaciones llenan de barreras su día a día, porque mientras los abuelos son apartados de la sociedad y se vuelven invisibles a ojos de los demás, sus nietos tienen problemas para que les tomen en serio y formar parte de ella. Eso sí, desde el Consejo de la Juventud de España (CJE) nos comentan que creen que aunque "ambos colectivos sufrimos discriminaciones parecidas, no es por las mismas razones". 

No lo dicen solo ellos, los estudios también avalan esta discriminación, tal y como nos explica a 65YMÁS, Lázaro González, Presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP): "Según datos del Informe Mundial sobre el Edadismo (2021), una de cada dos personas es edadista hacia las personas mayores”, comienza diciendo.

"En cuanto al edadismo contra las personas jóvenes, los datos a nivel Europa indican que los jóvenes reportan más edadismo que otros grupos de edad. Esta realidad ilustra que el edadismo afecta tanto a la gente joven como a la gente mayor, planteando un reto que nos afecta a todos/as y que requiere, para su abordaje, de la acción conjunta de toda la sociedad, pues se precisa un movimiento de cambio frente a una realidad más normalizada y menos visibilizada que otro tipo de discriminaciones, como pueden ser el racismo o el sexismo”, opina el presidente de la PMP. Esto último, apuntan desde el CJE que también le pesa a algunos jóvenes, que viven en sus propias carnes, como una parte de la ciudadanía no los admite por cuestiones de género o de orientación sexual. 

Queda claro que tanto los afectados de esta discriminación como los estudios confirman los estereotipos y prejuicios que rodean a estas franjas de edad, pero, ¿es algo nuevo? ¿todas las personas han sido y serán víctimas de edadismo? Para resolver estas dudas, hemos hablado con Javier Garcés Prieto, Presidente de la Asociación de Estudios Psicológicos y Sociales, que antes de empezar hace una aclaración importante: "Es importante saber que la edad sirve para determinar las diferentes etapas de la vida, pero no nos transformamos por ir cumpliendo años. Podemos crecer con la edad, pero no nos convertimos en seres distintos".

"Los estudios sociales hacen divisiones artificiales de las personas, y lo peor es que esto crea estereotipos falsos y simplistas que no se corresponden nada con la realidad de cada grupo, porque dentro de cada uno de ellos, hay diferencias", añade.

Por su parte, José Fidel Molina-Luque, Catedrático de Sociología de la Universidad de Lleida, cree que esta discriminación por edad que sufren abuelos y nietos parte de los mitos generacionales, que lejos de ser actuales, "son unos tópicos que se han ido repitiendo en épocas pasadas. Por ejemplo, sobre el edadismo en jóvenes, hay escritos del siglo XIX que ya decían que los jóvenes no se compromentían, ni querían trabajar. Quizá no es tanto de la generación actual, sino que funcionan como un tópico de curso de vida. Aunque es cierto que como término sociólogo, comienza a emplearse para referirse más a los mayores".

Estos mitos y tópicos sociales se traducen en edadismo laboral, problemas para alquilar, brecha digital y de género, o estereotipos que aislan tanto a mayores como a jóvenes: "Se trata de una discriminación que está presente en todas partes, a nivel estructural. Esto implica que en nuestro país hay edadismo en los niveles institucional, interpersonal y también autoinfligido o dirigido contra uno mismo", apuntan desde la PMP.

A continuación nos adentramos en cada uno de estos sectores para saber qué piensan y cómo se sienten mayores y jóvenes.

El mercado laboral no los quiere

Mayores y jóvenes: cooperación intergeneracional. Foto: Bigstock

Sin duda es el ejemplo más representativo donde ambas generaciones se encuentran con más barreras que facilidades para encontrar un puesto de trabajo digno. Mientras los más jóvenes son rechazados por la falta de experiencia, la que tienen lo sénior carece de valor: "Tenemos una vida laboral muy corta, porque  prácticamente la edad de oro para las empresas es de los 25 a los 45 años. Eso son solo veinte años”, nos aseguraba en una entrevista Cèlia Hil, experta en talento sénior (@CeliaHil). 

Desde la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), se sitúan en la misma línea, y su presidenta, Sabina Camacho, opina que “en la actualidad, existe una clara discriminación por edad en el mundo laboral, tanto en las personas de más de 50 años, como en los jóvenes. Unos cuentan con formación y experiencia y otros con una buena formación”,

“Es muy importante que las empresas tomen conciencia y apuesten por estas franjas de edad. El mercado laboral debe continuar, no romperse y tampoco puede contribuir a la discriminación por razón de edad. El talento senior y el talento junior son necesarios y complementarios. Por eso se ha de incentivar la contratación de personas jóvenes y mayores de 50 años, con contratos bonificables para las empresas, ambos tienen un gran potencial que la sociedad se está perdiendo”, opina Camacho.

Por su parte, desde la Federación de Mujeres Jóvenes creen que "desde que acaba la etapa adolescente y empieza el periodo de la juventud a la adulted, en el sector laboral se nos recrimina la falta de experiencia, y más en el caso de las mujeres, porque nuestro rango de edad productiva es mucho más corto. Con 20 somos jóvenes, sin experiencia. De los 30 a 40-45 es cuando creen que somos más productivas, y a partir de esa edad, muchas mujeres tienen problemas para conseguir trabajo si se quedan sin ella", apunta su presidenta Marina Cortijo. "Los hombres consiguen la experiencia antes que nosotras", asergura. 

Para Cortijo es muy importante que se empieza a dar responsibilidad y confiar en los jóvenes: "Tenemos que ser capaces de reconocer a la gente joven en puestos de liderazgo y responsabilidad para garantizar el relevo intergeneracional, que suelen estar reservados a gente de más edad", opina la presidenta de la Federación.

CEOMA cree que deben de ser las Administraciones Públicas y los grupos políticos quienes cambien esta situación: "Tienen una responsabilidad y han de trabajar en incentivar la contratación de los seniors y juniors".

Pero mientras esto no cambie, están convencidos de que "no podemos reclamar mejores condiciones en el empleo porque somos jóvenes, no tenemos experiencia", apuntan desde el CJE.

Invisibles y débiles para la sociedad

El proyecto intergeneracional de Sagunto para combatir la soledad de los mayores

‘Sensibles’, ‘débiles’, ‘quejicas’... Son algunos de los adjetivos que rodean a los jóvenes de hoy en día porque las generaciones anteriores, piensan que la juventud le cuesta más enfrentarse a las adversidades de la vida. Pero nada más lejos de la realidad. La mal llamada ‘generación de cristal’ ha marcado un punto de inflexión en lo que a salud mental y discriminación respecta, y no duda en alzar la voz por aquellas situaciones y condiciones que consideran injustas. Lo que muchos interpretan como una queja, es, en realidad, una denuncia. 

"Existe un mito social de que, por el hecho de ser jóvenes, se nos liga con el término inexpertos, se nos dice que no hemos vivido lo suficiente como para saber de qué va la vida, y eso se liga directamente a nuestras principales reivindicaciones como personas jóvenes, denominados como la generación de cristal", aseguran desde el CJE, que no solo denuncia este tipo de comentarios, sino también lo poco valorados que se siente por una sociedad que no se los toma demasiado en serio: "A nuestras propuestas se les pone un estigma previo, como si tuvieran menos valor por el hecho de venir de una persona joven", cuentan.

Sobre estigmas saben bien los mayores, que luchan día a día por seguir siendo escuchados y sentirse útiles para una sociedad que ellos mismos ayudaron a construir, y que ahora parece que no los ve: "Muchas veces nos autodiscriminamos y nos autoexcluimos. Estamos etiquetados en todos los ámbitos de la sociedad. Dicen que somos frágiles, que estamos deprimidos, que somos incapaces de aprender... Sin hablar que para muchos medios de comunicación no existimos, o dan una imagen siempre con bastón en un banco", nos comenta el presidente de la Federació d'Associacions de Gent Gran de Catalunya (Fatec), Josep Carné.

El Presidente de la Asociación de Estudios Psicológicos y Sociales se sitúa en la misma línea que Fatec, y asegura que "la peor forma de edadismo es la que se da contra uno mismo. Hay estereotipos sociales muy ridículos. Si nos centramos en los que rodean a jóvenes y mayores, estaríamos hablando de que más de la mitad de la población entraría condicionada por clichés, que derivan en estereotipos, que como he dicho, muchos terminan creyéndose". En otras la palabras, la sociedad condiciona la manera en la que nos percibimos, haciendo que por ser mayor dejemos de hacer cosas, "cuando la inmesa mayoría sigue muy activos", matiza.

Por eso, ambos colectivos reivindican formar parte de la agenda pública y de la toma de decisiones, para poder vivir en libertad y sin miedo: "Desde el CJE consideramos que las personas jóvenes estamos lejos de los principales focos de toma de decisión. Sufrimos una discriminación por nuestra condición de juventud, que se ha ido alargando durante demasiado tiempo. Además, es una discriminación encubierta, ya que sí estamos en la agenda pública y política, pero como actores secundarios, como meros espectadores de medidas que nunca llegan. Hacer política para los jóvenes, sin los jóvenes", nos cuentan.

"Hay que hacer políticas para avanzar, para proteger nuestros derechos en la sociedad. En concreto, nosotros creemos que todo tiene que partir de la educación", añade Fatec.

Brecha de género

Brecha de género riqueza 65 años

La Federación de Mujeres Jóvenes pone sobre la mesa la discriminación que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo, haciendo que durante la mayor parte de su vida sean juzgadas por cuestiones de género y edad.

Su presidenta, Marina Cortijo nos recuerda que "el perfil mayoritario de la precariedad son mujeres, jóvenes, que están terminando los estudios o no han podido acceder a ellos, o que no tienen un salario suficiente para idependizarse".

Cortijo asegura que cada vez que acuden a espacios que comparten con otras organizaciones feministas, no solo "somos nosotras quienes bajamos la media edad", sino que además, aseguran que la discriminación que sufren como mujeres jóvenes "no se tiene en cuenta, y quieren que participemos sin liderar algunas reivindicaciones".

Y de nuevo, a las mujeres mayores les pasa lo mismo, tal y como nos explica Cortijo: "Es algo que hemos puesto sobre la mesa, que de la misma manera que nosotras tenemos y queremos liderar, también hay muchas mayores que tienen el mismo sentimiento que nosotras aunque otras circunstancias".

"Para que esto no sea un problema, y sea algo conciliador, siempre recordamos que para nosotras es una inspiración compartir espacios con ellas. Tenemos mucho que aprender de las mujeres mayores, pero ellas también tienen que aprender de nosotras", matiza. Y añade: "Si nosotras estamos, es porque ellas, en una situación más hostil y complicada, comenzaron la lucha. Entendemos su discriminación, y por eso tenemos que garantizar el relevo intergeneracional en todos los sectores".

Alquileres, brecha digital y universidades

Santa Eulalía del Río, el municipio más caro para comprar vivienda, y Villarobledo, el más barato

Da lo mismo que sea un coche o una vivienda, ni jóvenes ni mayores son bien vistos por estos sectores. Mientras las empresas de alquileres de coches cobran un 'plus' a los menores de 25 años, algunas se niegan a firmar contratos con conductores menores de 21 años, los mayores se encuentran con muchas trabas para poder hacerlo, como tener que aportar documentación que acredite sus capacidades al volante.

En cuanto a la vivienda, la principal barrera de los jóvenes es evidente: trabajo precario y rentas insuficientes que les impide acceder a una vivienda digna. Ellos mismos lamentan que lo que para ellos es una de sus principales preocupaciones, para la sociedad es, solamente, una queja más de esta generación de cristal: "Si reclamamos mejores condiciones para acceder a la vivienda, nos dicen '¿para qué quiere un joven una casa en propiedad?' Si eres joven, alquila y comparte piso como hemos hecho todos", lamentan desde el CJE.

Y los mayores también son conscientes de este problema que tienen las generaciones que han venido después: "Mi generación pudo comprarse una casa propia, pero mis hijos ya no la tienen, y solo les queda esperar a heredarla, algo que nosotros no tuvimos que hacer", nos comenta Alejandro Otero, de Caumas.

Brecha digital

Junto con el edadismo, la otra gran discriminación con la que quieren acabar los mayores es la brecha digital. Los sénior entienden que la sociedad está cada vez más digitalizada, pero creen que no debe perderse de vista la convivencia entre lo online y lo presencial en todos los sectores (banca, sanidad, Administraciones Públicas...). 

"Sabemos que la digitalización puede ahorrar trámites, pero necesitamos ayuda", aseguran los mayores. Por eso desde Fatec creen que hay que "invertir en infraestructuras para aumentar las capacidades digitales de todos los grupos de edad, respetando el derecho de cualquier ciudadano a utilizar tecnologías tradicionales, para apoyar el derecho de las personas mayores a participar en igualdad en la sociedad".

Universidad de mayores

El mundo de la formación tampoco se libra de ser un espacio poco amigable para los mayores, y desde CAUMAS, Alejandro Otero nos cuenta que los "campus universitarios deben adaptarse para acoger a todas las personas mayores que quieran seguir formándose", porque "ya está sucediendo un cambio radical, que se traduce en que en las aulas hay menos jóvenes y más mayores". 

Otero asegura los mayores universitarios "están olivdados y no se habla de nosotros". Quieren que se potencien los Erasmus, que se tenga en cuenta sus nuevas necesidades, y que la orferta de las universidades se amplíe.

Además apuntan que los programas de mayores y las universidades pueden servir también como un punto de encuentro entre generaciones, donde los mayores transmitan su experiencia a los más jóvenes: "Es una pena que la experiencia que tenemos se pierda, pero la sociedad nos quiere así, aislados y sin comunicarnos. Por eso estamos proponiendo a las universidad que los mayores puedan ser al mismo tiempo alumnos y profesores". 

Abuelos y nietos, ¿pueden acabar con el edadismo?

Abuelos y nietos

Lo que plantea Cortijo es una realidad: ambas generaciones 'compiten' por ser escuchadas en un mismo espacio lo que puede volverse en su contra si no consiguen encontrar el equilibrio entre ellos. Desde Fatec también son conscientes de ello: "Este es uno de los grandes problemas. Los mayores tenemos experiencia, pero los jóvenes tienen muchos conocimientos, más que nosotros, y es necesario que compartamos espacios".

"Nosotros creemos que las relaciones intergeneracionales pueden ayudarnos a tener una buena relación porque ver qué podemos hacer juntos, podría ayudarnos a respetarnos mutuamente. A día de hoy, es fácil que convivan cuantro generacionaciones, pero es más difícil que convivan entre ellos, y por eso debemos potenciarlos, y acabar así con el edadismo. No tenemos que imponer nuestra experiencia, sino transmitirla, pero es algo que a veces nos cuesta", añade Carné.

Para el Presidente de la Asociación de Estudios Psicológicos y Sociales, la causa de esta falta de entendimiento está en la división por grupos de edad: "Estamos trabajando en encontrar un punto integrador, y en esto la familia nos podría ayudar mucho, favoreciendo la convivencia de una manera natural". 

Un punto en común para acabar con la desconexión que existe entre ambas generaciones, matiza José Fidel Molina-Luque: "En épocas pasadas era más frecuente que las relaciones entre generaciones fluyeran, ahora la sociedad está mucho más fragmentada por edades".

Lo que propone el catedrático es la 'profiguración', es decir, la interdependencia entre generaciones: "Todos los grupos de edad somos vulnerables, y con la pandemia ha quedado más que claro. Ante esta vulnerabilidad lo único que podemos hacer es ayudarnos y apoyarnos mutuamente. Los jóvenes tienen que tener presentes que serán mayores, y los mayores, que también fueron jóvenes".

"Frente al edadismo, la intergeneracionalidad supone una herramienta excelente como factor de cohesión social, pues nos enriquece a todos por igual y este objetivo sólo podrá alcanzarse si comenzamos a educar en esta convivencia y a sensibilizar sobre su importancia ya desde la infancia y durante todas las fases del proceso vital. El resultado será una sociedad más cohesionada, con más bienestar social y mejor calidad de vida; una sociedad para todas las edades", aseguran desde la PMP, cuando les planteamos si es posible acabar con el edadismo.

Los jóvenes también lo ven así: "Podemos trabajar juntos por un pacto intergeneracional que no deje atrás a ninguno de los colectivos, un pacto que consiga mejorar la situación de ambos sectores de la población sin detrimento del otro. Por ejemplo, la mejora de las pensiones no tiene por qué chocar con la mejora de las condiciones laborales de una persona joven, al final ambas medidas son necesarias y mitigarán el riesgo de pobreza que en la actualidad sufrimos. Desde el CJE abogamos por ese pacto intergeneracional, que no deje a ningún colectivo atrás, siempre apoyaremos y reivindicaremos las luchas que mejoren la situación de las personas y de la sociedad en general, sin importar su edad", creen desde esta asociación.

Se nos olvida que fuimos jóvenes y que seremos mayores

"A veces tenemos la sensación de que cuando una persona cumple 30-40 años se olvida de lo que pasó cuando era joven. Se le borran los malos recuerdos de la imposibilidad de alquilar, o de las malas condiciones laborales, o de alguna práctica como becario (como mano de obra gratuita) en la que realizó funciones que no le tocaban sin cobrar ni un euro. Aunque cada vez hay más respaldo por parte de la sociedad en nuestras reivindicaciones, a veces sentimos que hay población individualista que solo se interesa por lo que tiene claro que le va a afectar, ya no por lo que le afectó. Entonces no le importa tanto lo que sufrió cuando era joven porque ya no lo sufre ni sufrirá, y por la otra vertiente puede “solo” preocuparle el tema de las pensiones porque sabe que le afectará en un futuro muy próximo, pero no le importa tanto la soledad ni el acceso a estudios o formación digital de la que carecen las personas mayores", concluye el CJE.

Sobre esto, el Presidente de la Asociación de Estudios Psicológicos y Sociales asegura que es verdad: "Se critica mucho a las generaciones más jóvenes. De siempre ha pasado que las generaciones se creen mejores que las que vienen detrás. Las generaciones jóvenes creen que están descubriendo el mundo, a la vez que el resto los ven como peores que la propia. No nos recordamos nunca como jóvenes, se nos olvida como fuimos, y tendemos a ver solo los aspectos del paso que es congruente con el presente, y nos olvidamos de lo que hicimos que ahora es contrario a nosotros". 

"Hay que pensar en generaciones futuras, en dejarles el presente mejor. Tenemos dejar dejar de ser cortoplacistas, para centrarnos en el medio-largo plazo. De hecho hay sociedad que toman decisiones pensando en cómo van a afectar a las siete generaciones posteriores. La idea de generaciones futuras, no nacidas, es muy importante", opina el Catedrático en Sociología, José Fidel Molina-Luque. 

Estas últimas reflexiones podrían resumirse en una sola frase, que nadie puede rebatir: todos fuimos jóvenes y todos seremos mayores. Y por todos ellos, por los que son, fueron y serán, hay que trabajar para acabar con la discriminación por edad.

Sobre el autor:

LauraMoro

Laura Moro

Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.

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