El lenguaje no verbal del cara a cara: "Sánchez se vio avasallado por Feijóo"

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Rifirrafe por las pensiones en el cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo

El líder del Partido Popular (@ppopular), Alberto Núñez Feijóo (@NunezFeijoo) fue el claro ganador desde el punto de vista comunicativo del debate electoral organizado por Atresmedia. 

Así lo entiende el experto en comunicación no verbal, José Luis Martín Ovejero, quien opina que el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE (@PSOE), Pedro Sánchez (@sanchezcastejon), no estuvo a la altura. 

📺A las 22:00 comienza el debate más esperado antes de las elecciones del #23J, el único cara a cara entre @sanchezcastejon y @NunezFeijoo, organizado por @atresmediacom y moderado por @_anapastor_ y @VicenteVallesTV. Sigue el #CaraACaraAtresmedia en @65ymuchomas pic.twitter.com/p9XtzIn2vS

— 65YMÁS (@65ymuchomas) July 10, 2023

Un Pedro Sánchez tenso y "avasallado"

"Vi los papeles cambiados. Me esperaba a un Sánchez mucho más activo, con más iniciativa y mejor comunicación, y a un Feijóo, como el del Senado. Pero fue todo lo contrario. El candidato del PP fue rápido, tuvo mensajes contundentes, muy concretos, y avasalló a su rival, a nivel de comunicación", opina. 

"Dio la impresión de que –el líder del PSOE– no venía preparado y no tuvo capacidad de reacción", añade. 

"Por ejemplo, Feijóo mantuvo más la calma en cuanto al tono de voz –paralenguaje–, como es él de natural. Sin embargo, Sánchez empezó más agresivo, pero luego, ante lo que sucedía, le escuchamos más bajo, como si se hubiese encogido verbal y personalmente. Se vio menos seguridad en él", comenta.  

¿Quién crees que ha ganado el #CaraACaraAtresmedia ?

— 65YMÁS (@65ymuchomas) July 10, 2023

Y esta falta de confianza, asegura, también se notó en los gestos del presidente del Gobierno. "Ya antes del cara a cara se notaba cierto nerviosismo por parte de ambos políticos. Pero, cuando empezó el debate, se vio más seguro a Feijóo y más tenso a Sánchez", comenta. 

Y esto se observó, en primer lugar, por "varias micro-expresiones" incoherentes usadas en repetidas ocasiones por el presidente del Gobierno, como sonreír para mostrar rechazo. "Lo utilizó como un escudo ante los reproches. Es normal que uno lo haga en un momento concreto para ridiculizar al adversario, pero lo empleó en exceso. No es lógico", sostiene. 

La incomodidad de Sánchez fue palpable, sobre todo, en tres momentos del cara a cara: cuando hablaron de "la Ley de Sólo sí es sí, de los pactos con Bildu y al pedirle explicaciones sobre Marruecos", detalla Martín Ovejero.

Es más, en estas ocasiones, recuerda, Sánchez también se entrelazó los dedos y se encogió. Y es que, otro de los fallos del candidato del PSOE fue "su gestualidad de manos y brazos" que, pese a que por lo general "fue correcta", "hubo momentos en los que pareció muy exagerada". "Los levantaba mucho, como si tratara de dar más fuerza a sus argumentos porque sentía que estaba perdiendo. Intentaba ganar expandiéndose", analiza. 

Feijóo, el candidato que mantuvo la iniciativa

Feijóo, por contra, destacó por un buen manejo del lenguaje corporal, valora Martín Ovejero. "Miraba directamente a la cara a Sánchez cuando le lanzaba reproches. Eso transmite seguridad en sus convicciones. Y acompañaba muy bien su discurso con las manos, con gestos ilustradores y con una dirección corporal hacia su rival, que refleja compromiso", explica. 

También fue positivo, a su parecer, el hecho de que mostrase gráficos para apoyar sus ideas, sin "abusar" de ellos. "La capacidad de iniciativa quedó reflejada cuando le pidió a Sánchez que firmase una propuesta de acuerdo, en vivo y en directo, algo que no solemos ver. La sacó, la firmó, la puso en una carpeta y se la acercó para que la cogiera, pero Sánchez evidentemente no entró al juego. Esto demuestra iniciativa por parte de Feijóo y, en su contrincante, una imposibilidad de reacción", valora el experto en comunicación no verbal. 

Ahora bien, el presidente del PP también tuvo momentos mejorables en los que mostró cierto "desconcierto", como cuando "le hablaron de violencia de género o de la relación con VOX". A pesar de todo, a diferencia de Sánchez, "las emociones que iba reflejando su rostro eran coherentes con lo que decían sus palabras". 

Eso sí, matiza, en el minuto de oro, Sánchez estuvo mejor, porque "al menos miró" al espectador y acompañó sus palabras con gestos ilustradores. Por contra, el líder del PP "se confundió de cámara o no quiso mirar hacia ella y, en ese momento, el votante pudo desconectar más del mensaje, porque si yo no te miro, tú tampoco", concluye.

En cuanto al vestuario elegido, Martín Ovejero destaca que ambos se vistieron de forma correcta y clásica, como candidatos presidenciales, ambos con corbatas con un color corporativo.