¿Por qué no se debe pisar nunca una cucaracha?

Ves una cucaracha. Alerta. Pisotón. Problema resuelto. Así puede parecer a simple vista, pero en realidad el exoesqueleto de la cucaracha es capaz de sobrevivir a varios golpes y, de no hacerlo, servirá como llamada para otras cucarachas hambrientas, ya que por supervivencia no tienen reparos con el canibalismo.

Al fin y al cabo, no es casualidad que hayan perdurado durante 300 millones de años, sobrepasando incluso a los dinosaurios. En todo caso, para asegurarse de que no invaden tu casa, habrá que emplear estrategias más complejas.

Curiosidades sobre las cucarachas

El insecto-Terminator podría llamarse. Capaz de colarse por diminutas grietas, de soportar lesiones graves durante meses e incluso de seguir viviendo sin cabeza durante más de una semana, no es un insecto fácil de aniquilar. Pero quizás lo más sorprendente sea su capacidad para soportar hasta 900 veces su peso, tal y como afirma un estudio del Departamento de Biología Integral de la Universidad de Berkeley.

'Este rígido exoesqueleto les sirve además para correr rápidamente a velocidades cercanas a 1,5 metros por segundo, escalar paredes, correr por los techos y balancearse sigilosamente bajo las repisas' afirman Robert J. Full y Kaushik Jayaram, autores del estudio.

 

 

Por esta razón, un pisotón puede no ser suficiente si no se rompe su parte dura y se llega a la parte interna, y aunque así lo parezca, en realidad puede que se estén haciendo las muertas. 

En algunas ocasiones, sin embargo, lo peor es que realmente mueran, ya que pueden tener lugar situaciones aún más preocupantes. 

Cuidado al matar una

Las cucarachas, al igual que otros insectos, son portadoras de bacterias en su interior. De modo que, al pisarlas y abrir su exoesqueleto, podemos estar abriendo un cúmulo de bacterias que, en algunos casos, pueden terminar provocando alergia y asma.

Si además estas bacterias entran en contacto con los alimentos, Rentokil advierte de que puede contraerse salmonela y otras enfermedades intestinales como la disentería o gastroenteritis, el Staphylococcus y Streptococcus.

En casos más graves, pueden llegar a transmitir el cólera, la lepra, la E. Colli o fiebre tifoidea.

¿Qué hacer entonces?

Muchas veces, la presencia de una cucaracha significa que hay otras muchas más escondidas. Por tanto, incluso para casos domésticos, se recomienda acudir a los profesionales en la eliminación de plagas.

 

 

En cuanto a utilizar insecticidas de forma casera, Robert J. Full advierte de que se trata de un alivio temporal, ya que por lo general, además de no alcanzar el origen de la plaga, ‘pueden volverse resistentes a lo compuestos de uso común’ y acabaría siendo más dañino para los humanos que para los propios insectos.