Trucos fáciles para restar calorías a tus platos y perder peso

Hacer nuestros platos un poco más ligeros a veces obedece a que queramos cuidarnos, bajar algún kilo o, simplemente, a hacer cenas más ligeras para no tener el estómago pesado cuando nos vamos a dormir. Podemos incorporar a nuestro día a día en la cocina unos sencillos trucos que nos pueden ayudar a quitar calorías a nuestros platos.

En primer lugar, podemos optar por técnicas culinarias que requieran un menor uso de aceite, como al vapor, asado o a la plancha. En este sentido, el microondas y el horno serán nuestros aliados a la hora de elaborar nuestros platos. Por ejemplo, unas patatas fritas pueden ser un acompañamiento estupendo para una carne, pero no es lo que se dice ligero. Una opción más saludable es si esas patatas las hacemos al horno. Podemos cortarlas de la misma manera, las mezclamos en un cuenco con dos cucharadas de aceite y sal y las ponemos en una bandeja a hornear unos 20 minutos.

Imprescindible una buena sartén

Nuestros utensilios de cocina también nos pueden ayudar. Las sartenes deben antiadherentes, para que nos permitan usar la mínima cantidad de aceite posible a la hora de preparar nuestros alimentos y estos no se peguen. Al igual que el papel de horneado, que nos permite hacer pescados al horno sin necesidad de usar aceite.

A la hora de elaborar un guiso o un caldo, podemos aligerarlo quitándole parte de la grasa que tiene. Lo dejamos enfriar en la nevera de tal forma que la grasa se solidifique para que nos sea más fácil retirarla.

Incluir carnes en la alimentación no es malo, al contrario, está recomendado para obtener los requerimientos diarios de proteína. El problema es que a veces llegamos a abusar de su consumo y en ocasiones elegimos los cortes con las grasas menos saludables. Por eso, a la hora de consumir carne, mejor la de aves sin piel (pollo y pavo) y de conejo y de las carnes rojas, elegiremos las más magras y retiraremos toda la grasa visible antes de cocinarla.

Reducir la cantidad de aceite

Hay que tener cuidado con las salsas y moderar su uso porque muchas veces incorporan ingredientes con alto contenido graso. Por ejemplo, podemos emplear lácteos desnatados para elaborarlas y reducir la cantidad de huevo y aceite. También podemos echarle imaginación y elaborar un aderezo a base de yogur, zumo de limón, ajo, pimienta y sal.

Otra opción para reducir la cantidad de aceite de nuestros aliños es emplear el uso de vinagretas, en todas sus variedades, ya que constituyen una salsa más ligera que las elaboradas a base de aceite.