Banca

Los mayores y los habitantes de pueblos, las grandes víctimas del cierre de oficinas de la banca

Pepa Montero

Martes 29 de octubre de 2019

12 minutos

La banca ha cerrado 18.607 sucursales en los últimos diez años

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Pepa Montero

Martes 29 de octubre de 2019

12 minutos

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La banca está inmersa en un proceso abrupto y fulminante de reducción de la red de oficinas, al tiempo que rediseña su modelo de relación con el cliente. Las estadísticas y los expertos consultados por 65Ymás coinciden en que las entidades financieras restringen cada vez más las operaciones que se pueden hacer a través de la ventanilla, y pretenden que sus sucursales sean espacios para asesorar y vender productos financieros.

Este proceso de supresión de sedes comerciales, que corre en paralelo a la digitalización de las entidades y de los consumidores, está causando víctimas no tan colaterales: las personas mayores, que en un elevadísimo porcentaje no están acostumbradas a operar a distancia y cada vez cuentan con menos oficinas físicas a las que acudir; los habitantes de los pueblos pequeños, muchos de los cuales ya no disponen de ninguna sucursal (y los hay incluso sin siquiera cajero automático) donde sacar el dinero de la nómina o pensión; y los empleados de banca, prejubilados, despedidos o reconvertidos.

Según datos extraídos del Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas (@EconomistasOrg), en los últimos diez años se han cerrado en torno a 18.607 sucursales en España, desde las 44.362 existentes en 2009 hasta las 25.755 contabilizadas a finales del primer trimestre de 2019. Esto significa que la banca ha suprimido en torno al 42% de sus sedes comerciales durante la última década.

Evolución del número de oficinas de entidades de depósito
Fuente: Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas
 

Una situación que en los últimos meses ha empeorado, ya que, según los últimos datos del Banco de España (BdE @BancoDeEspana), en junio pasado, el número de oficinas se situaba en 25.408, mientras que durante el mismo mes de 2009 era de 44.759. Las razones de este apresurado cierre de sucursales hay que buscarlas en el afán de los bancos por recortar costes, para asegurar su rentabilidad y mantener su margen, y así tener satisfechos a sus accionistas, en un clima en el que la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE @ecb) va a mantener los actuales tipos de interés en mínimos. 

Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas, explica que hay dos vertientes del problema. Por una parte, "España tenía una irracional sobredimensión de sucursales, puesto que en numerosas localidades pequeñas había tres o cuatro oficinas, ya fueran de bancos, cajas de ahorros o rurales, unas en frente de las otras, y eso había que corregirlo". Pero, por otra parte, "el actual cierre de sedes está afectando a un colectivo social, el de las personas mayores, poco preparadas para las nuevas tecnologías, que se está quedando sin sucursales y sin apoyo".

La realidad, avalada con las cifras, demuestra que España sigue teniendo una mayor proporción de oficinas bancarias que el resto de Europa: 6,7 sucursales por cada 10.000 habitantes, mientras que en Francia hay 5,7 sedes, Alemania tiene 3,5 y Reino Unido, tan solo 1,6. "La disminución de sucursales forma parte del objetivo marcado por el BCE de reducir las 28.000 sedes que existían en 2017-2018, dejándolas en unas 10.000, y responde al pragmatismo de las propias entidades, a las que la política europea de bajos tipos les está llevando a intentar compensar la bajada drástica del margen con comisiones, cierre de sedes y despidos. Si esta adversa situación no existiera, quizá los bancos no estarían efectuando esa reducción tan abrupta", argumenta Antonio Pedraza.

Número de entidades de depósito

Fuente: Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas

 

Cerrar oficinas también conlleva un coste para los bancos, además de un adelgazamiento de la masa laboral y las consiguientes indemnizaciones por bajas incentivadas y desvinculaciones de los trabajadores.

Más del 50% de pueblos están ya sin sucursal bancaria

Los principales bancos han cerrado 701 sucursales en el primer semestre de 2019, siendo Caixabank la que más clausuras ha realizado: tiene ya 312 oficinas menos que en el primer semestre de 2018, mientras el Santander contaba a finales de junio con 221 menos. En el caso del Santander, ya ha empezado a ejecutar, en septiembre y octubre, el recorte de 1.150 sucursales anunciado para reducir la red por la integración del Popular. Más en concreto, en octubre cerrará 334 oficinas y en noviembre tiene previsto cerrar 412 sedes.

Después de Caixabank y Santander, los bancos que más sucursales han suprimido en el primer semestre son BBVA (148 menos que en junio de 2018), Sabadell (13 menos) y Bankia (7 menos).

El cierre de oficinas resulta más comprensible, por decirlo de alguna manera, en el caso de los bancos, "porque el enfoque del beneficio y de las acciones en bolsa les obliga a tener a sus clientes satisfechos, pero no tiene tanta explicación en las cajas de ahorros y rurales, ya que en sus estatutos contemplan el beneficio social, y dentro de ese beneficio estaría el invertir en la comunidad. El problema es que esas cajas se están yendo de los pueblos también", comenta Antonio Pedraza, quien recuerda que, según uno de los últimos estudios publicados, el cierre de oficinas "afectaría hasta a 1.256.000 personas, el 2,7% de la población ya no tiene oficinas bancarias. Hay más de 4.114 municipios sin oficina bancaria; el 50,7% de todos los pueblos".

 Oficinas bancarias en comunidades autónomas

 

Para la presidenta de la asociación de consumidores financieros ASUFIN (@asufin_), Patricia Suárez (@WonderWomanPSR), vivimos un claro momento de transición tecnológica, en el que, por un lado, "las entidades avanzan en los procesos para gestionar las operaciones vía internet y cajeros, de forma que los clientes casi no tenemos que acudir al banco. Esto, en las zonas rurales, está generando problemas como el cierre de oficinas, dejando desamparados a muchos mayores que no tienen capacidad de gestionar sus finanzas de manera online, personas que sufren la brecha digital". En esta situación influye también la tendencia a la desaparición del dinero en efectivo. "En los países nórdicos, el 95% de las operaciones se realizan por internet. En este sentido, si desapareciera el efectivo y las personas mayores pudieran gestionar sus finanzas mediante un móvil, no habría problema, pero no es el caso ahora mismo", constata Suárez.

Otra vertiente de la situación es qué sucede con los trabajadores de esas oficinas que se cierran. Al decir de la presidenta de ASUFIN, es evidente que ya no será necesario tanto personal en tareas de atención al público, pero "serán precisos en otras áreas, como la atención telefónica, el tratamiento de datos, la privacidad y seguridad de las transacciones, es decir, desaparecen unos puestos y surgen otros". El vaticinio de Patricia Suárez es que, probablemente, "las oficinas bancarias van a terminar desapareciendo en todas partes. Ya hay neobancos que te abren una cuenta sin necesidad de acudir a la oficina, de hecho, casi la única operativa que te obliga a personarte en un lugar físico, es la firma de una hipoteca".

Sin rentabilidad comercial no hay sucursal

"Los bancos están cerrando sucursales, fundamentalmente, por el coste, puesto que en numerosos puntos ya no les es rentable a nivel comercial el tener una oficina con personal físico. Y es que, desde que los clientes se han acostumbrado a usar las herramientas online, la banca por internet, el cajero, etc., cada vez pisan menos la sucursal y, en consecuencia, los empleados lo tienen más difícil para colocarle al cliente de a pie los seguros, planes de pensiones, préstamos personales, etc, que antes les vendían", razona Pau Monserrat (@pmonserrat), profesor de Economía Financiera de la UIB y economista de Enfintech (@Enfintech_com). Este experto en inversión recuerda cómo la banca tradicional ha utilizado las oficinas para venderle "de todo" a sus clientes, desde preferentes a hipotecas multidivisa o préstamos con IRPH.

"El personal comercial de oficina es un puesto abocado a desaparecer", asegura Monserrat, quien considera que los empleados de banca, "o bien se especializan para ofrecer asesoramiento sobre productos concretos, o se forman en temas relacionados con la tecnología, porque los bancos tradicionales tendrán que volverse útiles a esta nueva banca tecnológica que no necesita sede física". En este sentido, "los empleados que se reciclen podrán trabajar en las fintech, neobancos y similares", concluye.

La digitalización tiene la culpa... ¿de todo?

La clausura de oficinas irá a más, afirma Luis García-Langa (@luisgarcialanga), director de Corredordefondos.com (@CorredorDfondos) y asesor de Sidiclear SICAV, "cuando la robotización sea más habitual y las fintech se desarrollen del todo". Para este economista, los cierres tienen dos motivos: las entidades estaban sobredimensionadas, con demasiadas oficinas y empleados; y además los bancos ahora tienen márgenes de tipos de interés muy pequeños. "¿Cómo pueden seguir dando beneficios a sus accionistas? Pues reduciendo costes y ampliando ingresos; para lo primero, la forma más fácil es reducir personal y cerrar oficinas, y para lo segundo (aumentar los ingresos) recurren a subir las comisiones".

¿Cómo les afecta a los clientes estos cierres? Por una parte, al acudir menos a la sucursal, "será más difícil que le endosen productos-trampa, de elevado riesgo, o simplemente, productos que no necesita. La parte negativa es que una máquina también te puede engañar o inducir a error, y en suma, pierdes servicios que hasta ahora tenías", según García-Langa. El consejo del director de Corredordefondos.com es que para la gente más joven y acostumbrada a internet "es preferible contratar un robo advisor que el fondo que te vende el banco, pero para la gente mayor esto les supone dolores de cabeza tremendos, y al final recurren al banco, aunque les cueste desplazarse a una oficina más lejana".

Javier Mezcua, especialista en finanzas en el comparador financiero HelpMyCash.com (@InfoHelpMyCash), señala que las expectativas de que se mantengan tipos bajos durante los próximos años han trasladado sobre los bancos una gran presión para asegurar su rentabilidad y su margen de intereses, lo que ha provocado la necesidad de reducir costes y una de las vías ha sido cerrar oficinas. "Una estrategia avalada por los reguladores que insisten, incluso, en que todavía hay margen para reducir costes por esta vía, con el objetivo de igualar la red española a la media de la eurozona (en 2016 el número de oficinas por cada 100.000 habitantes era de cerca de 60 en España, mientras que la media de la eurozona era de 40, según el Banco de España). Asimismo, la reestructuración bancaria de la última década, que ha reducido notablemente el número de grupos bancarios, ha generado duplicidades. Tras el baile de fusiones, algunas entidades han acabado por tener oficinas muy cerca las unas de las otras; otra razón más para reducir su número", detalla Mezcua.

Para los expertos de Help My Cash, "la digitalización promete seguir siendo una excusa recurrente para mantener la tendencia al cierre de oficinas. El cambio generacional ha provocado que muchos clientes prefieran operar a través de Internet, así que ahora, disponer de una extensa red de sucursales ya no es una prioridad para los bancos y los esfuerzos se encaminan hacia ofrecer un amplio catálogo de productos y servicios digitales", que puedan responder a las necesidades del nuevo perfil de cliente y, a la vez, competir con las propuestas de la banca fintech, que ofrece todos sus productos por Internet.   

¿Hay solución para los mayores en la España vaciada?

El presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas, Antonio Pedraza, apunta dos soluciones que están adoptando las entidades que echan el cierre: dejar cajeros desplazados, lo que conlleva un coste económico para la entidad y problemas de manejo y de seguridad para las personas mayores. En algunos municipios, se está revitalizando la figura del agente financiero, un intermediario al que el banco le traspasa sus activos y que, si el negocio le es rentable, instala una oficina pequeña en el pueblo (suelen ser de más de 2.000-3.000 habitantes) y gestiona las póliza, préstamos, etc.

Patricia Suárez, presidenta de ASUFIN, considera que "la situación se va a complicar más, de hecho en algunas comunidades autónomas se están implementando autobuses para mover una vez por semana o cada 15 días a estas personas a lugares donde sí hay oficinas bancarias. Desde ASUFIN creemos que hasta que no haya una auténtica educación financiera digital, las entidades financieras deberían seguir ofreciendo un servicio mínimo oficial comparable al de Correos.

Sobre el autor:

Pepa Montero

Pepa Montero

Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).

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