¿Durante cuántos años te puede investigar Hacienda?

Recibir una notificación de que Hacienda va a investigarte no es plato de buen gusto. Además, en el momento de abrir la carta y leer la noticia, surgen infinidad de preguntas, incluso cuando tienes la seguridad de que todo está en orden.

La Agencia Tributaria emprende inspecciones por diferentes motivos. A veces, son operaciones sospechosas las que hacen saltar las alarmas, pero también puedes ser elegido de forma aleatoria para dar un repaso a tu declaración.

Entre las dudas que pueden aparecer en este momento está la duración de la inspección. ¿Durante cuánto tiempo podemos tener la mirada de Hacienda sobre nosotros? ¿Existen plazos regulados por la normativa?

En general, cuando iniciamos cualquier trámite, solemos tener muy presentes los plazos determinados marcados por la administración. De la misma forma que nosotros tenemos periodos y fechas límites, también Hacienda los tiene. Por eso, existe un tiempo máximo en el que se puede llevar a cabo la inspección.

No obstante, aunque solemos entender que todas las comprobaciones de Hacienda son inspecciones, lo cierto es que hay diferentes tipos. Por eso, la duración de cada procedimiento puede ser diferente.

Dos actuaciones distintas

En el sentido estricto de la palabra, sólo las operaciones llevadas a cabo por el Cuerpo de Inspección Tributaria son las clásicas inspecciones de Hacienda. Sin embargo, los órganos de Gestión también pueden hacer comprobaciones relativas al cumplimiento de las obligaciones tributarias.

Este segundo departamento se encarga de tareas más “sencillas”, relacionadas con actuaciones de alcance parcial y muy concreto. Por eso, su plazo máximo para terminar la revisión es de seis meses.

Por el contrario, en el caso de los procesos llevados a cabo por los órganos de inspección, que son más generales, tienen más margen. Lo más habitual es que la inspección dure alrededor de un año y medio (18 meses), aunque existen algunos casos en los que llega a durar dos años (24 meses). Esto ocurre cuando se investiga a empresas con un volumen muy alto de negocio o si se necesita que presente cuentas consolidadas.

El resultado de estas inspecciones puede zanjarse con una sanción, si se detecta un fraude fiscal. En los casos más graves, los delitos pueden conllevar hasta seis años de cárcel.