Carolina Madroñal Machero
Economía familiar
¿Qué cuesta más, dejar el aire acondicionado encendido o apagarlo y encenderlo?
El truco para reducir los gastos energéticos mientras te mantienes fresco en verano

Con la llegada del verano y el aumento implacable de las temperaturas, el aire acondicionado se ha convertido en el principal aliado contra el abrasante calor. Sin embargo, aunque su uso puede aumentar considerablemente nuestra comodidad, también puede suponer un incremento notable en la factura de la luz. ¿Cómo podemos, entonces, ser más económicos sin comprometer nuestro bienestar? Los expertos lo tienen claro: aunque muchas personas creen que encender y apagar el aparato según el nivel de calor es la mejor manera de ahorrar, dejarlo encendido al mínimo resulta mucho más eficiente.
Cada grado menos, un 8% más de consumo
Mantener una temperatura constante, según informan técnicos del sector energético, permite que el equipo trabaje de forma estable y con menor esfuerzo. Cada vez que se enciende el aire acondicionado, el arranque desde cero obliga al sistema a consumir más energía para volver a enfriar el ambiente. Este proceso implica un uso más intenso del compresor, el elemento que más electricidad consume dentro del aparato.
Además, se informa que el aire acondicionado incrementa su consumo energético un 8% por cada grado que se reduce en el termostato. Por ello, no se recomienda fijar temperaturas excesivamente bajas. Lo ideal, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), es mantener el termostato entre 24 y 26 grados centígrados durante el día.
Alternativas más económicas: el ventilador
El ventilador consume menos energía que el aire acondicionado, pero también ofrece un nivel de refrigeración mucho menor. En momentos de calor extremo, puede resultar insuficiente. Una opción intermedia consiste en usar ambos dispositivos de forma combinada: encender primero el aire acondicionado para alcanzar la temperatura deseada y luego mantenerla utilizando el ventilador, lo que permite un uso más racional de la energía.
El momento más crítico: la noche
Con las altas temperaturas que se están registrando en toda España durante estos días, dormir con el aire encendido se ha convertido en una necesidad para muchas personas, aunque su uso nocturno puede provocar molestias si no se gestiona bien.
Neumólogos recomiendan darse una ducha templada antes de acostarse o aplicar agua fría en las muñecas y el cuello, como métodos eficaces para conciliar el sueño sin depender totalmente del aire acondicionado.
Además, para mejorar la calidad del descanso, podemos inspirarnos en trucos de origen japonés utilizados durante generaciones. Uno de los más conocidos consiste en colocar sábanas ligeramente húmedas o dormir sobre esteras de bambú, lo que permite una mayor transpiración sin necesidad de aire forzado.

Trucos para reducir el gasto sin renunciar al confort
Existen diversos consejos prácticos para mantener tu casa fresca y confortable sin que esto implique un aumento excesivo en la factura eléctrica:
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Mantén puertas y ventanas cerradas mientras el equipo esté en funcionamiento para evitar pérdidas energéticas.
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Cierra cortinas y baja persianas durante las horas de mayor exposición solar para prevenir el sobrecalentamiento del hogar.
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Elige bien la ubicación de la unidad interior: es preferible instalarla en zonas con buena circulación de aire y alejadas de fuentes directas de calor, como la luz solar.
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Protege la unidad exterior con toldos o ubícala en zonas sombreadas para evitar que se sobrecaliente.
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Limpia los filtros regularmente y realiza revisiones técnicas al menos cada dos años para garantizar un funcionamiento óptimo.
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Opta por equipos eficientes: aunque la inversión inicial pueda ser mayor, es recomendable utilizar modelos con etiqueta energética tipo A o superior, ya que a largo plazo el ahorro será considerable.