
El desafío de la longevidad: cómo cambiarán las formas de trabajo y jubilación si vivimos 100 años
Expertos apuntan a que es una oportunidad para replantearse nuestro futuro

En el año 2050, se calcula que más del 30% de la población tendrá más de 65 años. Un fenómeno, el del aumento de la longevidad, que plantea importantes desafíos en distintas dimensiones sociales y económicas, pero también numerosas oportunidades como puede ser replantearnos las etapas de la vida. Expertos como Lynda Gratton y Andrew Scott apuntan a que conceptos como una vida dividida en tres etapas (educación, trabajo y jubilación) deben transformarse, o al menos replantearse, ante la perspectiva de una vida mucho más larga y en muchos casos, más activa hasta edades más tardías.
En su libro La Vida de 100 años señalan que este modelo ha sido concebido en un contexto donde la duración de la vida laboral era limitada. Sin embargo, consideran que este esquema está obsoleto, por lo que proponen un modelo flexible que contemple transiciones entre diferentes etapas de la vida. Esto implica desarrollar una educación continua que se ajuste a las necesidades cambiantes del mercado laboral, fomentar el aprendizaje vital para asegurar una carrera profesional dinámica y adaptar las relaciones sociales para que sean un soporte a lo largo de la vida.

La necesidad de formación continua a lo largo de toda la vida
La revolución tecnológica y las exigencias del mercado laboral convierten la necesidad de seguir formándose, no solo durante la etapa universitaria, si no más allá de ella. Según el último Informe sobre el futuro del empleo 2025 del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) habrá 78 millones de nuevas oportunidades laborales de aquí a 2030, pero destacan que se necesita "mejorar urgentemente las capacidades para preparar a los trabajadores". Y es que tecnologías como la Inteligencia Artificial, transformarán miles de trabajos para siempre.
Esto es una característica especialmente importante para muchos sénior, a los que se les suele atribuir estereotipos negativos, que no siempre son ciertos, relacionados con menores capacidades digitales o de adaptarse a entornos cambiantes. Para estar al día, existen numerosos recursos en universidades, academias e incluso cursos online que pueden permitir a los trabajadores sénior mantenerse renovados, además de los recursos que ofrezcan las propias empresas.
Trabajo, cada vez más flexible y dinámico
A este concepto, se une el hecho de que es probable que la vida activa se extienda más allá de los 40 años actuales, con 8 horas de trabajo fijo. Por eso, según Lynda Gratton y Andrew Scott, las empresas deben replantear su estructura y funcionamiento ante el incremento de la esperanza de vida. La atracción y retención del talento se convierte así en un objetivo primordial. Y es que en un entorno laboral en el que las carreras se alargan, la adaptación al cambio es imprescindible. Esto implica no solo ofrecer cursos y talleres, sino también fomentar un ambiente que permita la actualización constante de habilidades.
En La Vida de 100 años se menciona además cómo el trabajo debe ser capaz de ajustarse a las distintas fases de la vida de los empleados. La implementación de políticas que permitan la flexibilidad horaria y opciones de trabajo remoto puede facilitar el equilibrio entre la vida personal y laboral. Esto es especialmente importante en un mundo donde las personas pueden optar por cambiar de carrera varias veces a lo largo de su vida y refuerza la necesidad de estar abiertos a la reinvención continua.

Reinvención de la jubilación
Respecto a la jubilación, numerosos expertos apuntan a que ésta no debe entenderse como un punto final en la etapa laboral, si no que se debe abordar también con flexibilidad. Tanto con programas de preparación para esta etapa, como fomentando el mentoring intergeneracional o la jubilación parcial en los últimos años. Además, son cada vez más los estudios que aseguran que mantenerse activo más allá de la jubilación, o incluso emprender nuevas actividades, profesionales o recreativas, contribuye a un mejor envejecimiento, así como seguir fomentando las relaciones sociales.
La planificación financiera, es otro de los puntos básicos de esta etapa. Más allá de la pensión pública, el haber ahorrado para la jubilación a lo largo de la vida con productos de previsión alternativos, puede marcar la diferencia entre un retiro cómodo y sin preocupaciones o tener que preocuparse por llegar a fin de mes. Y es que un horizonte en el que se viva hasta casi los 100 años puede suponer pasar más de 20 años como jubilado.
El papel de BBVA y Mi Jubilación
En resumen, vivir más años es una oportunidad para reinventarse, pero requiere planificación en términos de trabajo, educación y finanzas. Desde portales como Mi Jubilación de BBVA ofrecen recursos y orientación para que los mayores puedan planificar su jubilación y continuar activos, adaptándose a las nuevas demandas laborales, así como tomar decisiones informadas para un futuro más seguro.
Según explican desde la propia entidad, "Mi Jubilación de BBVA ayuda a las personas a planificar su futuro, brindando acceso a recursos financieros que permiten aprender cómo gestionar el ahorro, optimizar los recursos y disfrutar de una jubilación activa".