Hervás, uno de los pueblos más bonitos del valle del Ambroz

Solo por ver la calle más estrecha de nuestro país, ya merece la pena la visita. Sin embargo, recorrer la angosta Travesía del Moral es uno de los numerosos alicientes que ofrece la preciosa localidad de Hervás en el norte de Cáceres. Un pueblo cuyas miradas se centran en su magnífico y bien conservado barrio judío, declarado Conjunto Histórico Artístico en los años 60. La sucesión de pequeñas calles albergan viviendas con tradición e historia en sus paredes y que nos recuerdan ese asentamiento de la colonia judía en el siglo XV.

Senderos de castaños rodean Hervás

Dicen que las estaciones de otoño y primavera son las mejores fechas para visitar este enclave del barrio del Ambroz. Y es que Hervás no solo es su conjunto arquitectónico, sino que el valle del Ambroz, donde se sitúa, goza de unas inmejorables muestras de paisaje natural. Así, a los que les guste disfrutar de un buen paseo respirando aire puro les recomendamos algunos senderos:

• Subida al monte Pinajarro. Con más de 2.000 metros de altitud es la cumbre más alta de este valle.
• Ruta alrededor del Pantano de Baños.
• Castaños del Temblar en la Sierra de Segura.

Visita al barrio judío 

Lo mejor de este tranquilo pueblo es recorrer –prepárate para algunas de sus empinadas calles– todas las callejuelas que forman este barrio judío tan bien conservado pese al paso de los siglos. En tu recorrido puedes admirar ejemplos típicos de casas hechas de adobe y madera y con la balconada típica de este tipo de construcciones civiles que nos remontan a los siglos XIV y XV. En relación con este vecindario, es de obligado cumplimiento visitar la Fuente Chiquita sobre el río que lleva el mismo nombre que el valle. Junto al puente medieval de ese fluvial, todos los años se celebra una festividad a modo de representación teatral de Los Conversos. Un festival que nació para divulgar la historia y patrimonio de Hervás durante el período de convivencia de las comunidades cristiana y judía de la época.

Más lugares que visitar

Dejando atrás el barrio judío, nuestra visita a este pueblo continúa con la iglesia de Santa María de Aguas Vivas, un excelente mirador de todo el pueblo y de su paraje natural de los alrededores. Se mantiene intacto este enclave con su torre y su estructura de muralla defensiva. Otro espacio religioso que merece una parada es el Convento Trinitario con la iglesia de San Juan Bautista, en la que podremos contemplar una muestra de retablos barrocos.

Y no hay jornada turística que se precie que no tenga un tiempo para probar lo mejor de la gastronomía local. Acércate a alguno de sus numerosos bares de tapas y pídete una copa de vino de pitarra de la zona para acompañar raciones de morcilla de calabaza, embutidos, una buena caldereta de cordero o el típico cochinillo cuchifrito.