Cartas a la directora

La 'mili', la pensión y los populismos

Kike Román (Comité de ASJUBI40)

Foto: Europa Press

Jueves 28 de abril de 2022

5 minutos

La 'mili', la pensión y los populismos
Kike Román (Comité de ASJUBI40)

Foto: Europa Press

Jueves 28 de abril de 2022

5 minutos

Cartas al director (cintillo)

 

Siguiendo el hilo de mi compañero Miguel Haro sobre la mili, y cómo esta nos frenó en seco nuestra vida laboral y familiar, podría comentar que fue un instante de nuestras vidas del que aprendimos mucho, haciendo valer el lema: unas veces se gana… y otras se aprende. Y aprendimos mucho durante 14 meses o más; aprendimos a preguntarnos muchas cosas –hablo generalizadamente– y curiosamente, según iba pasando el tiempo –aprendiendo– nos las contestábamos.

Había una serie de consecuencias o secuelas que muchos padecían por haber servido de forma obligatoria a la Patria. Muchas personas, en primera instancia, la primera secuela que sufrían era que cuando les daban la blanca (la cartilla militar), se licenciaban y volvían a la vida civil, se encontraban entonces… con que ya no tenían trabajo. ¡Cuántas personas tuvieron que vivir ese desagradecimiento de ese primer paso del pacto social del orden establecido!

Al cabo de los años, otra de las consecuencias de la mili es que te enteras de que no ha servido para casi nada a efectos de cotización a la Seguridad Social. Si te cuenta para alguna casuística, te cuenta 12 meses, y no los 14 meses o más. ¡Qué  ingratitud! ¿Cómo puede ser que todo vaya en contra, cuando nosotros siempre fuimos a favor? A mí en particular la mili no me ha contado para disminuir mis coeficientes reductores. Teniendo casi 44 años cotizados, si me hubieran tenido en cuenta “mi servicio a la Patria”, podría haberse reducido mi coeficiente reductor. Sería importante saber cómo tratan esto en otros países.

Volviendo al aprendizaje en la mili puedo comentar como anécdota, que aprendí a mis 21 años lo que era el populismo. En aquel momento yo no sabía que existía la palabra populismo, por lo tanto, la sustituía por hipocresía o cinismo. Os cuento cómo fue la experiencia. Hice el campamento, o sea la instrucción, en Cerro Muriano (Córdoba) en el año 1978 en julio, agosto y 20 días de septiembre… en fin, a la fresquita, perdí 15 kilos. Cuando llegas, llegas con respeto, prudencia… y miedo. Al fin y al cabo, te han arrancado de tu vida, y pasas a otra muy diferente, rayando la hostilidad. La compañía donde habitaba estaba compuesta por más de 200 personas, y los mandos correspondientes. Entre estos mandos había tres alféreces. Cada semana le tocaba a uno de ellos ser el oficial. En los primeros días se fueron presentando uno a uno. De los tres que hicieron su presentación, a mis 64 años, solamente recuerdo perfectamente a uno. Fue el más populista. Cuando le tocó arengarnos, lo hizo con un tono de voz más suave, casi paternalista. A esa edad, con 21 años, y teniendo la intranquilidad y angustia por la forma de vida que estabas viviendo, toda voz amiga era bien recibida, bajabas la guardia, y decías: “pues no todo es malo”. Después de la arenga todo el mundo estaba con él, era el mejor alférez. Teniendo poco recorrido en la vida, conoces muy poco, experiencia… ninguna. Cualquiera con malas artes te puede engañar. El conocimiento y el pensamiento crítico te hacen ser más libre, ojalá estos ingredientes aparecieran a edades tempranas.

En cuanto al alférez que nos había prometido, en su mitin, que con él íbamos a ser tratados como a personas, que no importaba equivocarse y no sé yo cuántas más bondades, empezó muy pronto a definirse la realidad de este personaje o personajillo. La primera fue limpiar, como castigo, la compañía. Eso fue lo más leve. Cuando todas las compañías terminaban su instrucción, la nuestra seguía como castigo; pero el castigo era algo más intenso. Al sol, en agosto, en Cerro Muriano, corriendo sin parar con un fusil, era enfermizo. Veía de vez en cuando caer compañeros por agotamiento. La guinda( tortura) era mantener el fusil al aire durante 10 minutos. Los insultos mentales que le proferíamos eran continuos, y así, todo el periodo de instrucción.

Nos vemos en Europa

Y de esa forma descubrí lo que era el populismo: “Decir o prometer cosas que quieren oír, que luego no puedes o no deseas cumplir”. Esta es mi definición, muy sencilla.

En ASJUBI40 (@asjubi40) hemos aprendido de los populismos baratos. Ahora en esta fase creemos reconocer, y de forma muy certera, quién habla de forma gaseosa. Por eso hemos enterrado todos los engaños de unos y de otros, buscándonos nuestro propio destino por iniciativa de colectivo, no por palabras de unos terceros que se atrevieron a decir, en una arenga, una frase que queda para la historia de la demagogia, del populismo barato: “Una situación intrínsecamente injusta”.

A todos esos que nos dieron esperanza y después nos la quitaron les decimos: “Nos vemos en Europa”.

Kike Román, miembro del Comité de ASJUBI40, Asociación Jubilación Anticipada Sin Penalizar con 40 o más años cotizados


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