Francisco Devia
Opinión

'La Guerra de las Trincheras. El Frente Occidental en la Primera Guerra Mundial (1914-1918)'

Francisco Devia

Martes 23 de abril de 2024

4 minutos

'La Guerra de las Trincheras. El Frente Occidental en la Primera Guerra Mundial (1914-1918)'

Martes 23 de abril de 2024

4 minutos

El mes pasado, en la librería Tercios Viejos de Madrid, el autor Ismael López Domínguez presentó su libro La Guerra de las Trincheras. El Frente Occidental en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), en compañía de Fernando Álvarez, representante de la Editorial Ático. 

El escritor López Domínguez hizo una introducción de su libro, señalando que uno de los motivos por los cuales lo escribió fue la ausencia de textos en español relativos a la Gran Guerra. Así mismo, en forma muy amena, relató una serie de antecedentes históricos sobre esta conflagración mundial, los cuales podríamos resumir así:

El año de 1914 fue el más sangriento de los cuatro que duró esta Guerra Mundial, producto, en gran medida, por el hecho de que las tropas de ambos bandos no estaban preparadas para enfrentarse a las nuevas armas o sistemas de guerra, tales como fusiles, ametralladoras, artillería, etc. Añadió que en otro libro, La batalla del Marne, aborda también esta problemática.  

Así mismo, indicó que un detalle que parecería banal, pero que no lo fue, consistió en que el Ejército francés, cuando comenzó la guerra, utilizó un uniforme con pantalones rojos, lo cual lo hacía un blanco muy fácil para la fusilería enemiga.

Con respecto al año 1915, éste es denominado el año olvidado, sin embargo, fue una etapa donde hubo una serie de avances y retrocesos.

El año 1916 está caracterizado por las dos grandes batallas: el Somme y Verdún, las cuales fueron verdaderas carnicerías (más de un millón de muertos, respectivamente).

El año 1917 podría ser etiquetado como aquel en que Estados Unidos se une a la Triple Entente (Alianza Rusia-Francia) después del hundimiento del barco Lusitania (el cual sí llevaba pertrechos bélicos como afirmaba el Imperio del Kaiser Guillermo II) y el intento diplomático alemán por convencer a México de invadir a los Estados Unidos.

El año 1918 es aquel en el que el Alto Mando alemán se da cuenta, aunque el Ejército del Zar Nicolás II claudica y firma un armisticio con el Imperio Alemán, y el General Ludendorff efectúa el último esfuerzo por romper la línea defensiva de la Triple Entente. Dicho Alto Mando ve que no está capacitado para triunfar como consecuencia de la intromisión de Estados Unidos. 

El autor también hizo referencias a que la Guerra de las Trincheras fue un infierno, donde la vida prácticamente se hacía bajo tierra, producto del intenso fuego de artillería. Mencionó que, durante toda la guerra, la relación entre los oficiales ingleses y franceses no fue siempre cordial, por el contrario, muchas veces alcanzó un alto y elevado nivel de hostilidad. Estas diferencias se debían en gran medida a que Francia exigía que la fuerza expedicionaria inglesa aumentara el número de sus contingentes.

A lo anterior habría que agregar las diferencias de costumbres, idiomas y sobre todo una historia antagónica de siglos. Sin embargo, todo se dejó de lado en aras de salvar París, pues se temía un nuevo colapso francés similar al ocasionado en la guerra Franco-Prusiana de 1870-1871.

En cuanto a las preguntas y comentarios del público, se podría destacar lo siguiente:

El tanque, más que diseñado, fue impulsado por Winston Churchill, y la primera vez que se utilizó significó un quiebre psicológico para la moral del Ejército Alemán, dado que era un arma novedosa.

En cuanto a la Fuerza Aérea, señaló que el promedio de vida de un piloto era de 11 días, ya que los aviones eran de madera y tela y no se disponía de paracaídas. Pese a ello, en el aire la guerra había sido más caballerosa que en tierra, siendo el Barón Rojo un ejemplo de aquello.

Por mi parte, aproveché la oportunidad para consultarle sobre los bombardeos de Londres, realizados por los Zeppelin y la Fuerza Aérea Alemana, indicándome que aquello se llevó a cabo, pero que, en la práctica, no había significado ningún cambio, ni en la táctica ni en la estrategia.

Por último, deseo recomendar este libro de más de 900 páginas, no solo por la calidad de su impresión y por la capacidad y compromiso de este joven autor con la Historia, sino también porque la obra de López Domínguez nos permite a todos aquellos que nos interesa la Gran Guerra, revisar y recordar hechos que marcaron un periodo complicadísimo de la humanidad, cuyos efectos condicionarían el resto del siglo XX.

Sobre el autor:

Francisco Devia

Francisco Devia

Francisco Devia es Diplomático.

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