'El pensador': la creación, camino a la salud

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'El pensador', Auguste Rodin, 1889, bronce, 183,6 y 189 cm. × 97 y 98 cm.

 

Esta obra de Auguste Rodin formaba parte de La Puerta del Infierno cuando fue creada. Luego quedó como una pieza individual. Representa a Dante, quien fuera expulsado de su querida ciudad natal, Florencia.

Como se relata en La divina comedia, Dante se siente sumergido en un hondo dolor y su espíritu desciende a los más oscuros e infernales abismos. Necesita la compañía de Virgilio, su maestro, para poder soportar tantas penurias. Luego encontrará cierta recuperación en el Purgatorio hasta llegar a la más total plenitud y luz en el Paraíso.

La obra es un viaje por el curso de una vida de intenso sufrimiento y de profunda transformación y creación. Consigue su sanación en compañía de personajes valiosos para él y su tiempo. Entrará al Paraíso acompañado de su amor, Beatriz, y encontrará allí a la Rosa Mística, la Virgen María, Santos y Arcángeles.

La divina comedia es, por lo tanto, una experiencia de pasaje, trasmutación y descubrimiento. Condición humana por excelencia, ser capaces de salir de situaciones que nos oprimen, indeseables, difíciles de transitar, para pasar a otras de recuperación y crecimiento, a veces de total regocijo y felicidad.

Siendo mayor, las situaciones de pérdida son, por lo general, más recurrentes. Algunas esperables: perdemos el cuerpo joven tan valorado en nuestro medio, a veces, hay que afrontar enfermedad, perdemos amigos u otras personas significativas, etc.

Ser capaces de crear nuevas oportunidades, encontrar ganancias, realizar aprendizajes y producir cambios a partir de las pérdidas, supone seguir un sendero saludable, de crecimiento y sabiduría.