No te pierdas estos trucos si necesitas eliminar manchas de humedad

La llegada de los días de frío y las lluvias, un mal estado de las cañerías de tu casa o un despiste de tu vecino del piso de superior pueden hacer que aparezcan las molestas humedades en tu casa. Cuando esto sucede, además de ponerlo en manos de un profesional para que determine la mejor solución en cada caso, no viene mal seguir una serie de sencillos trucos para eliminar esas manchas de moho que aparecen. 

Humedad en azulejos 

Si el problema se ha hecho patente en superficies como la encimera de la cocina o los azulejos del baño, puedes probar con estas soluciones caseras a base de:

• Lejía: especialmente indicada para limpiar estos restos de moho gracias a su poder desinfectante. También puede emplearse en paredes de yeso, pero resulta menos eficaz ya que solo elimina las manchas de la capa más superficial. Eso sí, cuando acabes, no te olvides de ventilar esa habitación para que no quede el mal olor de este producto. 
• Amoniaco: en este caso puedes rociar la mancha con una solución de amoniaco y dejarla varias horas para que actúe antes de aclarar esa zona. 
• En alguna otra ocasión hemos hablado del vinagre como ingrediente natural para la limpieza del hogar. Y es que gracias a su acidez también podemos quitar tanto esas manchas como ese olor a humedad. 

Sal marina para armarios 

Si en tu caso, esa humedad se ha colado en espacios cerrados como el interior de un armario o una cómoda, tenemos el remedio eficaz para que se eliminen esa manchas poco a poco al tiempo que se absorbe la humedad.

La recomendación en este caso es colocar pequeños recipientes o bolsas de tela llenas de sal marina y dejarlas en el interior de estos muebles. Eso sí, para que este remedio sea eficaz, no te olvides de cambiar la sal cada mes. 

Los remedios más eficaces en casos de manchas de moho

Si tienes a mano bicarbonato y agua oxigenada, tienes los dos elementos esenciales de nuestros dos últimos remedios para acabar con el olor y las manchas derivadas de una humedad. Así, en el primer caso lo que haremos será preparar una solución a base de agua y una cucharada de bicarbonato para, a continuación, rociar la pared afectada, frotar y enjuagar con agua.

Repite esta acción las veces que sean necesarias hasta que la superficie quede impoluta y seca la zona con un trapo seco. 

Por su parte, las propiedades antibacterianas del agua oxigenada actúan de forma efectiva sobre esa humedad. Para ello, rocía la mancha y espera unos minutos. Pasado ese tiempo coge una esponja húmeda, frota esos restos de suciedad hasta que desaparezcan por completo y termina la faena pasando un trapo limpio.