Atención a esta receta vistosa, sabrosa, original y, sobre todo, muy sencilla de elaborar y rápida, perfecta para improvisar una deliciosa comida o cena en casa. Además, resulta muy saludable y aporta lo mejor de las verduras de temporada.
Para hacer estos deliciosos muslitos de pollo asados, con una rica guarnición de patatas, calabaza y cebolla, comenzaremos por preparar la fuente del horno con la guarnición.
Pela la patata y cháscala en trozos pequeños. Chascar supone partir la patata, pero no con un corte limpio sobre una tabla, sino partiéndola de forma irregular para que suelte más almidón. Se coge la patata en la mano y con un cuchillo puntilla se va haciendo una incisión y, a medio corte, se levanta un poco el cuchillo para que el trozo termine de romperse solo.
Pela la calabaza y pártela en dados pequeños.
Por último, pela la cebolla y pícala en juliana fina, es decir, en tiritas.
Añade un chorrito de aceite sobre la fuente de horno y acomoda por encima las verduras bien repartidas y mezcladas entre ellas.
Pon a punto de sal y pimienta negra y riega con un hilito más de aceite de oliva virgen extra.
Añade a un bol amplio el ajo en polvo y el pimentón. Añade también un pellizco de sal y varios golpes de pimienta negra. Riega con un poquito de aceite y mezcla un poco con un tenedor.
Añade los muslos de pollo, bien limpios y mueve bien para que queden bien impregnados.
Después coloca los muslos de pollo sobre la cama de guarnición en la fuente del horno, bien colocados, sin que se superpongan entre ellos.
Añade el vino blanco.
Mete la fuente en el horno, que ya debe estar caliente, a 190°C y cocina durante 50 minutos más o menos. ¡Listo para disfrutar!
