Paula Peñaranda
Salud
Contar con enfermeras especializadas es clave para abordar la enfermedad de Alzhéimer
CEAFA destaca su papel

La Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA) ha celebrado el segundo webinar de su HUB de conocimiento de alzhéimer, bajo el título La importancia de una enfermera experta tras el diagnóstico, con el objetivo de abordar la nueva realidad que afrontan las personas diagnosticadas precozmente de la enfermedad de Alzheimer.
La sesión, impartida por la enfermera de práctica avanzada de la Unidad de Alzheimer y otros trastornos cognitivos (UACT) del Hospital Clinic de Barcelona, Guadalupe Fernández, puso el foco en el papel esencial de la enfermera especializada en un contexto marcado por los avances en el diagnóstico temprano y la introducción de tratamientos modificadores de la enfermedad.
“La figura de la enfermera experta es clave para acompañar a la persona diagnosticada y a su familia desde el primer momento, ayudándoles a gestionar la incertidumbre y facilitando las herramientas necesarias para mantener su autonomía y tomar decisiones informadas”, afirmó Fernández.

Nueva realidad y nuevos enfoques
Hoy en día, el uso de biomarcadores permite detectar la enfermedad en fases muy iniciales, lo que ha cambiado el perfil del paciente. En este sentido, la enfermera comentó que lejos de un modelo exclusivamente asistencial, “el abordaje actual se centra en preservar la capacidad de decisión de la persona diagnosticada y en dotarla de recursos para enfrentar su nueva situación, en coordinación con su entorno familiar”.
En este escenario, la enfermería especializada desarrolla intervenciones específicas como la visita post-diagnóstico, programas de educación terapéutica grupal (APRENDEM), sesiones de asesoramiento sobre el Documento de Voluntades Anticipadas (DVA), e incluso su participación activa en procesos como la Prestación de Ayuda para Morir (PRAM).
Próximos retos
Cabe destacar que la profesional enfermera experta en alzhéimer combina conocimientos avanzados sobre la enfermedad con experiencia asistencial y una orientación investigadora. De este modo puede actuar como referente para el paciente y la familia, facilitando el acceso a los recursos necesarios, abordando las necesidades psicosociales y promoviendo la continuidad de cuidados a lo largo del proceso.
Además, la llegada de nuevas terapias modificadoras de la enfermedad supone un reto organizativo y asistencial para los equipos de salud, especialmente para los profesionales de enfermería. Estos tratamientos, que deben administrarse en un entorno hospitalario, requieren no solo formación específica y circuitos asistenciales eficaces, sino también una estrecha coordinación multidisciplinar, incluyendo medicina nuclear, neurología, trabajo social y psicología clínica.
“En los últimos años, ha habido grandes cambios en enfermería y vamos por el buen camino, pero los cambios van lentos y a veces implantarlos en algunos sitios requiere recursos específicos”, concluyó la enfermera.