Los expertos en nutrición aseguran que las personas que desayunan de manera saludable son menos propensas a tener un ataque al corazón o un derrame cerebral, ya que tienden a tener una presión arterial adecuada y menos colesterol, obesidad y riesgo de desarrollar diabetes. Para conseguir este objetivo, puedes empezar por incluir ciertos ingredientes en tu primera comida del día.
Cacao. Las semillas de cacao te ayudan a despertar por las mañanas gracias a sus altas propiedades estimulantes. Además, son ricas en hierro y antioxidantes. El cacao desgrasado tiene un 35% de fibra, un 20% de proteínas y un 15% de hidratos de carbono, aproximadamente. También contiene vitaminas del grupo B y minerales como el magnesio, el cobre y el manganeso. Sin olvidar la teobromina que, junto con los flavonoides, eleva el colesterol bueno.
Lácteos desnatados. Tienen aminoácidos y nutrientes que te alimentan y te aportan la energía necesaria para afrontar el día con fuerza, sin sentirte cansado ni desconcentrado. Eso sí, intenta que siempre sean desnatados.
Fruta. Es imprescindible incluir cada día en el desayuno fruta fresca de temporada, rica en vitaminas y minerales.
Hidratos. Consumir alimentos con hidratos de carbono saludables y fibra, como la avena integral, la quinoa o el centeno, ayuda al cuerpo a mantenerse con energía y le aporta al cerebro los nutrientes necesarios para tomar decisiones acertadas y ser mucho más creativo.
Proteína vegetal. Las proteínas vegetales, como los frutos secos, al aguacate, la espirulina o las semillas de cáñamo, mejoran los neurotransmisores relacionados con el estado de ánimo.
Bebidas vegetales. Si eres intolerante a la lactosa, las leches de arroz, soja o almendra también son una buena opción, ya que tienen pocas grasas saturadas, pero aportan proteínas.
Nunca te lo saltes. El desayuno representa el 25% de las calorías diarias, por lo que si te lo saltas, tu cuerpo almacenará las calorías en forma de grasa y obtendrá la energía de otras fuentes, como la masa muscular, lo que produce cansancio, mal humor y dolor de cabeza.
Hidratación. Después de no haber bebido en toda la noche, tu cuerpo necesita estar hidratado. Por lo tanto, comenzar cada desayuno con dos vasos grandes de agua con unas gotas de limón es muy beneficioso.
Sin prisa. Disfruta el desayuno con tiempo, sentado, y aprovecha para reflexionar con calma sobre el día que se aproxima.
2 yogures con 15 pasas y 3 biscotes, 1 taza de té verde (200 ml), 1 pera y 3 nueces.
Café con leche desnatada o de soja, o cualquier otra variedad vegetal (200 ml), 2 tostadas integrales con jamón serrano y tomate, 10 almendras y 1 pera.
1 tostada de pan integral con queso tierno, 1 taza de té verde (200 ml), 1 manzana y 10 almendras.