Gripe y Covid: ¿Dónde hay que tirar los test y las mascarillas?

SIGRE ha informado este martes de que los test de autodiagnóstico de gripe o Covid-19, así como las mascarillas, deben tirarse en el contenedor de basura común destinado a residuos no reciclables. Ha recalcado que estos productos no deben depositarse en el Punto SIGRE de las farmacias, ya que no se consideran medicamentos.

En cambio, los envases que acompañan a los test o a las mascarillas sí deben desecharse en el contenedor de reciclaje correspondiente: el azul para cajas de cartón y el amarillo para plásticos u otros envoltorios.

La organización sin ánimo de lucro ha puesto el acento en este asunto coincidiendo con el inicio de la temporada de infecciones respiratorias agudas en España. La gripe ya se encuentra en fase epidémica, con una tasa de 40,1 casos por cada 100.000 habitantes durante la última semana, adelantándose un mes a lo habitual y con un pico previsto entre mediados y finales de diciembre.

El aumento de contagios está llevando a más personas a acudir a las farmacias en busca de test diagnósticos, medicamentos para aliviar los síntomas o mascarillas para proteger su salud y la de quienes les rodean.

“Es normal que existan dudas, pero debemos insistir: el Punto SIGRE no es un contenedor para cualquier producto adquirido en la farmacia. Únicamente se debe usar para medicamentos caducados o que ya no se necesitan y sus envases”, ha señalado el director general de SIGRE, Manuel Vega.

Uso inadecuado de antibióticos

Además, SIGRE ha recordado que los antibióticos no sirven para tratar infecciones víricas como la gripe o el resfriado, ya que su función es combatir bacterias. Su uso inapropiado puede favorecer que estas se vuelvan resistentes, complicando futuros tratamientos.

Según datos de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología (SEIMC), 24.582 personas fallecieron en España en 2023 por bacterias multirresistentes. También ha mencionado un estudio publicado en The Lancet, que advierte de que, si la tendencia no cambia, la resistencia a los antibióticos podría causar 208 millones de muertes en los próximos 25 años, convirtiéndose en la principal causa de muerte en 2050.