Sociedad

"Los baby boomers han demostrado mucha inteligencia social durante el Covid-19"

Marta Jurado

Sábado 7 de noviembre de 2020

ACTUALIZADO : Sábado 7 de noviembre de 2020 a las 8:39 H

8 minutos

El sociólogo y gerontólogo Santiago Cambero analiza el impacto social del virus en los sénior

"Los 'baby boomers' han tenido mucha inteligencia social durante el Covid"
Marta Jurado

Sábado 7 de noviembre de 2020

8 minutos

Centrado en avistar cambios sociales, el sociólogo y gerontólogo Santiago Cambero Rivero (@santiagocambero) observa desde un prisma muy particular el fenómenos de la revolución de los mayores. Ante la nueva era que abre el coronavirus, el también profesor en la Universidad de Extremadura y miembro del Observatorio de Familia, enarbola la resiliencia de los  sénior ante esta pandemia. Pese a que el "'coronamiedo' se ha propagado más rápido que el Covid-19 entre los mayores", éstos han demostrado tener mucha inteligenciapara adaptarse a los cambios, modificando muchos hábitos de vida y relaciones. 

Aún así, mantiene que la pandemia ha vuelta ha demostrar el edadismo imperante, que no solo muestra una imagen de vulnerabilidad irreal extendida a toda esta franja de edad, sino que se ha cebado especialmente con los mayores de las residencias durante la primera ola del coronavirus. En el trasforndo, asegura, se esconde la necesidad urgente de trasnformar el sistema de cuidados desde las instituciones y apela a la solidaridad intergeneracional. "Es una cuestión de justicia social y de género".

PREGUNTA- ¿Qué cambios sociológicos y psicológicos puede traer el Covid-19 para las personas mayores? 

RESPUESTA.- Este tiempo de pandemia está evidenciando las brechas sociales en una sociedad como la española, reflejando la gravedad de situaciones de desigualdad social entre sectores vulnerables de la población, como sucede entre algunas personas mayores. Esta ciudadanía sénior, algo más de 9 millones de personas mayores de 65 años, ha estado limitada en su capacidad de movilidad e interacción social, como el resto, generando así un deterioro físico y cognitivo que puede provocar ciertas secuelas en el estado de salud a corto-medio plazo. 

Estoy convencido que el COVID-19 nos ha cambiado en general, pero especialmente a las personas mayores que tuvieron que desaprender y aprender de modo inmediato otras pautas diarias de comportamiento, interrelación, información, comunicación, atención, alimentación,… De ahí que los baby boomers españoles han demostrado ser una generación con niveles altos de inteligencia social por su capacidad adaptativa, empática y asertiva con otras generaciones y los entornos donde residen.  

Pero al margen de tales efectos personales, destacaría el fenómeno del “coronamiedo”, es decir, el miedo masivo que se ha propagado más rápido que el propio COVID-19 entre una generación esforzada y resiliente como son los baby boomers en nuestro país. Este tiempo de pandemia está atemorizando a muchos millones de adultos mayores que están modificando sus hábitos de vida y relaciones familiares por este virus edadista, que discrimina por la edad, como reflejan los datos de letalidad en personas mayores de 70 años en España. Nunca podremos olvidar la tragedia en las residencias geriátricas con más de 20.000 personas mayores fallecidas, y la impotencia de su personal y familias para frenar los embates de este virus maldito. 

"La ciudadanía sénior ha visto limitada su capacidad de movilidad e interacción social, como el resto, generando un deterioro físico y cognitivo que puede provocar secuelas" 

P.- ¿Consideras que ha cambiado la imagen que se tiene de los mayores en la sociedad y las relaciones sociales? 

R.- Esta pandemia ha transmitido públicamente múltiples imágenes de vulnerabilidad alrededor de las personas mayores, que no se corresponden con la realidad de esta generación de posguerra. Igualmente, esta crisis sanitaria ha provocado sentimientos y actitudes sociales articuladas a través de movimientos ciudadanos de solidaridad con el vecindario más longevo, atendiéndolos en el desarrollo de sus actividades básicas diarias. Algunos de estos movimientos emergentes ante tal coyuntura, ha interrelacionado más que nunca a personas de distintas edades y generaciones, como sucediera con tantos jóvenes que ejercieron sus acciones de voluntariado a favor de personas mayores en barrios y localidades durante el Estado de Alarma.

Por otro lado, el confinamiento ha transformado las formas de interrelación en las familias, afectando especialmente a los miembros más mayores dado que estaban acostumbrados a la atención y el contacto con otros más jóvenes. De un día para otro todo cambió repentinamente, y la mayoría de abuelas y abuelos se vieron avocados a comunicarse telemáticamente con sus nietos e hijos, a pesar de la incidencia de la brecha digital en este tramo etario, y tras un aprendizaje exprés sobre el manejo de distintos dispositivos electrónicos y aplicaciones digitales. 

"Esta crisis sanitaria ha provocado actitudes sociales de solidaridad con el vecindario más longevo"

P.- ¿Cuál es la dimensión que más debería preocupar a partir de ahora: la sanitaria o la de las consecuencias del aislamiento social ante una segunda ola? ¿Hacia dónde debería caminar la nueva visión de los mayores? 

R.- Lo primero salvar vidas en una coyuntura de crisis sanitaria, y después las respuestas ante las necesidades no cubiertas en la población de adultos mayores ante una segunda ola de contagios del COVID-19. Las instituciones y la sociedad civil deben colaborar en la atención a las personas de edades avanzadas con recursos públicos y particulares. Ningún mayor puede estar desatendido por tensiones y conflictos institucionales, la política debe estar al servicio de ésta y otras generaciones de españoles. Si logramos que nuestros representantes públicos lo entiendan para trabajar conjuntamente por el interés general, habremos mejorado como sociedad democrática y de bienestar general.    

Todo esto provocará un cambio de mirada hacia la vejez y las personas mayores, momento que todos aspiramos alcanzar algún día mediante la edación, y que no debe ser un límite, todo lo contrario, una oportunidad de desarrollar los proyectos de vida. 

P.- ¿Hay alguna lección positiva del Covid en relación a los mayores? ¿Qué mensaje les darías a los mayores?

R.- No soy quien para ofrecer consejos a personas con historias de vida tan extensas e intensas. Lo único que puedo favorecer como profesional es alzar mi voz públicamente a favor de la causa sénior, reconociendo las contribuciones de las personas mayores al bienestar familiar y social, y dignificando la vejez ante un mundo cada día más edadista, como observamos a nuestro alrededor. Los entornos laborales, asistenciales, educativos, mediáticos,…, invisibilizan a las personas mayores, únicamente aborda sus problemáticas cuando genera intereses ocultos. El desempleo de larga duración, la soledad, el aislamiento social, el abuso, los malos tratos hacia las personas mayores reflejan disfunciones del sistema, que lo convierte en insostenible a tenor de la diversidad creciente de generaciones que viven en un mismo entorno. Sin solidaridad intergeneracional, no avanzaremos como sociedades humanas.     

"Sin solidaridad intergeneracional, no avanzaremos como sociedades humanas"    

P.- Después de lo que ha pasado en las residencias, ¿cambiará el sistema de cuidados o se volverá a relegar a un segundo plano?

R.- Los sistemas públicos de cuidados hacia las personas mayores debieran ser objeto de análisis en profundidad por todos los sectores implicados, a fin de evitar que se puedan cometer los mismos errores. No puede ser una profecía autocumplida el hecho de más muertes en residencias de personas mayores en esta segunda ola del COVID-19. Hay que prevenir antes que curar estas heridas que nunca se podrán cerrar, al tratarse de vidas humanas, en algunos casos en situaciones de fragilidad y dependencia. Estos hechos preocupantes se están produciendo en muchos países, especialmente donde hay sensibilidad institucional y conciencia social sobre el valor de las personas mayores. 

Desde las instituciones se debe fomentar la autonomía e independencia, respetar la dignidad y favorecer el bienestar y seguridad permitiendo a la persona continuar con su proyecto de vida durante la vejez. Los medios arquitectónicos, técnicos y humanos ayudarán a que la persona viva una nueva etapa con un proyecto a desarrollar en los últimos años de vida. Esto afectará al diseño de políticas sociales adaptadas al contexto socio-demográfico de un país longevo como España. Están en riesgo la continuidad de los Derechos Humanos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible si no aprendemos a cuidarnos compasivamente los unos a los otros para las próximas generaciones.    

"Los sistemas públicos de cuidados hacia las personas mayores debieran ser objeto de análisis en profundidad"

Sobre el autor:

Marta Jurado

Marta Jurado

Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.

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