El periodista y conferenciante Carl Honoré (Edimburgo, 1967) se dio a conocer mundialmente como creadordel Movimiento Slow, que reivindicaba la necesidad de vivir a un ritmo más pausadopese a la velocidad de los tiempos actuales. Más de una década después, y haciendo uso de su sensibilidad para identificar nuevas tendencias, su trabajo se centra en ahora en el envejecimiento, que asegura en su último libro Elogio a la Experiencia(RBA), se encuentra repleto de "estereotipos totalmente erróneos" que discriminan a los mayores.
Después de un proceso que incluyó una crisis existencial, él también logró ponerse las "gafas del edadismo" a sus 54 años, y asegura que sin lugar a dudas "la inteligencia social mejora a medida que envejecemos", según detalla en esta entrevista concedida a 65YMÁS desde su residencia en Londres. Honoré (@carlhonore) insiste además en los valores que le hicieron mundialmente famoso: "En medio de una cultura obsesionada con la velocidad, nuestra sociedad teme la desaceleración natural que viene con la edad", pero él confía en que en ella está el secreto "para vivir más y mejor".
PREGUNTA.– Después de libros muy exitosos como Elogio a la Lentitud, has decidido escribir sobre personas mayores y experiencia. ¿Por qué?
RESPUESTA.– Cada uno de mis libros está inspirado en alguna crisis existencial personal. Para Elogio de la Experiencia la chispa surgió en un torneo de hockey. Estaba jugando bien y divirtiéndome, cuando de repente descubrí que era el jugador mayor en el césped. Este hecho me sacudió hasta la médula. Empecé a preguntarme si me veía fuera de lugar, si la gente se reía de mí, si debería dedicarme a un pasatiempo más suave...
Y de repente, ¡boom! Esto me hizo pensar en cómo a menudo nos sentimos avergonzados y temerosos de envejecer. Cómo imaginamos que se trata de pérdida, decadencia, decrepitud, tristeza. Quería saber si había otra historia mejor que contar sobre el envejecimiento y alerta de spoiler: ¡Hay una historia mucho mejor que contar! Lo que descubres cuando dejas de obsesionarte con los inconvenientes del envejecimiento es que, a medida que envejeces, muchas cosas permanecen igual, y algunas incluso mejoran. En otras palabras, muchos estereotipos discriminatorios por edad son completamente erróneos.
"Muchos estereotipos discriminatorios por edad son completamente erróneos"
P.– ¿Como por ejemplo? ¿Qué puede aportar la experiencia y la edad a la sociedad?
R.– Para empezar, la productividad aumenta con la edad en trabajos que dependen de la intuición social, porque la inteligencia social mejora a medida que envejecemos. A pesar de una cobertura mediática aduladora hacia los Mark Zuckerberg de este mundo, los estudios demuestran que es más probable que los emprendedores que superan los 50 años sean más exitosos que los jóvenes.
A medida que envejecemos, mejoramos nuestra visión general, detectando los patrones que desbloquean soluciones a problemas complicados. También tendemos a volvernos más altruistas y todo esto nos ayuda a abordar problemas cruciales. Eso significa confiar en dos cosas que solo el envejecimiento puede otorgar: tiempo y experiencia. Por eso, no es de extrañar que los premios Nobel de ciencia tengan sus momentos de iluminación cada vez más tarde.
"La inteligencia social mejora a medida que envejecemos"
P.– Aún así, ¿por qué crees que no se valora la experiencia en nuestra sociedad?
R.– El envejecimiento finalmente conduce a la muerte, y esto es algo que nos da mucho miedo. Vivimos en una cultura obsesionada con la velocidad, que teme y denigra la desaceleración natural que acompaña a la edad. También somos esclavos de la belleza de la juventud. Eso significa que cualquier signo físico de envejecimiento es visto como una señal de declive, rendición y fracaso. Pero esto no es real. Afortunadamente, los gobiernos están lanzando campañas para abordar la discriminación por edad en el lugar de trabajo, la publicidad y otros ámbitos.
P.– Tienes 54 años. ¿Crees que te preocupan más estos temas por estar más cerca de esa edad?
R.– Probablemente sí. La discriminación por edad realmente comienza salpicarte en la mediana edad. Ojalá hubiera escrito Elogio de la Experiencia hace 20 años. De esa manera podría haberme ahorrado dos décadas de angustia, preocupación, culpa y miedo innecesarios. Pero, por supuesto, la ironía es que nunca podría haber escrito este libro hace 20 años porque no tenía la experiencia que tengo ahora...
Escribir este libro me ha cambiado profundamente. Me ha hecho sentir mucho más a gusto con la idea de envejecer. Como cualquier otra persona, todavía me preocupo por qué pasara con mi salud, mis finanzas, mi apariencia, mis seres queridos ... Pero esas preocupaciones las siento como menos abrumadoras ahora porque sé que, con un poco de suerte y la actitud correcta, me esperan muchas cosas buenas en los próximos años.
P.–¿Cómo te ves, por ejemplo, a los 70 años?
R.– Antes nunca solía pensar en mi futuro... Era demasiado deprimente o demasiado aterrador. Pero ahora a menudo me imagino en un futuro lejano. Y me siento emocionado y optimista. Para mí, envejecer ahora es más como una aventura o una búsqueda. Como un videojuego donde siempre hay una sorpresa a la vuelta de la esquina, otro nivel por alcanzar.
Mi cita favorita sobre el envejecimiento es de David Bowie. Una vez dijo: "El envejecimiento es un proceso extraordinario mediante el cual te conviertes en la persona que siempre deberías haber sido".Me encanta esta idea. Que cada día, a medida que envejezco, no estoy perdiendo a la persona que una vez fui. En cambio, me estoy acercando a descubrir mi verdadero yo. ¡Lo mejor de todo es que ya no me avergüenzo de jugar hockey –o cualquier otro deporte– con personas a las que doblo la edad!
"Envejecer es como un videojuego donde siempre hay sorpresas a la vuelta de la esquina"
P.– La Organización Mundial de la Salud que la discriminación por edad es un tipo de discriminación que podemos comparar con el racismo o la homofobia. ¿Estás de acuerdo?
R.– Sí, al 100%. Pero la discriminación por edad es única en el sentido de que viene acompañada de una gran dosis de autodesprecio. Un supremacista blanco nunca será negro. Es poco probable que un varón machista se transforme en una mujer. Pero todos nosotros estamos envejeciendo. Por lo tanto, entregarse a la discriminación por edad es denigrar y negar el futuro de cada uno de nosotros.
Hace tiempo, por ejemplo, me pidieron que ayudara a promover una conferencia tecnológica. Más tarde supe que los organizadores decidieron que preferían tener a alguien de 20 o 30 años en ve de a mí, por mi edad. Es uno de los casos de discriminación por edad que he vivido.
"Deberíamos hacer que el edadismo sea socialmente inaceptable, incluso vergonzoso"
P.– ¿Cómo podríamos luchar contra la discriminación por edad cotidiana?
R.– Podemos comenzar lanzando campañas públicas en su contra, para hacer que la discriminación por edad sea socialmente inaceptable, incluso vergonzosa. Podemos aprobar leyes contra la discriminación por edad y hacer cumplir las que ya existen. Podemos reunir a diferentes generaciones en el trabajo. Nada derriba más los estereotipos que conocer a las personas que están siendo estereotipadas.
A nivel personal, hay dos cosas que todos nosotros, tengamos la edad que tengamos, podemos empezar a hacer ahora mismo. Primero, revisa tu lenguaje. Deja de usar frases como "momento senior" o "mostrando mi edad" o "el lado equivocado de los 40" que refuerzan la idea de que el envejecimiento tiene que ver con el declive. Segundo, se honesto. Mentir sobre tu edad le da a ese número un poder que no se merece. Ser honesto sobre la edad que tienes, ser dueño de tu edad, te permite definir cómo será tu vida en cada etapa. Y en definitiva, abrazar el envejecimiento como una aventura en lugar de una aflicción, un proceso de apertura de puertas en lugar de cerrarlas.
"Hay que abrazar el envejecimiento como una aventura en lugar de una aflicción"
P.– Y por último, ¿tiene el movimiento Slow del que fuiste creador algo que ver con apreciar la edad y la experiencia?
R.– Claro que sí, ralentizar el ritmo es la última píldora de la longevidad. Tengas la edad que tengas, si cada minuto de tu día es una carrera contra el reloj, si nunca bajas la velocidad, pagas un alto precio: al final quemas tu cuerpo y tu mente, cometes más errores y te cuesta pensar y crear, tu trabajo y tus relaciones sufren..,. Todo eso puede estropear, o incluso acortar, su vida.
Por el contrario, cuando reduces la velocidad, tu cuerpo y mente pueden descansar y recargarse, piensas y trabajas mejor, tu creatividad surge y formas vínculos más fuertes con otras personas.... Es decir, saboreas cada momento en lugar de apresurarte. Resultado: mejoran tus posibilidades de llevar una vida larga, feliz y saludable.
Sobre el autor:
Marta Jurado
Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo y Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.