Este no es el primer vendaje "inteligente" capaz de acelerar la curación de las heridas. De hecho, investigadores de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, crearon a finales del 2022 un vendaje que permitió el cierre de las heridas un 25% más rápido y con una mejora de un 50% en la remodelación dérmica. Ahora, investigadores de la Universidad Northwestern han desarrollado un nuevo vendaje capaz de acelerar la cicatrización un 30% y disolverse solo después.
En concreto, este nuevo estudio, publicado en la revista Science Advances, observó que las úlceras diabéticas se curaron un 30% más rápido en ratones con este vendaje elástico, pequeño, flexible y único, que aquellos que no lo tenían.
El vendaje actúa administrando electroterapia directamente en el sitio de la herida, y también monitorea activamente el proceso de curación, disolviendo finalmente el vendaje de forma inofensiva (electrodos y todo) en el cuerpo cuando ya no se necesita, según indica la universidad en una nota.
"El nuevo dispositivo podría proporcionar una herramienta poderosa para los pacientes con diabetes, cuyas úlceras pueden provocar diversas complicaciones, incluida la amputación de extremidades o incluso la muerte", señalan.
En este sentido, Guillermo A. Ameer, de Northwestern, explicaba que "cuando una persona desarrolla una herida, el objetivo siempre es cerrar esa herida lo más rápido posible. De lo contrario, una herida abierta es susceptible de infección. Y, para las personas con diabetes, las infecciones son aún más difíciles de tratar y más peligrosas. Para estos pacientes, existe una gran necesidad insatisfecha de soluciones rentables que realmente funcionen para ellos. Nuestro nuevo vendaje es rentable, fácil de aplicar, adaptable, cómodo y eficaz para cerrar heridas y prevenir infecciones y complicaciones adicionales".
Por su parte, John A. Rogers, de Northwestern, indicaba que "aunque es un dispositivo electrónico, los componentes activos que interactúan con el lecho de la herida son completamente reabsorbibles. Como tal, los materiales desaparecen naturalmente una vez que se completa el proceso de curación, evitando así cualquier daño al tejido que de otro modo podría ser causado por la extracción física".
Estimulación eléctrica para curar "heridas rebeldes"
En Estados Unidos, casi 30 millones de personas tienen diabetes, y entre 15 y el 25% de esa población desarrolla una úlcera del pie diabético en algún momento de su vida. "Debido a que la diabetes puede causar daño a los nervios que conduce a entumecimiento, las personas con diabetes pueden experimentar una simple ampolla o un pequeño rasguño que pasa desapercibido y no se trata. Como los niveles altos de glucosa también engrosan las paredes capilares, la circulación sanguínea se ralentiza, lo que dificulta la cicatrización de estas heridas. Es una tormenta perfecta para que una herida pequeña se convierta en una herida peligrosa", señalan los investigadores, que trataron de averiguar si la terapia de estimulación eléctrica podría ayudar a cerrar este tipo de heridas.
"Nuestro cuerpo depende de las señales eléctricas para funcionar", explicaba Ameer. "Tratamos de restaurar o promover un ambiente eléctrico más normal a lo largo de la herida. Observamos que las células migraban rápidamente a la herida y regeneraban el tejido cutáneo de la zona. El nuevo tejido de la piel incluía nuevos vasos sanguíneos y la inflamación se redujo".
Este tipo de vendaje pequeño y flexible, más cómodo para poder usarse las 24 horas del día en casa y sin supervisión médica, envuelve suavemente el lugar de la herida. Funciona de la siguiente manera: un lado del sistema regenerativo inteligente contiene dos electrodos, uno que se coloca encima del lecho de la herida y otro sobre el tejido sano para rodear toda la herida.
El otro lado del dispositivo contiene una bobina de recolección de energía para alimentar el sistema y un sistema de comunicación de campo cercano (NFC) para transportar datos de forma inalámbrica en tiempo real. También incluye sensores para evaluar el progreso de la herida. Esto permite que se pueda operar el dispositivo de forma remota sin cables.
"A medida que una herida trata de sanar, produce un ambiente húmedo", explicaba Ameer. "Entonces, a medida que sana, debería secarse. La humedad altera la corriente, por lo que podemos detectarla rastreando la resistencia eléctrica en la herida. Luego, podemos recopilar esa información y transmitirla de forma inalámbrica. Con el manejo del cuidado de heridas, lo ideal es que la herida se cierre en un mes. Si lleva más tiempo, ese retraso puede generar preocupaciones".
Cuando la herida está completamente curada, los electrodos se disolverán en el cuerpo, por lo que no será necesario recuperarlos. Esto se debe a que están fabricados a partir de molibdeno, un metal usado en aplicaciones electrónicas y de semiconductores que, si es lo suficientemente delgado, puede biodegradarse sin interferir en el proceso de curación.
"Somos los primeros en demostrar que el molibdeno se puede utilizar como electrodo biodegradable para la cicatrización de heridas. Después de unos seis meses, la mayor parte se había ido. Y encontramos que hay muy poca acumulación en los órganos. Nada fuera de lo común. Pero la cantidad de metal que usamos para fabricar estos electrodos es tan mínima que no esperamos que cause ningún problema importante", concluía el investigador.