Los enfermeros españoles llevan años buscando nuevas oportunidades laborales fuera de España. Uno de los destinos más atractivos es Estados Unidos, donde necesitan tres millones de profesionales. Estabilidad, posibilidad de una vivienda y un sueldo de 100.000 euros al año, son las características del contrato estadounidense.
ANP Health Services ha aterrizado en Madrid para buscar a los enfermeros y enfermeras que cubrirán esos puestos. Para ello, contarán con la ayuda de Víctor Aparicio, un enfermero que se hizo viral por denunciar la situación que sufren sus compañeros de profesión.
Esta empresa nació hace diez años en Estados Unidos, cuando Nelson Hurtado, un enfermero venezolano, se dio cuenta de que el país necesitaba más enfermeros. Y así comenzó Hurtado a buscar enfermeros desde Latinoamérica. Ahora, ha puesto su mirada en España, ya que considera que nuestro país no trata a estos profesionales como se merecen, a pesar de tener un déficit de 135.000 profesionales, según un estudio elaborado por el Consejo General de Enfermería.
Aparicio ha concedido una entrevista a The Objective, donde ha asegurado que "Estados Unidos no va a escatimar en medios para contratar a gente". Los sueldos bajos y los contratos precarios hacen que la situación de los enfermeros en España sea muy complicada: "Es difícil encontrar una enfermera que solo tenga un trabajo. Así es complicado pedir una hipoteca o formar una familia. Hay gente que llega a encadenar 300 contratos al año", lamenta el enfermero en la entrevista. De hecho, Aparicio sabe bien de lo que habla porque él tardo 11 años en conseguir un contrato de interino. Ahora, ha tenido que renunciar a su trabajo porque e su hospital le abrió una investigación "sin fundamento" por su trabajo de activismo en redes sociales.
A pesar de que el centro cerró el proceso, Aparicio decidió no continuar trabajando allí, y ahora trabaja mano a mano con Hurtado para conseguir que los enfermeros españoles se vayan a trabajar a Estados Unidos: "Cuantas más personas consigamos llevar, mejor", explica a The Objective. El contrato que ofrecen es el siguiente: 100.000 euros de salario al año (160.000 si es especialista), residencia permanente (Green Card) y nacionalidad a los cinco años.
"Algunos hospitales facilitan el viaje, la casa, ayudan a la pareja a encontrar un trabajo y a escolarizar a los hijos", insiste el enfermero. Para poder marcharse solo hay que homologar el título de enfermería (tarda entre tres y seis meses) y realizar un examen tipo test de capacidades, aunque no todos los países piden dominar el inglés. La empresa ofrece material para estudiar y asesoramiento por 5.600 euros. Un dinero que se puede recuperar porque los centros reembolsan el importe. El enfermero español quiere contactar con los posibles candidatos a través de las redes, donde tiene casi 30.000 seguidores.
Una situación insoportable
ANP Health Services no es la primera empresa que lleva enfermeros a otros países. En 2014 nació Global Working, que en este caso, importa el talento español a Noruega. Desde entonces han ayudado a más de 1.000 profesionales: "Son muy valorados allí", explica Francisco Aragón, director de selección en la compañía a The Objective. En este caso, el programa incluye asesoría, clases de noruego y nociones sobre cómo funciona la sanidad en ese país. El proceso dura menos de ocho meses y está sufragado por las autoridades locales. A cambio, el enfermero se compromete a quedarse un tiempo.
"La gente quiere irse, no por dinero, sino por dignidad", afirma Guillén del Barrio, delegado del Movimiento Asambleario de Trabajadores Sanitarios (Mats) en el Hospital La Paz de Madrid a The Objective. El enfermero cree que los enfermeros españoles tratan más pacientes de lo que deberían, y eso les provoca frustración porque " aunque te dejes la piel, no has atendido a la gente como debes". "Los profesionales emigran porque es insoportable", sentencia.
Irene Miranda tiene 32 años, y es una de las enfermeras que ha decidido tomar este camino. La convocaron en un hotel de Madrid y fue seleccionada, junto a otras 30 personas, para trabajar en un centro sanitario de Macclesfield, una ciudad de 52.000 habitantes a media hora en coche de Manchester. Dos años después se mudó a un hospital de Oxford, donde permaneció hasta 2019. Volvió a España por motivos familiares y ahora trabaja en La Paz. Aunque asegura que las condiciones en España han mejorado mucho, siguen siendo "muy malas". "Sería feliz aquí con mi trabajo en Reino Unido", al que no descarta volver.
En Oxford sigue y sin idea de volver, Blanca Álvarez, de 32 años. La enfermera asegura a The Objective, que muchos enfermeros decidieron volver tras la salida del Reino Unido de la Unión Europa, y ahora se arrepienten: "No es tanto por el sueldo, sino por las condiciones. Aquí tienes un contrato permanente". La joven llegó al país a través de una agencia. Todo el proceso fue gratis, y aunque ha tenido que pagar la especialidad de matrona, el dinero se lo adelantó su hospital, algo que es "impensable" en España.
La malagueña Virginia Pérez, de 30 años, también se planteó irse de España, al terminar la carrera, aunque ahora que ha conseguido cierta estabilidad ha decidido quedarse. Por su parte, el valenciano Javier García, de 27 años, quiere irse.
Un ratio de 5,7 enfermeras por cada 1.000 habitantes
El Consejo General de Enfermería elaboró un estudio donde asegura que 90.553 los enfermeros formados en España que emigraron al extranjero entre 2000 y 2020. El primer año fueron 266 profesionales los que se fueron, la mayoría a países europeos (Francia e Italia). Desde entonces, la cifra comenzó a aumentar, hasta alcanzar los 10.61 en 2016 (el principal destino fue Reino Unido, más del 70% del total). En 2020, debido a la pandemia solo se marcharon 5.421. Ese mismo año, apenas 292 enfermeros foráneos solicitaron homologar su título en nuestro país.
"Eso es quemar el dinero de los contribuyentes. El Estado forma a la gente y luego emigran. Es una situación digna del tercer mundo", lamenta Guillén del Barrio, delegado del Mats. Cada curso se titulan unos 10.000 profesionales en las universidades de España. Una cifra insuficiente para cubrir las plazas vacantes. En España hay colegiados 292.040 enfermeros en edad de trabajar. En el informe anual del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) de 2020 se registraron 120.782 contratos y el porcentaje de desempleados apenas era del 1%.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) establece que España cuenta con un ratio de 5,7 enfermeras por cada 1.000 habitantes. Dos puntos por debajo de la media europea, que alcanza los 8,8 profesionales por cada mil. En Alemania y los países escandinavos llegan a los 15. Para que España alcance esta cifra, debería contratar 87.000 enfermeros en la próxima década, indica un estudio de Satse. El Consejo General de Enfermería va más lejos: lo cifra en 135.823 hasta 2030.
"Nuestro sistema sufre un déficit estructural y crónico que provoca una atención menos segura y de peor calidad", asegura a The Objective María José García, portavoz de Satse. La profesional considera que los enfermeros llevan años sufriendo recortes, precariedad y promesas incumplidas. Desde el Satse piden aumentar la oferta universitaria, un plan para propiciar el retorno de los profesionales emigrados y vaciar las listas del paro. Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, denuncia que las autoridades se limitan a "poner parches" y anuncia una manifestación para el 18 de junio.