Lo que en un primer momento puede parece un "camino de ladrillos amarillos" que conduciría hacia la mítica ciudad de la Atlántida, es realmente un ejemplo de la antigua geología volcánica activa, según ha explicado el Cuerpo de Exploración de Ocean Exploration Trust.
Este camino hacia la Atlántida, como ha sido denominado por parte de los miembros de la tripulación Exploration Vessel Nautilus, se encuentra a 600 metros de profundidad, frente a las islas de Hawái, y en realidad no conduce a ningún sitio en concreto.
Se trata de formaciones geológicas "increíblemente únicas y fascinantes" que los investigadores descubrieron mientras buceaban en Liliʻuokalani Ridge, dentro del Monumento Nacional Marino Papahānaumokuakea.
En la cima del monte submarino Nutka, el equipo detectó una formación de "lecho de lago seco", ahora identificado como un flujo fracturado de roca de hialoclastita (una roca volcánica formada en erupciones de alta energía donde muchos fragmentos de roca se asientan en el lecho marino), según indican en un comunicado, y explican que estas fracturas "únicas" de 90 grados se formaron probablemente debido al estrés por calentamiento y enfriamiento de múltiples erupciones.
"Nuestra exploración de esta área nunca antes estudiada está ayudando a los investigadores a observar más profundamente la vida en y dentro de las laderas rocosas de estos antiguos y profundos montes submarinos. Los científicos están estudiando las comunidades microbianas que residen dentro de las costras de ferromanganeso que se encuentran sobre las superficies rocosas y cómo las características de las costras varían de una región a otra en las cuencas oceánicas, así como los microorganismos que viven sobre ellas y dentro de ellas. Estos estudios ayudarán a proporcionar información de referencia sobre las comunidades vivas de los montes submarinos para adoptar las medidas de gestión y conservación adecuadas", concluyen.