El envejecimiento activo y saludable es una de las máximas en la actualidad, donde las sociedades son cada vez más longevas. En este sentido, no es la primera vez que investigadores se muestran interesados por conocer las claves de un buen envejecimiento, y en esta ocasión, Richard Morgan, un irlandés de 93 años (en el momento de la investigación) que cuenta con el motor aeróbico de una persona de 40 años, ha sido objeto de estudio.
Este estudio, publicado en el Journal of Applied Physiology, analizó sus entrenamientos, dietas y fisiología para averiguar qué caracterizaba a este hombre, que ha sido cuatro veces campeón mundial de remo interior.
Uno de los aspectos que más destacan los investigadores en el estudio es que este atleta "demostró una cinética de consumo de oxígeno notablemente rápida, similar a los valores de un adulto joven sano, lo que indica una función cardiopulmonar bien desarrollada y/o mantenida". Es aún más sorprendente teniendo en cuenta que Morgan empezó a remar a los 73 años y antes de eso "no realizó ningún entrenamiento o ejercicio estructurado".
"Los atletas expertos de edades avanzadas (mayores de 80 años) que se desempeñan a un nivel de clase mundial representan una población única que proporciona información valiosa sobre la capacidad de los seres humanos para cultivar y retener altos niveles de función fisiológica que ejemplifican una filosofía de envejecimiento saludable", indican.
"Estudios notables hasta la fecha han demostrado que los atletas experimentados poseen atributos fisiológicos que son superiores a los de los individuos sedentarios de la misma edad. Aunque es posible que no se haya establecido la causalidad, los datos refuerzan la suposición de que el entrenamiento en la vejez parece capitalizar la plasticidad de los sistemas fisiológicos desafiados durante el ejercicio de resistencia, estimulando, preservando y logrando así una funcionalidad de alto nivel", añaden.
Lorcan Daly, profesor asistente de ciencias del ejercicio en la Universidad Tecnológica de Shannon en Irlanda y nieto de Morgan, se mostraba "emocionado" de ver su estudio publicado. "¡Un honor completar este análisis en mi propio abuelo!", escribía en sus redes sociales.
Durante la investigación, observaron que el participante mostraba un pulso de oxígeno relativo máximo alto de 0,18 ml · latidos/min/kg, "un indicador predictivo de la salud y la función cardiorrespiratoria", explican. "Este valor estaba un 33% por encima de los máximos previstos para una persona sana y no entrenada de 80 años y un 67% más bajo que un corredor de maratón de 75 años con récord mundial".
Su rutina de ejercicios se basó en hacer 40 minutos de ejercicio al día, cada semana (en su caso, remar unos 30 kilómetros) y combinar entrenamientos fáciles (70%), moderados (20%) e intensos (10%). Además, dos o tres veces a la semana entrena también con pesas y llevaba una dieta rica en proteínas.
De esta forma, los investigadores concluyen que se trata de "hallazgos novedosos" que pueden servir para "resaltar la plasticidad de la capacidad funcional cardiopulmonar y respiratoria, incluso en personas de edad avanzada, cuando se apoya con suficiente estímulo de ejercicio".
Además, las características fisiológicas bien desarrolladas que se observaron respaldan "aún más la premisa de que el entrenamiento físico puede contrarrestar las deficiencias dependientes del envejecimiento en una variedad de sistemas".