Cada familia es un mundo. También la tuya y, como en tantas otras, la situación familiar, financiera y legal puede cambiar con el paso de los años. Planificar tu sucesión puede ayudarte a proteger tu patrimonio y a los tuyos.
“La planificación patrimonial es una herramienta esencial que permite asegurar los deseos, objetivos y expectativas de cada persona en las distintas etapas de la vida”, explica Rodrigo de Salazar, responsable de Asesoría Fiscal de Negocio en Ibercaja. En este contexto, el experto incide en cómo la planificación sucesoria, que se enfoca en la transferencia de patrimonio a la siguiente generación, “desempeña un papel crucial en la preservación de la riqueza y el legado familiar”.
¿En quién piensas ahora? ¿En tu pareja? ¿En tus hijos? ¿En tus nietos? ¿En algún otro familiar, amigo o allegado?
Una de las primeras cuestiones que tendrás que responder a la hora de planificar tu sucesión es a quién quieres destinar tus bienes. Es relevante saber que, salvo que el derecho foral que se aplica en algunos territorios indique lo contrario, la ley considera herederos forzosos a hijos, descendientes y ascendientes directos y al cónyuge superviviente.
Pensando en tu cónyuge
El usufructo, el derecho a usar y disfrutar de uno o más bienes ajenos con la obligación de conservarlos, es el principal derecho con el que cuentan los cónyuges en las sucesiones. Más allá de este derecho, existen muchas complicaciones habituales a las que pueden enfrentarse los cónyuges tras enviudar. Por ejemplo, falta de liquidez para afrontar gastos, incapacidad para conseguir los ingresos precisos, complicaciones para disponer de los bienes inmuebles o conflictos con los herederos.
Algunas de las alternativas que existen para favorecer a tu cónyuge son otorgarle el tercio de libre disposición (si en la herencia se aplica el Código Civil y no un derecho foral), adjudicarle la vivienda conyugal o conmutar el usufructo del cónyuge viudo, por ejemplo, con la asignación de una renta vitalicia.
Ventajas de heredar productos financieros
Los ahorros o la vivienda no es lo único que se puede dejar en herencia. Hay otras opciones, como los productos de inversión, que aportan mucha flexibilidad a la hora de planificar tu legado.
Las principales ventajas de estos productos son los siguientes:
Al ser activos líquidos, facilitan el reparto de la herencia
Permiten afrontar los gastos vinculados a la herencia
Evitan conflictos entre los herederos
Simplifican el reparto de los bienes gananciales
Mejoran la protección del cónyuge viudo
Facilitan la independencia económica del viudo o viuda respecto del resto de herederos
Designar beneficiarios de tus planes de pensiones
¿Tienes un plan de pensiones? En ese caso será diferente, ya que los planes de pensiones no forman parte de la masa hereditaria. Los recibirán el beneficiario o los beneficiarios que hayas designado y en la proporción que decidas. Además, puedes cambiar esta decisión tantas veces como quieras.
Los planes de pensiones no se ven afectados por el impuesto de donaciones y sucesiones: es el IRPF del beneficiario el que determinará el pago tributario, que no se tendrá que abonar hasta que se cobre. Cabe recordar que ese rescate podrá hacerlo el beneficiario cuando lo necesite y que podrá hacerlo en forma de capital, como una renta periódica o siguiendo una fórmula mixta que combine las dos anteriores.
Esta es, por tanto, una buena manera de dejar parte de tu patrimonio, por ejemplo, a tus nietos o a otras personas cercanas aunque no sean herederos, afirman desde Ibercaja.
Relevo generacional en tu empresa
¿Tienes una empresa familiar? Contar con un protocolo familiar puede ahorrarte más de una preocupación. Tal y como explican desde Ibercaja, este instrumento está muy consolidado en Europa y consiste en un conjunto de pactos voluntarios suscritos por los socios, entre sí o con terceros, para regular las relaciones entre la familia, la propiedad y la empresa. Su principal ventaja es que hace mucho más previsible el relevo generacional.
Evidentemente, cada protocolo es único y específico, ya que depende de cada familia, pero sus objetivos son los mismos: designar un representante sucesorio cuando fallece un familiar socio y definir las relaciones de los socios en una sociedad conyugal disuelta y sin liquidar, ya sea por el fallecimiento o no de alguno de los socios.
¿Tienes ya claro qué hoja de ruta seguirás en la planificación de tu sucesión? Si quieres proteger a los tuyos, prevenir conflictos familiares y salvaguardar tu patrimonio, ahora es el momento de tomar decisiones. Ante cualquier duda, lo más recomendable es dejarse aconsejar por especialistas.
“Vamos con tu futuro. Saber más para decidir mejor” es un proyecto de Ibercaja para ayudarte en tus decisiones de ahorro e inversión.
Ibercaja
Sobre el autor:
Stefano Traverso
Stefano Traverso es licenciado en Ciencias de la Comunicación en la USMP de Perú; con un máster en Marketing Digital & E-commerce en EAE Business School de Barcelona. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación en Perú, especializándose en deporte, cultura y turismo.