Carolina Madroñal Machero
Practicopedia
Si tienes papel de burbujas en casa, ¡no lo explotes!
Así puedes aprovechar el material dentro de tu hogar

El clásico plástico de burbujas, conocido por el placer que ofrece al explotarlo con los dedos, en realidad es uno de los materiales más versátiles que podemos tener en casa.
Aunque pocas personas lo aprovechan, puede ser un gran aliado para la jardinería, el embalaje e incluso el bricolaje. Su uso va más allá de proteger objetos frágiles: también es perfecto para aislar, conservar la humedad e incluso proteger las plantas del calor y el frío.
Un poco de historia
Este film alveolar fue creado en 1957 por los ingenieros estadounidenses Marc Chavannes y Alfred Fielding, como informa la página web de Simapack, expertos en embalaje. La idea original era usarlo como un tipo de papel pintado decorativo, pero no tuvo éxito. En cambio, triunfó como material de embalaje gracias a sus principales características: flexibilidad, impermeabilidad, reutilizabilidad y resistencia a los golpes.
Un uso clave: protección para tus plantas
El plástico de burbujas es una excelente herramienta para proteger las plantas del viento, el granizo o los cambios bruscos de temperatura. Si se usa correctamente –es decir, en la tierra o alrededor de las macetas– actúa como una barrera térmica que ayuda a frenar la evaporación y reduce el estrés hídrico, algo fundamental para la supervivencia de la planta en épocas de sequía o en zonas con escasez de agua.
Eso sí, hay que tener cuidado de no colocarlo encima de las hojas, especialmente en días soleados, ya que el efecto lupa podría aumentar la intensidad del sol, secar la planta y dañarla.
Además de en épocas cálidas, este material también funciona muy bien contra el frío, ya que actúa como aislante térmico y protege cultivos, tallos jóvenes o plantas sensibles en caso de fenómenos meteorológicos extremos como granizo o heladas. Aunque no es raro verlo en invernaderos por su funcionalidad, también puede aplicarse en casa, sin necesidad de ser un experto. Su textura ligera y flexible permite fijarlo fácilmente con pinzas, bridas o cintas, y reutilizarlo tantas veces como se necesite, incluso durante varias temporadas.

Más flexible de lo que parece
Además del uso en el jardín, el plástico de burbujas tiene múltiples aplicaciones domésticas. Por ejemplo, puede usarse como aislante en cristales de ventanas para reducir el gasto en calefacción, o incluso como aislante acústico en puertas o paredes delgadas.
En la cocina también sirve para evitar olores, proteger la vajilla, o incluso envolver prendas delicadas o bolsos durante una mudanza. También tiene usos artísticos, como crear texturas al pintar, o incluso para elaborar decoraciones de repostería, presionando chocolates sobre el relieve del plástico.
En definitiva, aunque explotar sus burbujas puede ser muy entretenido, es preferible mantenerlo intacto y aprovechar todo su potencial.