Sociedad

Así se organizan las hormigas para buscar comida

Violeta Qi

Lunes 18 de agosto de 2025

4 minutos

Forman un "cerebro líquido"

Así se organizan las hormigas para buscar comida
Violeta Qi

Lunes 18 de agosto de 2025

4 minutos

Un equipo del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) ha estudiado cómo se mueven y cooperan las hormigas Aphaenogaster senilis. Para ello montaron un laberinto grande con patrón de panal y cámaras de alta resolución y vieron que las hormigas muestran dos patrones de movimiento claros relacionados con la obtención de alimento: buscar nuevas fuentes y luego recoger lo encontrado.

Los resultados, publicados en PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences), indican que la eficiencia de la colonia depende de esas dos maneras de moverse y que, colectivamente, forman algo así como un "cerebro líquido" en el que cada hormiga opera parecido a una neurona.

A diferencia de otras especies que usan principalmente feromonas, estas hormigas mediterráneas no se comunican tanto por rastro químico sino por movimiento y contacto directo con las antenas. Además, sólo unas pocas se dedican a salir a buscar comida, lo que complica la transmisión de información y hace a la especie especialmente interesante para entender cómo surge coordinación sin líder.

El experimento recreó un entorno más cercano al natural que los de estudios previos: una estructura amplia donde depositaron comida en varios puntos y grabaron los movimientos de cientos de individuos. Con esos datos observaron cómo la información se transmite entre hormigas y cómo eso impacta la eficiencia de la colonia. El estudio aporta pruebas empíricas sobre el funcionamiento del "cerebro líquido", es decir, una inteligencia distribuida y sin "centro de mando".

La clave, según los autores, es la diversidad de movimientos individuales y la capacidad de ajustar la proporción de exploradoras y recolectoras en función del entorno. El trabajo establece además un criterio objetivo para distinguir y cuantificar los dos roles: exploración (buscar nuevas fuentes) y explotación (recoger y transportar lo encontrado).

Con los datos en la mano, los investigadores construyeron un modelo neuronal donde cada hormiga se activa según la frecuencia de contacto con vecinas y se mueve de forma heterogénea. Ese modelo reproduce los patrones reales observados y muestra que variar el porcentaje de individuos en cada rol da lugar a conectividades y dinámicas de recolección muy diferentes, lo que altera la eficiencia de la colonia.

El estudio sugiere que la especie ajusta la proporción de exploradoras y recolectoras para equilibrar el conflicto entre explorar y explotar, adaptándose con gran flexibilidad a las condiciones cambiantes; ese ajuste resulta decisivo para el éxito colectivo.

"La clave para tener más o menos éxito en la obtención de recursos es ajustar la mezcla de uno y otro rol: el comportamiento individual autónomo y, sobre todo, el movimiento heterogéneo es lo que permite una cooperación dinámica y adaptativa en función de lo que sucede en el entorno. Con diferentes proporciones de movimiento, las colonias de hormigas logran optimizar la exploración (la búsqueda de nuevos recursos) y la explotación (el aprovechamiento de los ya encontrados) sin que ningún individuo tenga la visión global de lo que hay que hacer", detalla Pol Fernández-López, primer autor e investigador del CEAB-CSIC.

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Por su parte, Frederic Bartumeus, coautor e investigador del CEAB-CSIC, añade: "Hemos demostrado con datos reales que una colonia de hormigas funciona como un cerebro líquido. Cada hormiga actúa como una neurona que se activa de forma intermitente en función del contacto con sus vecinas. No hay un jefe, alguien que dirija, sino que la coordinación y la inteligencia surgen de las conexiones entre ellas; unas conexiones que son cambiantes, pero que a la vez tienen una estructura en el espacio y el tiempo".

Los autores insisten: "Esta conectividad es una propiedad emergente, estructurada y dinámica, que depende de los patrones de movimiento subyacentes de exploradoras y recolectoras, y de la activación a partir de la integración de la información de sus vecinas".

En resumen, en sistemas como las sociedades de insectos o incluso el sistema inmunitario, donde se dan sistemas cognitivos líquidos, el movimiento sostiene la conectividad y la coordinación. En las hormigas Aphaenogaster senilis, los dos patrones de movimiento observados son fundamentales para cómo se comparte la información y la rapidez con que se localizan y aprovechan nuevas fuentes de alimento.

El estudio aporta nueva y valiosa información sobre el comportamiento colectivo de insectos sociales y la inteligencia colectiva descentralizada, y apunta a aplicaciones fuera de la biología, por ejemplo en sistemas robóticos multiagente o algoritmos para optimizar búsquedas en Internet.

Sobre el autor:

Violeta Qi

Redactor en prácticas

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