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Remedios Salazar Salguero, de 41 años, desapareció el domingo 11 de noviembre de 2014 en Langreo (Asturias). Desde entonces –más de 9 años ya– nada se sabe de su paradero. Se da la circunstancia de que, según su hermana, su pareja la maltrataba y llegó a decir a su entorno en una ocasión: "Si algún día no estoy, habrá sido él".
Violeta, su hermana, que se ha convertido en la portavoz de la familia Salazar, cuenta que el día de su desaparición les dijo que iba a dar una vuelta con su pareja. Durante varios días, esperaron su regreso, pero Remedios nunca volvió. La Policía Nacional activó la alerta por desaparición y los familiares y amigos recorrieron Langreo para encontrar alguna pista, pero el intento fue infructuoso.
Violeta está segura de que que la pareja de Remedios tiene algo que ver. "Creo, y que Dios me perdone si me equivoco, que ha sido él. Mi hermana era una persona muy familiar. No había día que no nos juntáramos".
En el momento de su desaparición, Remedios no tenía trabajo estable ni ningún motivo para irse de forma voluntaria. Su rutina se centraba en cuidar de su hija y de sus dos nietos. "Vivía pegada a su familia, era su pasión", recuerda su hermana.
Según comenta Violeta, su hermana hacía poco más de seis meses que había empezado una relación con un hombre cuando empezaron los problemas. "Ella me dijo que la maltrataba, que a veces discutían… y yo le decía: ¡Ay! Hermana, no te veo bien. En una de esas, la dejé de ver", explicaba Violeta.
Remedios le había comentado a su hermana que su pareja bebía y que era adicto a otras sustancias, además de ser agresivo. Violeta recuerda también la advertencia que le hizo su hermana semanas antes de desaparecer: "Antes de desaparecer me dijo: 'hermana, estoy segura de que algo me va a pasar'. Si algún día me pasa algo, si desaparezco… me lo ha hecho él".
Violeta, ante esta situación, aconsejó a Remedios que se marchase de la casa que compartían y que lo denunciase. Remedios le contó a su hermana que no lo denunciaba porque tenía miedo, pero que se quedase tranquila porque lo iba a dejar.
Según relata Violeta, tras la desaparición, ella y su familia se personaron en casa de este hombre en varias ocasiones para pedirle cuentas, pero este nunca quiso hablar con ellas. "La mató, la metió en algún lado e hizo algo para que no la encontremos. La mató... él mató a mi hermana", sentencia la mayor de los Salazar.
Violeta también recuerda que el móvil de Remedios estuvo encendido mucho tiempo y daba señal, aunque sospecha que "quien le hizo algo, lo dejó encendido para que se pensara que había sido una marcha voluntaria".
La familia ha mirado en solares, arbustos, terrenos y descampados buscando alguna pista de donde pueda estar Remedios. "Siento y sé que mi hermana no está viva y descartamos totalmente la marcha voluntaria", asegura Violeta.