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Alimentación
Los famosos 'manolitos' no son artesanales sino ultracongelados
El fundador de Pastelería Manolo reconoce que sus croissants se producen a cientos de kilómetros
Igual que la receta de la Coca-cola, el secreto de los croissants madrileños de moda está en un error en su elaboración. Echar más mantequilla de lo habitual, ha convertido a los 'manolitos' en uno de los dulces más demandados de los últimos años por su jugosidad. Hasta ahí todo bien, pero la elaboración artesanal de la que presume este negocio familiar iniciado hace 25 años en Colmenar Viejo bajo el nombre de Pastelerías Manolo y que se ha expandido en más de 21 tiendas en toda España, podría verse en entredicho según revela eldiario.es que asegura que los croissants que se venden en esta pastelería son ultracongelados y vienen de una fábrica de Cataluña.
Su creador, Manolo Manzano, ha asegurado que la receta original es suya, pero admite que los 'manolitos' los fabrica Europastry, una multinacional catalana con sede en San Cugat del Vallés que también provee de bollería a otras cadenas como Granier (@pansGranier) o Starbucks (@starbucks_es). "Los 'manolitos' llegan congelados de ahí y solo necesitan otro golpe de horno", asegura. Algunos empleados de las franquicias que han hablado de forma anónima con eldiario.es aseguran que reciben instrucciones de decir que los productos son frescos del día y que vienen desde Colmenar Viejo. También explican que la diferencia de sabor entre los 'manolitos' se debe a que el proceso de horneado y acabado es distinto.
La recién aprobada ley del pan quiere evitar casos como este y solo permite vender como artesano el pan elaborado en pequeñas series, en el que prime el factor humano sobre el mecánico. Pero afecta únicamente al pan, no a la pastelería.
Expansión fuera de lo habitual
Manzano se defiende declarando que fue él quien los creó pero que cuando la demanda comenzó a crecer, encargó la producción a Europastry. Esta empresa es la encargada de fabricarlos y enviarlos ultracongelados a Mejorada del Campo, para distribuirlos al resto de puntos de venta. Lo más curioso es que el boom de estos dulces se ha producido hace tan solo unos años, cuando empezó a abrir sus franquicias bajo el nombre Manolo Bakes y empezó a ser promocionado por famosos futbolistas y cantantes. Pero según eldiario.es, Manolo reconoce que lleva siendo externalizando el servicio desde hace 25 años, y añade que en cualquier caso los 'manolitos' son exactamente iguales a los que salen desde el obrador de Colmenar Viejo, donde nacieron.
Por fin se alinearon los planetas y nuestro amigo @SSantiagosegura ha podido probar nuestras torrijas. Vaya un crack! pic.twitter.com/uOZ9LPD12l
— Los Manolitos (@Los_Manolitos) 4 de abril de 2015
El éxito de los bollos fue tal que se han abierto varias franquicias por el centro de Madrid y otros puntos de España de la mano del futbolista Álvaro Morata (@AlvaroMorata) bajo el nombre de Manolo Bakes, que cuenta ya con 13 establecimientos en los que siempre hay repartidores de Glovo (@Glovo_ES) y espera una próxima apertura en Zaragoza. La historia se remonta a finales de 2017, cuando el futbolista decidió montar las Crosantino, copia del 'manolito' original, que finalmente se ha unido bajo la misma marca.
El gigante Europastry
Europastry es gigante empresarial. Tiene 22 plantas de producción, 4.539 empleados, comercializa 364.000 toneladas de producto al año y en 2017 facturó 729 millones de euros, de los cuales 110 fueron de beneficio. Sus fundadores, la familia Gallés Gabarró, una de las más ricas de España. La mitad de sus ventas proceden del pan; la otra mitad, de bollería: donuts, napolitanas, ensaimadas o croissants como los 'manolitos.
En 2014 protagonizó la polémica de la 'La Guerra del Céntimo' por la que se vendían 3 croissants de Granier por 1,50 euros. Ahora Granier ha subido su precio así como el 'manolito', que ha subido de 50 a 70 céntimos por unidad en los últimos años (28 euros el kilo), frente a los 8,6 euros el kilo de Granier, según informa eldiario.es. Tanto en la televisión como en posteriores entrevistas, los responsables de Granier no tuvieron ningún problema en decir que sus croissanrs los fabricaba Europastry. Tampoco que la alta producción de la firma catalana era lo que les permitía rebajar tanto el precio y, aún así, dejarles margen.