Este ese el motivo por el que deberías mantener los alimentos descongelados en su envase original

Los alimentos congelados pueden contener bacterias que proliferen tras la descongelación y nos provoquen una intoxicación alimentaria. Por eso es necesario observar una serie de buenas prácticas de descongelación para reducir la probabilidad de contraer enfermedades transmitidas por los alimentos, entre las que ha de figurar seguir siempre las instrucciones de conservación del fabricante para garantizar la seguridad de los mismos.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA @EFSA_EU) ha elaborado una guía para la descongelación segura de los alimentos en la que incluye consejos para minimizar el crecimiento de microorganismos durante la descongelación. Y es que, cuando abrimos un envase, las bacterias pueden llegar a los alimentos mediante diferentes canales. Por eso es importante “mantener los alimentos descongelados en el envase original o en un recipiente adecuado para evitar la contaminación”. En este sentido, la recomendación es que, antes de descongelar, por ejemplo, pescado, gambas o bayas congelados, debemos “romper los bloques grandes de dentro del envase y descongelar sólo la cantidad necesaria de alimentos y mantener el resto congelado”. Además, tenemos que asegurarnos de tener las manos y los utensilios limpios al manipular alimentos, por ejemplo, cuando dividimos trozos grandes de alimentos en trozos más pequeños.

Nevera, agua fría y caliente

Siempre es recomendable descongelar los alimentos a baja temperatura para evitar el desarrollo de bacterias. Así, es preferible no hacerlo bajo el grifo del agua caliente o sobre la encimera de la cocina para tenerlo listo cuanto antes. Aquí hay que ser previsor y, por ejemplo, decidir el día antes cuál va a ser nuestro menú, con lo que podremos descongelar el alimento lentamente en el frigorífico durante 12-24 horas. Mantener la temperatura adecuada durante la descongelación evita que las bacterias puedan multiplicarse. tanto si estamos descongelando carne, pescado o marisco, debemos hacerlo en un recipiente aparte en la nevera para evitar la contaminación de otros alimentos.

Si por el contrario nos ha pillado el toro y necesitamos improvisar una comida con algo que tenemos en el congelador, lo normal es que recurramos al microondas. En este caso, al menos deberíamos utilizar la potencia más baja posible, y es mejor hacerlo en pequeñas porciones, parando de vez en cuando y removiendo el contenido. De esta forma, se facilita la descongelación uniforme y se evita que se caliente el exterior y permanezca congelado el interior del alimento.

Según la EFSA, también la descongelación de las verduras y las frutas bajo el agua corriente fría debe hacerse “preferiblemente en el envase original”. Recurrir al agua fría es otro truco para descongelar rápido los alimentos, pero estos deberían estar envueltos o envasados de forma hermética para evitar que sus tejidos absorban agua y, por tanto, pierdan calidad o se produzca algún tipo de contaminación por la presencia de bacterias.