Alimentación

¿Se puede comer la piel de los embutidos?

65ymás

Foto: Bigstock

Viernes 9 de julio de 2021

3 minutos

Hay que tener en cuenta que cada embutido está elaborado con un tipo de piel diferente

¿Se puede comer la piel de los embutidos?
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Viernes 9 de julio de 2021

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Los embutidos son un grupo de alimentos que no suele faltar en las neveras y de los que existe una gran variedad, sobre todo si tenemos en cuenta la materia prima e ingredientes básicos de cada uno de ellos y los distintos procesos de elaboración a los que son sometidos: secado, en crudo, ahumado, cocidos…

En el contexto de la Unión Europea, Alemania es el principal productor de embutidos y salazones seguido de Francia, Reino Unido, Italia y España; y en concreto en nuestro país su consumo es elevado. Para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial para la Salud (OMS), la recomendación media de consumo de carne semanal es de 325 gramos por persona y 125 gramos en el caso de las denominadas carnes rojas.

En la actualidad, los embutidos están incluidos en la Pirámide NAOS para una alimentación saludable, que determina que pueden tomarse varias veces en semana pero no a diario.

Lo que a día de hoy sigue generando debate es el cómo debemos tomarlos, y en la mayoría de las ocasiones, estos debates giran en torno a si se puede comer la piel (o tripa) que recubre el embutido. Depende, esa es la respuesta a si podemos comer la piel o no, porque hay que tener en cuenta el tipo de piel con el que está elaborado el embutido, según informa elDiario.es

¿Se puede comer la piel de los embutidos?

Depende del tipo de piel

Hay que tener en cuenta que cada embutido está elaborado con un tipo de piel diferente. Podemos distinguir entre la producción artesanal y tradicional de la elaboración industrial, que nos lleva a diferenciar dos tipos principales de tripas:

  • Tripa natural: proceden de los intestinos de distintos animales, como el cerdo, la oveja, la carne de res, el caballo o la cabra. La más usada es la capa de los intestinos denominada submucosa, muy rica en colágeno. Todas ellas pasan por un exhaustivo proceso de limpieza. Al tratarse de un producto de origen animal, es apto para el consumo humano. Pero eso no quiere decir que lo mejor sea hacerlo. Depende de los gustos de cada uno.
  • Tripa artificial: puede ser de colágeno (de origen animal y la más parecida a la natural), celulosa (suele utilizarse en embutidos cocidos como las salchichas de Frankfurt) y plástico autorizado para uso alimentario (usado sobre todo en embutidos cocidos de gran calibre como mortadelas), impermeable y que aísla el embutido. En este caso, lo recomendable es eliminar la piel antes de comerla porque ni el plástico ni la celulosa usada son comestibles. Si en la etiqueta además se indica que el producto está elaborado a base de piel sintética, lo mejor es no consumirla y desecharla. 

Una forma de diferenciarlas es que las naturales tienen formas irregulares, están curvadas con los extremos bien cerrados y en ocasiones atadas a mano con un cordel. Tienen puntos más delgados o gruesos que otros, y desprenden un aroma particular. Por el contrario, las artificiales se arrugan en los extremos y se abren poco, tienen un aspecto más uniforme y un sabor neutro. En cualquier caso, podemos fijarnos en la etiqueta, ya que en ella deben aparecer los materiales y la composición de la tripa. 

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