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La herramienta que ayuda a la recuperación psicológica tras un ictus

Patricia Matey

Foto: Europapress

Lunes 9 de junio de 2025

8 minutos

La terapia de conversación alivia los síntomas de ansiedad y depresión, según un nuevo estudio

La herramienta que ayuda a la recuperación psicológica tras un ictus. (EurpaPress)
Patricia Matey

Foto: Europapress

Lunes 9 de junio de 2025

8 minutos

Factores de riesgo relacionados con sufrir un ictus grave

¿El primer fármaco que repara el daño cerebral tras un ictus?

 

El ictus es la segunda causa principal de muerte y la tercera causa principal de discapacidad en todo el mundo. Hay aproximadamente 1,3 millones de supervivientes de ictus en el Reino Unido, y se proyecta que esta cifra se duplicará para 2035, en parte debido al envejecimiento de la población, una mejor supervivencia tras el mismo y la creciente prevalencia de factores de riesgo, según un estudio de 'Age Aging'.  

El accidente cerebrovascular o ictus es la principal causa de discapacidad en adultos, sin una terapia médica aprobada que promueva la recuperación. Y en España, según el Ministerio de Sanidad, afecta a unas 120.000 personas y alrededor de 25.000 de ellas mueren por su causa cada año dentro de nuestras fronteras.

Se estima, además, que la depresión afecta a uno de cada tres supervivientes de ictus, como recuerda una investigación de 'Journail of International Stroke' y puede persistir durante años sin intervención, mientras que la ansiedad afecta a más de uno de cada cuatro supervivientes, como se menciona en otro ensayo. 

Durante el primer año tras el ictus, las personas que sufrieron uno isquémico y una hemorragia intracerebral tenían dos y cuatro veces más probabilidades que la población general de presentar un trastorno depresivo o de ansiedad incidente, respectivamente..Además, la depresión o la ansiedad posteriores al mismo se han asociado con un deterioro de la recuperación funcional (incluyendo deterioro físico y cognitivo), mayor mortalidad, menor calidad de vida y un mayor uso de la atención médica, como reflejan trabajos como el del 'Journal of Rehabilitation Medicine'

Por lo tanto, es crucial detectar y tratar los trastornos mentales comunes (TMC , como los mencionados, en los supervivientes de un ictus para mejorar los resultados de salud a largo plazo, reducir la demanda de servicios y reducir los costes sanitarios. Las directrices actuales del Reino Unido para la rehabilitación del ictus recomiendan ofrecer terapias psicológicas adaptadas a las necesidades individuales a los supervivientes.

La terapia cognitivo-conductual es eficaz para reducir los síntomas de depresión y ansiedad, pero el tamaño de la muestra de los ensayos clínicos hasta la fecha ha sido pequeño (de 5 a 322 participantes), y la solidez y la generalización de los hallazgos a la práctica clínica habitual siguen siendo inciertas. 

Una nueva terapia psicológica

Sin embargo, ahora llega una nueva investigación que constata que los supervivientes de un accidente cerebrovascular que padecen depresión o ansiedad y asisten a sesiones de terapia de conversación tienen más probabilidades de recuperarse de sus síntomas psicológicos, según científicos del Colegio Universitario de Londres (UCL, de sus siglas en inglés).

Este es el primer estudio de este tipo y ha sido publicado en 'Nature Mental Health'. En el se han analizado datos de los 1,9 millones de pacientes que asistieron a los servicios de terapias de conversación del NHS para la ansiedad y la depresión en Inglaterra entre 2012 y 2019, incluidos 7.597 supervivientes de un accidente cerebrovascular.

Como hemos mencionado al inicio de este artículo, más de uno de cada tres sobrevivientes experimenta uno y otro trastorno por salud mental. Sin un tratamiento adecuado, la recuperación, tanto física como cognitiva, puede ser más lenta, y estudios previos han demostrado que el riesgo de muerte puede aumentar entre un 20% y un 50% en los años posteriores a un ictus en personas con depresión, en comparación con quienes no la padecen.

 

La terapia psicológica tras un ictus debe facilitarse lo antes posibles desde Atención Primaria. (Bigstock)

 

Sin embargo, los investigadores encontraron que las terapias de conversación del NHS para la ansiedad y la depresión son un tratamiento efectivo para los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular, ya que el 71% experimentó una mejoría considerable (es decir, un cambio lo suficientemente grande en los síntomas como para que sea muy poco probable que se deba al azar) y el 49% se recuperó de manera confiable de ambos trastornos después del tratamiento en los servicios.

Esto está en línea con el objetivo del Gobierno del Reino Unido para la población general de que el 50% de las personas que completan el tratamiento en los servicios deberían recuperarse, a pesar de que se sabe que, en general, las personas con problemas de salud física a largo plazo tienen peores resultados del tratamiento que el promedio en las terapias de conversación del NHS.

NHS Talking Therapies for Anxiety and Depression es un servicio gratuito del NHS y ofrece TCC, asesoramiento y autoayuda guiada, con sesiones impartidas presencialmente de forma individual, en grupos o en línea. 

Resultados

En el estudio, los síntomas depresivos se midieron utilizando el Cuestionario de Salud del Paciente (PHQ-9), que considera factores como la falta de interés en hacer cosas, problemas para dormir y sentimientos de bajo estado de ánimo. Los síntomas de ansiedad se midieron utilizando el cuestionario GAD-7, que pregunta con qué frecuencia una persona se siente preocupada, nerviosa o incapaz de relajarse.

En promedio, los sobrevivientes de un ictus que asistieron a terapias de conversación experimentaron una reducción moderada de los síntomas de depresión y deterioro funcional (como la capacidad de trabajar, administrar un hogar, formar y mantener relaciones cercanas y participar en actividades de ocio) y grandes reducciones en los síntomas de ansiedad. Además, el momento de acceder a la terapia de conversación después de un accidente cerebrovascular también afectó a su eficacia.

El tiempo juega a favor

Los pacientes que comenzaron a asistir a terapias de conversación un año o más después de un ictus tuvieron menos probabilidades de recuperarse que aquellos atendidos dentro de los seis meses posteriores al evento, independientemente de las diferencias en características como la edad, el sexo, la privación de área y las puntuaciones iniciales de los síntomas.

El coautor principal, el Dr. Jae Won Suhj ha documentado en un comunicado: "Nuestros hallazgos respaldan firmemente la evidencia existente de pequeños estudios de que las terapias de conversación tratan eficazmente la depresión y la ansiedad después de un ictus También descubrimos que cuanto antes comiencen los supervivientes de la terapia, mejores serán los resultados. Es fundamental que los médicos de cabecera y otros profesionales clínicos que trabajan con supervivientes de un ictus evalúen los síntomas de depresión y ansiedad y remitan a los pacientes a terapia psicológica lo antes posible".

Sin embargo, el estudio también mostró que los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular que recibieron terapia de conversación tenían menos probabilidades de recuperarse de manera fiable y más probabilidades de deteriorarse en comparación con personas similares sin un accidente cerebrovascular, pero no persistieron diferencias significativas (en los resultados de su terapia de conversación) después de controlar el nivel de otros problemas de salud física (que las personas con un accidente cerebrovascular tienen más probabilidades de tener).

Por consiguiente, los investigadores creen que las terapias de conversación podrían necesitar ser adaptadas aún más para asegurar el máximo impacto para los sobrevivientes de un ictus.

El profesor Joshua Stott, que también ha participado en el estudio, ha explicado: "Los peores resultados para los supervivientes, en comparación con aquellos que no sufrieron el evento, sugieren la importancia de que los médicos de salud mental reciban más capacitación sobre el tratamiento de personas con enfermedades crónicas, incluidas aquellas con deterioro cognitivo, pérdida sensorial y problemas complejos de salud física. Invertir en dicha capacitación mejorará la salud mental y física de miles de pacientes".

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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