Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorLa regla general dice que la pensión es incompatible con la realización de trabajos por cuenta ajena/propia o con la realización de actividades para las Administraciones Públicas, aunque hay algunas excepciones:
La jubilación flexible permite al pensionista iniciar un trabajo a tiempo parcial con una reducción de jornada comprendida entre un 25% y un 50%, y compatibilizar el trabajo con la pensión que venía cobrando, que quedará reducida en proporción a la jornada laboral.
En un caso de jubilación parcial, el trabajador acuerda con su empresa reducir su jornada de trabajo entre un 25% y un 50%, pasando a percibir la pensión de jubilación en una cuantía proporcional inversa a la reducción de jornada.
La jubilación activa consiste en compatibilizar el cobro de la pensión contributiva de jubilación con el salario de un trabajo, por cuenta ajena o propia, a jornada completa o parcial, siempre que la jubilación se haya producido a partir de la edad ordinaria y con un porcentaje aplicable a la base reguladora del 100%. Durante la jubilación activa se cobra el 50% de la prestación reconocida. No obstante, en el caso de los autónomos con al menos un trabajador a su cargo, éstos podrán compatibilizar sus ingresos con el 100% de la pensión.
La pensión de jubilación también es compatible con la realización de trabajos por cuenta propia cuyos rendimientos totales anuales no superen el importe del salario mínimo interprofesional en el cómputo anual. Y también podemos compatibilizar la pensión con una actividad artística por la que se perciban ingresos derivados de la titularidad de derechos de propiedad intelectual. Por otra parte, la pensión de jubilación del empresario es compatible con el mantenimiento de la titularidad de un negocio o establecimiento mercantil, siempre que éste no lleva a cabo ningún trabajo.
En cualquier caso, si un jubilado quiere seguir trabajando tiene la obligación de comunicarlo a la Administración para que tome las medidas oportunas. Puesto que no comunicarlo puede supone sanciones con multas que pueden llegar a los 10.000 euros, además de la obligación de devolver el dinero recibido.
Para aquellas más motivadas en seguir aplicando sus conocimientos laborales también hay otras opciones que no pasan por un contrato. Uno de los activos de un jubilado es la experiencia profesional, de forma que puede ser una buena guía para muchos jóvenes que se encuentran ante un cambio profesional o quieren iniciarse como empresarios. Numerosas asociaciones ofrecen programas de Mentoring como SECOT (Seniors Españoles para la Cooperación Técnica), a los que se suman las personas que piensan que tiene mucho por aportar a las generaciones más jóvenes. Otra manera de trabajar después de la jubilación es prestando ayuda voluntaria a diferentes sectores necesitados. En este caso, diversas organizaciones organizan este tipo de voluntariados.