Alexandra Concepción Pérez-Mancebo
Gastronomía
¿Cuánto dura una pata de jamón una vez abierta?
Esta es la fecha límite definitiva
Abrir una pata de jamón en casa suele ser el pistoletazo de salida a semanas de desayunos especiales, aperitivos improvisados y visitas que terminan inevitablemente alrededor del jamonero. Pero, pasado el primer entusiasmo, surge una pregunta muy habitual: ¿cuánto tiempo puede durar realmente una pata de jamón empezada sin que pierda calidad?
La respuesta no viene marcada por una fecha de caducidad estricta, porque el jamón curado no funciona así. Aun así, sí existe un punto a partir del cual su calidad empieza a deteriorarse de forma clara, aunque siga siendo apto para el consumo.
La fecha límite real: alrededor de un mes
Productores, marcas especializadas y maestros jamoneros coinciden en una recomendación general: una pata de jamón abierta debería consumirse, idealmente, entre tres y seis semanas. En casa, esta recomendación se traduce en una referencia sencilla y práctica: aproximadamente un mes desde el primer corte.

A partir de ahí, el jamón no se estropea de golpe, pero la zona de corte comienza a secarse, la grasa pierde untuosidad y el aroma se vuelve menos intenso. Es el momento en el que las lonchas ya no ofrecen la experiencia que se espera de una buena pata, aunque sigan siendo seguras para comer.
Por qué el jamón no caduca, pero sí empeora
El jamón curado es un producto vivo. Al cortarlo, entra en contacto con el aire y comienza un proceso progresivo de oxidación y deshidratación. Si se consume a diario, la superficie expuesta se renueva constantemente y el efecto es menor. En cambio, cuando pasan varios días sin cortar, la parte visible se endurece y pierde humedad.
Por eso, los expertos señalan que el problema no es solo el paso del tiempo, sino la falta de rotación del corte. Un jamón que se corta con regularidad se conserva mejor que otro que apenas se toca, aunque ambos estén en el mismo entorno.
Cómo conservarlo mejor sin estropearlo
Uno de los errores más comunes en casa es cubrir la zona de corte con film transparente durante varios días. Aunque puede servir de forma puntual, el plástico acaba “asfixiando” el jamón, atrapando humedad y afectando a su aroma natural.
La opción más recomendable es mucho más simple: cubrir el corte con un paño limpio de algodón o con papel de horno. Así se protege del polvo sin impedir que la pieza respire de manera natural.
Además, conviene guardarlo en un lugar fresco, seco y bien ventilado, lejos de fuentes de calor, luz directa o cambios bruscos de temperatura. Mantener la pata en un jamonero facilita la circulación del aire y evita apoyarla sobre superficies que puedan alterar su curación.
Cuándo puede alargarse un poco más el plazo
En viviendas frescas, con temperaturas estables y un consumo casi diario, algunas patas pueden mantenerse en buen estado algo más de un mes. En estos casos, el plazo puede alargarse hasta unas seis semanas, aunque las últimas lonchas ya no resulten tan jugosas como las primeras.
Por el contrario, en casas muy calurosas o cuando el consumo es esporádico, ese margen se reduce y lo más sensato es asumir que el jamón ofrece su mejor versión durante las primeras semanas tras el primer corte.



