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El arte de limpiar antes de morir o cómo no dejar un desastre como herencia

Paula Buedo

Foto: Big Stock

Lunes 26 de junio de 2023

9 minutos

Tirarlo todo es el consejo de Margareta Magnusson, la 'madre' del döstädning

El arte de limpiar antes de morir o cómo no dejar un desastre como herencia
Paula Buedo

Foto: Big Stock

Lunes 26 de junio de 2023

9 minutos

La pérdida de un ser querido es un momento doloroso que todo el mundo enfrenta en algún momento. Su ausencia se convierte en un hueco que hiere el corazón al ver que todo sigue igual, menos su presencia.

Pese a todo, el ritmo de la vida no deja tiempo para encajar el adiós. Desde el momento de la muerte, previamente anunciada o llegada de forma repentina, comienza una espiral de trámites que parece interminable. Después, cuando parece que llegará la calma, llega el turno de ordenar todo lo que esa persona ha dejado atrás.

Hay una herencia cuya gestión no necesita abogados ni notarios: ropa, muebles, fotografías, cachivaches… Todos tenemos tras nosotros un gran número de objetos personales que dejamos atrás y, ¿quién se hace cargo de ellos?

Margareta Magnusson pone orden a esta cuestión en su ensayo El arte sueco de ordenar antes de morir (Reservoir Books). Según esta mujer sueca, no sirve esperar que, cuando ya no estemos, nuestros familiares y seres queridos deseen heredar todo lo que hemos acumulado en una vida.

Su propuesta va más allá de otras famosas fórmulas de limpieza y orden, como el konmari de Marie Kondo. El döstädning, nombre que recibe su método y que significa muerte () y limpieza u orden (städning), consiste en, precisamente, dejar un legado más sencillo para quienes deben lidiar con nuestra ausencia.

Las anécdotas que le impulsaron a compartir esta técnica son muchas. Sus padres fueron, precisamente, los dos polos opuestos a la hora de dejar atrás su herencia material. En el caso de su padre, según cuenta en El País, llegó a encontrar incluso un bloque de arsénico en el fondo de un cajón que llevaba guardado desde la Segunda Guerra Mundial.

En el extremo contrario, explica, su madre llegó a dejar pequeñas notas y etiquetas para que cada prenda de ropa y objeto personal tuviese un destino ya decidido por ella. No dejó lugar a dudas, todo estaba detalladamente indicado y, para la autora, esto hizo el proceso mucho más sencillo.

 

Practicidad y minimalismo

Una vida, especialmente ahora que no es extraño que alguien supere la centena, da para acumular muchas cosas. Tanto guardamos que es imposible que usemos y recordemos cada objeto. Por eso, no es raro que, al hacer una limpieza, nos sorprendamos a nosotros mismos con un vestido olvidado en el fondo del armario, disfraces con varias décadas de encierro en un arcón o muebles que esperan volver a ver la luz del día con paciencia en un trastero.

El döstädning propone que, si no recuerdas que tienes algo, no lo amas o solo coge polvo en un baúl olvidado, lo tires. Se trata de un método que busca lo práctico y minimalista: tirar, donar o reciclar son las tres grandes palabras que lo definen.

Al practicar este arte de limpieza y orden en vida, la herencia que dejamos a nuestros seres queridos es mucho más sencilla. No se sentirán abrumados al llegar a nuestro armario, congelado en el tiempo, y encontrar todo tipo de ropa, algunas prendas con décadas sin ser usada.

 

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¿Y los recuerdos?

Margareta Magnusson sabe bien lo difícil que puede hacerse el vaciar armarios, cajones y trasteros. Se ha mudado casi una veintena de veces y, por ello, no es extraño que haya perfeccionado este método para tener siempre todo en orden. Ahora, con su libro, busca compartir el conocimiento a jóvenes y mayores.

Sin embargo, esto no significa que no haya espacio para los recuerdos. Con el paso de los años, tendemos a guardar todo tipo de objetos que vinculamos a una emoción o momento especial en nuestra vida: el billete de avión de aquel primer viaje con nuestra pareja, entradas de conciertos, fotografías, cartas…

Este tipo de objetos que acumulamos dispersos tienen un gran valor para uno mismo, pero, para muchos seres queridos, su significado se desdibuja. No obstante, son el resultado de una vida vivida y disfrutada, por lo que se hace duro deshacerse de ellos. Como solución, la autora propone utilizar una caja donde guardar los recuerdos más importantes después de cribar y deshacernos de los que no lo son tanto.

A diferencia de Marie Kondo, Magnusson realiza una propuesta mucho más emotiva. Una limpieza en vida, en compañía de quienes quieres, puede facilitar la conversación sobre la muerte y el duelo posterior.

Sobre el autor:

Paula Buedo

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