
Viernes 3 de octubre de 2025
3 minutos

Vuelta a la normalidad. Todo anda agitado en la política internacional, nacional y local. Cierta persona que leía el periódico diría: “anda el mundo revuelto”. Tiene razón, pero no solo en política. Pienso que aquellos que creen que por tener poder pueden oprimir al proletariado están equivocados. Recuerden que el pueblo se revoluciona. Sin ir más lejos, un ejemplo entre otros tantos ha sido la vuelta ciclista.
La historia está ahí, hablo de manifestaciones, de la lucha por los derechos dignos en sanidad, justicia, educación y otras tantas profesiones. Si hacemos examen de conciencia, y citaremos los que hablan mal del prójimo. Todos ellos/as tienen sombras que no quieren luz, pero les recomendaría que busquen otro rinconcito, porque este va a brillar con la verdad.
Ahora te pregunto: ¿piensan que pueden acallar a los que hablan? ¿Sienten felicidad hablando mal de uno al resto? ¿Necesitan hablar mal de los demás para tener notoriedad?
La respuesta es fácil, para hablar mal de una persona debes tener muchas carencias. Si, cierto, entre ellas: una pizca de ética y moral. Me niego a ver cómo se puede pisar sin piedad a la gente que trabaja con dedicación y con el valor de sacar adelante a esos menores que llega a nuestro país sin apenas idioma, que logren integrarse en la sociedad.
Les digo a todos los que están en las altas esferas que no hablen mal, que los cargos son efímeros y en algún momento volverán a la casilla de salida y después entenderán la labor de los docentes.
Como colofón, no hay mejor retrato que el cuadro A derradeira leición do mestre (Castelao, 1945).
Ahora les pregunto: ¿la historia se repite? Eso depende de ustedes, pero con miedo no se ejerce. Reflexionemos…
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