Cartas a la directora

Un periodo de cómputo de las pensiones inclusivo y sin perdedores

Fernando Marín

Viernes 4 de marzo de 2022

6 minutos

Un periodo de cómputo de las pensiones inclusivo y sin perdedores
Fernando Marín

Viernes 4 de marzo de 2022

6 minutos

Cartas al director (cintillo)

 

Según un reciente articulo publicado por un importante periódico, ampliar el periodo de cálculo de las pensiones de los 25 a los 35 años “afectaría negativamente a las pensiones, ya que implica recibir unas prestaciones menores, porque los trabajadores en su vida laboral tienen mejores salarios en sus últimos años que en los primeros”.

El artículo es categórico y da por sentado que todos los españoles culminan su vida laboral con éxito después de una larga carrera ascendente en la que sus salarios siempre se han incrementado de manera automática sin haberse visto alterados en ningún momento por alguna de las crisis mundiales que se han sucedido desde 1973 o por el riesgo que siempre conlleva ser una persona emprendedora y poco acomodada.

Todo parece indicar que el periodista de este reconocido y conservador periódico ha recogido su información de las mismas fuentes en las que se han basado nuestros sindicatos mayoritarios para defender con las mismas palabras su postura inamovible frente a cualquier posible ampliación del periodo de cómputo. Si hacemos caso de lo que nos están diciendo, al final resultará que todos vivimos en un mundo ideal similar al de la película El show de Truman, donde no existen las sorpresas y no debes preocuparte por nada porque siempre vas a tener las espaldas cubiertas.

Yo, en este asunto, soy de los que opinan que cada vez resulta más difícil llegar con las mejores cotizaciones a la edad de la jubilación y que, por mucho que se empeñen nuestros sindicatos, no todas las carreras profesionales siguen siempre una trayectoria ascendente ni tienen por qué hacerlo.

A este respecto me resultan más creíbles las palabras del ministro Escrivá cuando afirmó el año pasado que “un 30% aproximadamente de los trabajadores no presentan sus mejores años de cotización en el tramo final de su carrera laboral, por lo que el sistema actual no funciona para ellos”. También es verdad que me resultan más creíbles porque ya me gustaría a mí cotizar ahora lo que cotizaba a los 30.

Tener altibajos a lo largo de una vida profesional es lo más normal del mundo, especialmente en aquellos entornos profesionales más emprendedores que por su espíritu inquieto e innovador están más expuestos a los tropiezos, al riesgo y a los errores y que, desde mi punto de vista, son vitales para que la sociedad evolucione. Por otro lado, las crisis mundiales siempre han estado presentes y nadie que trabaje en empresas privadas puede dar por sentado que nunca va a salir mal parado, valga la redundancia.

Volviendo a los sindicatos mayoritarios y a su postura inamovible de que los últimos años cotizados de vida laboral siempre son los mejores, y que por lo tanto las pensiones deben de calcularse con el menor numero posible de los últimos años cotizados, debo decir que la idea es buena, sobre todo en Suecia, pero una cosa es lo que debería ser y otra cosa es lo que es.

Los sindicatos han tenido tiempo desde la crisis del petróleo de 1973 para darse cuenta del peligro al que cada vez más están expuestos la mayoría de trabajadores y trabajadoras debido a los vaivenes de la economía mundial. También han tenido tiempo de darse cuenta de que cada vez es más difícil que un trabajador empiece y termine su vida laboral en la misma empresa con una trayectoria siempre ascendente y que lo normal es que tenga que demostrar su valía pasando por diferentes empresas para acumular experiencia y para que, con un poco de suerte, termine jubilándose en activo.

Tampoco pienso que sea muy bueno que tengamos que trabajar toda la vida en la misma empresa, porque esto, aparte de que puede resultar asfixiante en algunas ocasiones, ya solo ocurre en países que siguen manteniendo sistemas de economía bastante distintos al nuestro con poco margen para la imaginación, la libertad y el cambio. Quiero decir que si lo que quieren conseguir nuestros sindicatos es que tengamos pánico a perder nuestro trabajo y al cambio, lo están haciendo que ni pintado. Perder un trabajo tempranamente y empezar otra vez de cero no tiene que suponer que pierdas tus mejores cotizaciones si no consigues remontar.

Si de verdad son tan considerados nuestros sindicatos y se preocupan tanto por nosotros, lo que deberían de decir es que todas las pensiones se tendrían que calcular con los 25 años cotizados que cada trabajador elija, tal como se aprobó en el Pacto de Toledo en 2020, pero supongo que esta recomendación ha quedado definitivamente en el olvido por temas de sostenibilidad y porque los sectores más organizados, influyentes y sindicados de la sociedad ya tienen asegurados sus mejores años cotizados al final de su vida laboral y, por lo tanto, dentro del periodo de computo. Lo único que he escuchado a los sindicatos que estarían dispuestos a negociar es la posibilidad de integrar lagunas y este procedimiento, además de que ya existe, no tiene nada que ver con las carreras profesionales que no tienen una trayectoria siempre ascendente en sus cotizaciones.

Sin ir más lejos, el Sr. Pepe Álvarez dejó bien claro en unas declaraciones que se publicaron el primer día de este año respecto a un posible aumento en el periodo de computo que el acuerdo de las pensiones había tocado ya todos los extremos y que “por mucho que insistan el Fondo Monetario Internacional u otros, no tenemos previsto abrir otra negociación”. Yo no pertenezco al FMI y por lo tanto debo de ser de “los otros”, como en la película de Amenábar, que una de dos, o no existimos o no nos quiere ver porque no quiere que resulte herida su sensibilidad.

Para Pepe Álvarez queda muy reivindicativo decir bufanda al viento que se niega a esta negociación porque la impone el FMI, cuando en realidad lo que no quiere decir es que se opone a esta negociación porque no quiere perjudicar ni en lo más mínimo a los sectores profesionales más influyentes, privilegiados y sindicados de la sociedad a los que su sindicato debe proteger a uñas y dientes.

Como mal menor, la propuesta de sistema de calculo que hizo el Sr Escrivá en su día sigue siendo más justa que el sistema vigente porque recogería buena parte de la carrera profesional de la mayoría de trabajadores, incluyendo a los que les fueron mejor las cosas a mediana edad, a los que les ha ido mejor al final y a los que les ha ido mejor siempre. Concretamente se trata de la propuesta que supuestamente en un primer momento se presentó en Bruselas y que tuvo que ser retirada debido a la presión de sindicatos y otros (ya me parezco a Pepe Álvarez con lo de “los otros”).

Según diferentes medios, la propuesta decía lo siguiente: “Se plantea ampliar el periodo de cómputo para el cálculo de la base reguladora de la pensión de jubilación, pasando de los últimos 25 años de referencia en 2022 hasta un máximo de 35 años de manera progresiva, contemplando la posibilidad de elección de los años a integrar en la base reguladora cuando se supere este umbral junto con una revisión del procedimiento de integración de lagunas”.

Un saludo a todos los pensionistas actuales y futuros, y gracias a 65YMÁS por ayudar a que todos estemos mejor informados en un asunto tan delicado como es la reforma de las pensiones.


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