Opinión

CARTAS DESDE NUESTRO BALCÓN: Una reflexión sobre los bancos de tiempo

Manuela y Juan

Sábado 13 de junio de 2020

ACTUALIZADO : Lunes 22 de junio de 2020 a las 12:35 H

4 minutos

Los Bancos del Tiempo acaban con la soledad no deseada y favorecen un envejecimiento activo

Sábado 13 de junio de 2020

4 minutos

Querido amigo que te llevamos viendo todos estos días en el balcón de enfrente de nuestra calle, y que ahora quizás no te reconocemos cuando nos cruzamos en la acera por la dichosa y necesaria mascarilla; queríamos explicarte de forma sencilla, tanto yo como mi marido Juan que está aquí conmigo a mi lado, lo que es un banco de tiempo y por qué creemos los dos que puede ser muy útil para los tiempos que se avecinan, serios para nosotros que somos mayores y también para nuestras familias, todo esto después del bicho que se ha llevado a algunos amigos nuestros y que no olvidaremos nunca; pues a pesar de todo y de parecer que ya no servimos para nada, podemos todavía construir un mundo mejor y no perder la esperanza, y es por eso por lo que queremos contarte esto.

Primero te explicamos qué es un banco de tiempo: Los bancos de tiempo son grupos de personas que se ayudan entre sí y que se ofrecen toda clase de favores –a mi me gusta a veces llamarlo “atenciones”–  y que pueden ir desde acompañar al médico a algún vecino o vecina que lo necesite, cocinar para alguien que no pueda hacerlo, acompañar al que está solo para que se sienta acompañado y seguro, hasta arreglar alguna pequeña avería en casa si fuera necesario, entre otras muchas cosas. Son siempre cosas que además de solucionarte algo concreto del día a día, suponen una ayuda que no se suele pagar en euros porque además nadie la ofrece, o bien porque no tenemos dinero para esas pequeñas cosas que a veces se nos hacen tan grandes como puede ser la soledad, o por no tener recursos suficientes si además dependemos de otras personas con las que convivimos.

Cada persona en el Banco de Tiempo tiene una cuenta donde acumula las horas que ha hecho por los demás –pues nos pagamos en tiempo por los favores que nos hacemos– y es por eso por lo que se llama banco; tenemos además una aplicación en el móvil que permite hacer esos pagos, de la misma manera que la tiene nuestro banco donde tenemos la pensión domiciliada, y en ella podemos ver nuestro saldo, en nuestro caso en horas, además de todos los favores que me pueden prestar mis demás vecinos y aparte claro de los que yo puedo prestar a los demás y que ellos podrán ver y algún día pedirme un favor. Y si no tengo móvil o ya está muy cascado, nos permiten pagar con las chequeras de antes de los bancos pero adaptadas a nosotros, en papel de toda la vida; eso sí, yo me esforcé por aprender y encontré una chica joven del banco de tiempo que me enseñó a manejar la aplicación por el móvil y allí me lancé hasta ahora, que la utilizo mucho y casi tanto como el guasap que también aprendí a usarlo con ella (le pagué 2 horas de mi tiempo a la pobre, que paciencia tuvo....). Juan está todavía en ello, es algo más torpe que yo.

Y además en esta economía rara entre vecinos que hacemos entre todos parece que la palabra esa tan fea de parado no existe, porque puedes hacer de todo y además formarte para una futura profesión, incluso te diría que creamos nuevas profesiones, muy necesarias además, como los acompañantes de los niños al cole, los agricultores urbanos que cultivan en macetas y alcorques, los cocineros ocasionales, los reparadores o ñapas que arreglan cualquier cosa, los guías turísticos vecinales ocasionales, los dinamizadores de azoteas y balcones, los historiadores de nuestro barrio que recogen las vivencias de los vecinos en video, los recicladores que ayudan a mantener al barrio en condiciones, los maestros digitales y cara a cara, los hacedores de sueños.... la verdad que no paramos, y creo que para los jóvenes que no tengan empleo puede ser una oportunidad de aprender uno, yo me estoy pensando hasta enseñar lo que yo hacía cuando trabajaba, que era ser cocinera en un colego, y de eso se puede todavía vivir... 

Y creo que con esto te hemos explicado algo más de lo que es un banco de tiempo ¿verdad? Te contaría muchas mas cosas porque yo estoy entusiasmada con el banco de tiempo de mi barrio, que es para resumirlo mucho como una gran familia en la que puedes apoyarte y tú dar apoyo a los demás, para ser así todos un poco más felices. Y es como volver al campo o al pueblo de nuestros padres y abuelos donde todo el mundo se ayudaba, pero ahora en la ciudad.... ¡menudo lujo! 

Y espero que ahora con la desescalada podamos algún día reconocernos en la calle y tomarnos un café juntos. En próximas cartas, querido vecino de balcón, te contaremos más cosas del banco de tiempo de mi barrio.

 


Firmado, Manuela y Juan:

Manuela y Juan son vecinos del Barrio de Las Letras en Madrid, pero también pueden ser vecinos de cualquier barrio de cualquier ciudad de España.

Manuela y Juan han contado para escribir esta carta con la ayuda de los responsables del Banco de Tiempo de Las Letras en Madrid, si quieres más información del banco de tiempo puedes escribirles al correo electrónico  btiempolasletras@adbdt.org, o bien puedes llamarles o mandarles un mensaje al teléfono 626 988 706.

Sobre el autor:

Manuela y Juan