Francisco Carreño es el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Bullas desde hace 12 años. Nació el año 1959 en Murcia y actualmente reparte su tiempo entre la capital de la Región de Murcia y la localidad de Cehegín, donde tiene sus viñas, uno de los cinco municipios que junto con Bullas, Mula, Pliego y Ricote forman parte de la DOP Bullas. Ha sido profesor, durante más de 35 años, de la Universidad de Murcia en la Facultad de Ciencias Económicas. Se dedica al vino desde siempre porque es una tradición que le viene de familia. De hecho, el imprescindible Museo del Vino de Bullas era la antigua bodega familiar de los Carreño y además es presidente de la Cooperativa Vinícola de Nuestra Señora del Rosario, la principal bodega por historia y volumen de producción de la DOP Bullas.
PREGUNTA: ¿Imagino que la cultura del vino en Bullas es la consecuencia natural de una herencia milenaria?
RESPUESTA: Efectivamente. De hecho, en nuestra bodega uno de los vinos de alta gama que tenemos se lla '3.000 años' porque en Bullas hay restos del cultivo del viñedo que se remontan a esa fecha. La relación de Bullas con el vino es sentimental, genética, social, medioambiental y económica
P.: Tengo entendido que a principios del siglo XX el asociacionismo fue el germen que hizo nacer en Bullas dos grandes cooperativas vinícolas que modernizaron totalmente el sector…
R.: Así es. El papel de las cooperativas está aún pendiente de que realmente se le de la dimensión y la importancia que han tenido y que merecen. La mejora de la calidad de los vinos en España no podría haber existido sin el concurso de las cooperativas y mucho del entramado que se ha ido creando en las Denominaciones de Origen y las Rutas del Vino se debe a las cooperativas porque forman la estructura que ha estado durante mucho tiempo lidiando con el territorio, el cultivo y la elaboración del vino. En Bullas, nuestra cooperativa tiene más de cien años y es de las más antiguas de España.
P.: De la excelencia de los vinos de Bullas da fe el hecho de que, aunque la DOP se le otorgó en 1994, ya en 1935 el Ayuntamiento solicitó el reconocimiento de la Denominación de Origen pero la Guerra Civil lo paralizó todo…
R.: Exactamente. Pero yo creo que la figura de la Denominación de Origen es poco conocida al igual que el papel que han venido cumpliendo y que cumplen. Nació en defensa del consumidor, para garantizar una trazabilidad y dar una garantía del producto que, en el caso del vino, es muy importante porque si queremos ligar el vino a unas características de territorio, variedad, clima... lógicamente hay que limitar la demarcación. Y las Denominaciones de Origen, a pesar de haber pasado por muchas fases, han sido reconocidas y son una herramienta importante contra el intrusismo y la gente que no quiere someterse a la marca pero sí aprovecharse del plus que supone su nombre, algo que sobre todo pasa en las marcas pequeñas, modestas, como Bullas, que son la gran mayoría de las DO españolas. Las grandes son pocas y sin embargo puede haber 50 o 60 del tamaño de Bullas.
P.: ¿Cuál es la situación, el posicionamiento de los vinos DOP Bullas en el mercado español y en el internacional?
R.:Depende del escenario que se dibuje sobre lo que es y lo que podía ser. Muy buena, Nos anima mucho el que creemos que el potencial de nuestros vinos es muy elevado y que ahí está la apuesta decidida de mucha gente desde hace tiempo por cuidar la marca. El esfuerzo ha sido titánico porque hay que tener en cuenta de donde partimos, de que las bodegas del sureste de España eran de graneles que se comercializaban fácilmente, no había que preocuparse de desarrollar marcas y demás, pero ese esfuerzo ha valido la pena. Llegó un momento en que nos dimos cuenta de que si no desarrollamos marca no había futuro porque ese mundo está copado por muy pocas empresas muy grandes y vimos que si realmente confiábamos en lo que teníamos en nuestras manos, la uva autóctona, la Monastrell, teníamos que apostar por ella, teníamos que apostar por la calidad. De esta forma nos dedicamos a mejorar nuestros vinos y lo estamos consiguiendo como demuestran los reconocimientos que recibimos y la opinión de los consumidores a pesar de que la competencia es tremenda. Y por lo que al mercado exterior se refiere, los hechos demuestran que que la DOP Bullas está teniendo muchísimo reconocimiento.
P.: ¿El secreto del éxito de los vinos de Bullas está en la Monastrell?
R.: Yo creo que, como tantas marcas y variedades de uva autóctonas grandes desconocidas, hay una doble explicación para la mejora de los vinos. Por un lado la mejora en la elaboración desde el punto de vista técnico. Casi todas las bodegas tienen ya la tecnología en frío. Y por otro lado algo que no se valora tanto pero que resulta imprescindible y es el cuidado de la materia prima, de la uva. No tiene nada que ver como se trata ahora a como se hacía antes. Bodegas y cooperativas hacen un seguimiento desde la parcela, del nivel de maduración, de la fecha de vendimia... Cuando la uva llega se conoce perfectamente lo que entra y esto ha supuesto un cambio total con lo anterior y un cambio para mejorar la calidad de nuestros vinos.
P.: ¿Influye que su maduración es lenta y tardía comparada con variedades tintas como la Tempranillo, Cabernet Sauvignor, Merlot o Syrah?
R.: Sobre esto hay muchas opiniones. La gran riqueza de España es su diversidad, en cada rincón hay viñas adaptadas que, bien elaboradas y cuidadas, dan cosas muy buenas y muy diferentes. Y si eres capaz de comunicar eso en los mercados puedes conseguir el éxito. El caso de la Monastrell es muy claro, es una variedad muy bien adaptada a territorios muy difíciles, semiáridos, porque aquí llueve poco, la climatología es la que es, y es un producto perfectamente adaptado. Ahora, el reto que tenemos con el cambio climático es que seguramente tengamos que ir desplazándonos a alturas mayores para intentar combatir las etapas de calor y sequía, aunque nosotros tenemos la suerte de tener viñas en zonas más altas. La DOP Bullas es de zonas montañosas rodeadas de pinos y con unas características muy especiales.
P.: Después de probar los vinos de Bullas, mi pobre opinión es que son suaves pero con gran cuerpo, pero ¿cómo los definiría el presidente de la DOP?
R.: Has acertado de pleno. Efectivamente, no es una cuestión de grados sino del cuerpo de la variedad, de la sensación de masticar el vino, de llenarte la boca... nuestros vinos gustan, se piden durante una comida y terminas comiendo todo el tiempo con la Monastrell, que es una uva muy golosa y realmente tiene ese cuerpo del que hablas y que es su elemento diferencial. E insisto que mucha gente confunde el cuerpo con el alcohol, pero no es así, son las características propias de la variedad.
P.: ¿Cuántas bodegas hay en Bullas?
R.: En la actualidad somos doce, pero es curioso que haya proyectos nuevos de gente de fuera que prueba este vino, que ya se va conociendo bien, y que se prendan del paisaje y apuestan por organizar actividades turísticas en la Ruta del Vino de Bullas.
P.: ¿Qué representa el enoturismo para Bullas?
R.: Nosotros empezamos con el enoturismo hace ya casi dos décadas. Las suerte de la Región de Murcia es que tenemos tres DOP, Bullas, Jumilla y Yecla, y tres Rutas del Vino. Es algo que funciona muy bien porque hemos conseguido ir ampliando, tanto municipios como instituciones, y el enoturismo en la DOP Bullas empieza a ser una actividad turística a tener en cuenta en una Región en la que hasta ahora estaba muy centrada la actividad turística hacia la costa. Ahora que tanto se habla de la necesidad de diversificar, se asocia este turismo de interior con el de naturaleza, el religioso y el enoturismo y, sobre todo, tiene la gran ventaja de que el enoturismo eleva mucho el ratio de gasto por habitante
P.: ¿Cuáles son las principales labores del Consejo Regulador de la DOP Bullas?
R.: Como todas las figuras que gozan del máximo nivel europeo de protección, de amparo superior, que existe, con la DOP de nuestro producto, nuestra función es doble. Por un lado defender la marca y asegurar la trazabilidad y garantía del producto y por otro lado su promoción. Cada vez participamos en más proyectos europeos para cumplir estos objetivos y desarrollamos actividad y fijamos empleo.
P.: ¿Cuáles son los objetivos del Consejo para el futuro más inmediato?
R.: Seguir defendiendo la marca. Desgraciadamente, como consecuencia de que ya se conoce a Bullas hay gente que quiere hacer una competencia desleal y tenemos que estar muy atentos. En este sentido hemos hecho convenios con la Guardia Civil y también con Consumo para vigilar los posibles fraudes. Y por lo que se refiere al tema de la promoción estamos avanzando mucho porque hemos conseguido juntar las ocho Denominaciones de Origen de la Región de Murcia para crear una asociación que es Origen Murcia y estamos trabajando conjuntamente, lo que está produciendo muchas sinergias. También tenemos otro proyecto muy interesante y es que las seis denominaciones Monastrell que tenemos en el sureste de España, que representan el 95% de la Monastrell del mundo, Bullas, Jumilla y Yecla en la Región de Murcia, Almansa en Castilla La Mancha y Alicante y Valencia en la Comunidad Valenciana, hemos creado la Asociación Monastrell España para promocionar esta uva en el mercado nacional y también en el extranero y dar a conocer las características de una variedad que genera vino de calidad, como demuestran los reconocimientos y premios que recibimos, y que está claramente en auge.
P.: Para terminar, ¿cómo se presenta la añada de 2022?
R.: Realmente bien, empezamos primero con la Garnacha y las blancas. Desde el punto de vista de la calidad el resultado es realmente magnífico y por lo que al rendimiento se refiere creo que vamos a sufrir bastante menos que otras zonas más afectadas por el calor y la sequía porque curiosamente en la Región de Murcia llovió bastante durante toda la primavera y las viñas han llegado muy bien a septiembre y, salvo excepciones, esperamos rendimientos iguales a los del año pasado.
Sobre el autor:
Antonio Castillejo
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.