Este pollo a la cerveza es una receta sencillísima, pero con la que quedarás como todo un chef. Se trata de un plato muy tradicional, una de esas recetas con las que nuestras madres conseguían que hasta rebañásemos el plato. Y tú también lo conseguirás, sobre todo, si lo acompañas con unas patatas. En este caso las hemos incorporado al guiso, pero puedes prepararlas fritas. ¡Adapta la receta a tus gustos!
Para hacer este guiso, lo primero que debes hacer es limpiar el pollo de restos de grasilla e impurezas. Quitar o no la piel, depende de tus gustos. Ten en cuenta que es la parte que más grasa tiene, de modo que, si quieres una receta más ligera, retírala. Una vez limpio, salpimiéntalo.
Vamos ahora con las verduras. Pela la cebolla y pícalas en brunoise fina, es decir, en daditos tan finos como puedas. Los ajos déjalos enteros, sin pelar, pero dales un corte o bien cháfalos ligeramente con el envés de un cuchillo.
Pela las patatas, lávalas y cháscalas en trozos pequeñitos. Chascar las patatas significa partirlas en trozos pero rompiéndolas y no cortándolas con el cuchillo. La mejor manera de hacerlo es sujetar la patata con una mano y con la otra, ir haciendo incisiones con el cuchillo pero a medio corte, levantar un poco el cuchillo para que se rompa. El motivo de trocear así la patata es que cuando se rompen, las patatas desprenden más su almidón, y esto ayudará a que el caldo de este guiso de pollo a la cerveza espese de forma natural.
Acerca una cacerola al fuego con un hilito de aceite de oliva virgen extra. Cuando tenga temperatura, incorpora el pollo y sofríelo durante unos minutos, hasta que se vaya cambiando de color por todos los lados.
A medida que vaya estando listo, ve sacando los trozos de pollo a un plato aparte.
En el mismo aceite, incorpora la cebolla picada y los ajos. Sofríe durante 5 o 7 minutos a fuego suave, para que la cebolla se vaya pochando despacito.
Cuando la cebolla comience a transparentar, incorpora las patatas, dale una vuelta a todo el sofrito y cocina un par de minutos más. Pon a punto de sal y pimienta negra recién molida.
Pasado este tiempo, incorpora de nuevo los trozos de pollo y todo el jugo que hayan soltado. En este momento, añade también las hojas de laurel, el tomillo y la cerveza. Sube el fuego para que hierva a borbotones y se evapore el alcohol. Una cerveza rubia normal irá perfectamente, pero si quieres un toque gourmet, elije una cerveza de color oscuro tipo stout.
Pasados 5 minutos de cocción fuerte, incorpora el caldo de ave y, cuando vuelva a cocer, deja cocer tu pollo a la cerveza despacito durante 30 o 35 minutos. En el último minuto, añade un puñado de piñones (los puedes sustituir por unas almendras picadas).
Sirve tu pollo a la cerveza bien calentito.
