Que lo mejor para nuestra salud es ingerir alimentos frescos es una máxima que a estas alturas todos sabemos. Así, en una buena rutina de alimentación equilibrada, lo más recomendable es evitar aquellos alimentos congelados que no aportan nada bueno al organismo, especialmente cuando se trata de la nutrición de las personas mayores.
Vaya por delante que nos referimos a productos en la mayoría de los casos ya preparados y que compramos así en el supermercado, no a esas raciones de una buena comida casera que nos ha sobrado y queremos guardar en el congelador para otro día.
En palabras de la Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid (@Codinma_DN), una cosa es congelar alimentos naturales con lo que se mantienen los valores nutricionales, así como la frescura y sabor de esos productos. Y otra apostar por comidas preparadas congeladas que "contienen mucha grasa, aditivos y sal, así como conservantes y calorías, por lo que no es aconsejable nutricionalmente". Este es el consejo de estos especialistas sobre los peligros de abusar de estos productos congelados: aumento de la obesidad y del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
En la lista de alimentos que es mejor que una persona mayor evite podemos mencionar todo lo que sea comida ya precocinada o preparada y que solo necesita un golpe de calor para poder llevarlo a la mesa. Nos referimos a la amplia variedad de pasta, arroz o preparados con carne y verduras en formato frío. En la mayoría de los casos se trata de platos ultraprocesados donde la grasa y la sal abundante forma parte de su lista de ingredientes.
Lo mismo que si se trata de postres o bollería congelada como churros a los que les tienes que dar el toque final en tu casa.
Y si te apetecen unas croquetas, unas hamburguesas o un plato de patatas fritas (una vez al año no hace daño si no tienes contraindicado este picoteo) lo mejor es no echar mano de los que ya vienen preparados y congelados en grandes bolsas y optar por hacer nuestras propias recetas con ingredientes más sanos y naturales y con la medida justa de sal, azúcar o aceite.
Si por el contrario quieres congelar alimentos o platos ya preparados de forma natural y casera, también es importante que no olvides una serie de premisas para que ese proceso se haga con las mayores garantías en cuanto a la seguridad alimentaria: