Alimentación

¿Cuántos tipos de sal conoces?

Lola Santos

Foto: Pixabay

Viernes 15 de mayo de 2020

4 minutos

Cada tipo de sal tiene un uso en la cocina según sus propiedades

¿Cuántos tipos de sal conoces?
Lola Santos

Foto: Pixabay

Viernes 15 de mayo de 2020

4 minutos

La sal es un ingrediente básico que no falta en nuestros platos. Básicamente, la empleamos para condimentar nuestros platos y potenciar sus sabores, además de como conservante para alimentos en salazón. Actualmente, en el mercado podemos encontrar distintos tipos de sal, cada uno con unas propiedades que confieren un sabor especial a nuestros platos. Vamos a conocer algunos de ellos.

La sal fina de mesa o sal común es la que utilizamos normalmente para condimentar nuestros platos. Es sal refinada e industrial, molida hasta crear cristales muy pequeños, que puede tener varios orígenes y que se depura hasta dar una alta proporción de cloruro sódico.

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La sal marina sin refinar se obtiene por la evaporación del agua del mar y los métodos para conseguirla pueden ser tradicionales o industriales. No pasa por ningún proceso de refinado por lo que el tamaño del grano es mayor. Es idónea para condimentar pescados, carnes y todo tipo de alimentos preparados en la plancha. Esta sal es rica en sodio, calcio, magnesio y manganeso. Aunque no lleva aditivos artificiales, sí puede contener yodo por su origen marino, por ejemplo, de restos de algas.

La flor de sal también es de origen marino. Se extrae de la capa que se forma en la superficie de salinas naturales, donde se dejan secar los charcos de agua de mar. Su textura es ligeramente húmeda y es muy utilizada en la cocina para finalizar los platos con un toque distinto, por su forma de cristales planos y al ser crujiente. Un ejemplo de este tipo de sal es la sal inglesa Maldon, que procede del estuario del río Blackwater. Se obtiene siguiendo un proceso artesanal y muy laborioso, que da como resultado unos cristales en forma de escamas.

Otro tipo de flor de sal es la procedente del Himalaya. Se trata de una sal que se obtiene de una roca. Se recoge en los estratos ecológicos sedimentarios, que son restos de un océano de hace 200 millones de años. Es una sal de gran pureza con un característico color rosa, debido a su contenido en hierro, magnesio y calcio. Su sabor es ligeramente más amargo y es perfecta para sazonar ensaladas y pescados.

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Sales aromatizadas y con aditivos

Algunas sales se obtienen tras añadirle algún tipo de condimento o pasan por un proceso de elaboración para conferirle un sabor especial. Es el caso de la sal ahumada, que ha pasado por un proceso de ahumado, para darle un sabor más intenso que la hace ideal para marinar o ahumar pescados.

La sal yodada es de textura y sabor muy similar a la sal común a la que se añade yoduro potásico. Está recomendada en dietas que necesiten un aporte extra de yodo, mineral esencial para mantener una buena salud, y podemos emplearla como sal de mesa.

La sal negra es una sal que se mezcla con carbón vegetal activo, lo que le confiere ese color negro, y se utiliza como elemento decorativo en muchos platos.

Además, existen otras sales aromatizadas creadas a partir de hierbas aromáticas, setas, guindillas, cítricos, jengibre, etc. Este tipo de sales se utilizan para dar un acabado diferente a nuestros platos.

Uso moderado de la sal

La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo de sal máximo de cinco gramos por día. Sin embargo, los españoles consumimos casi el doble de esa cantidad, según datos de la AESAN.

Así pues, todos los tipos de sal que hemos comentado se deben consumir con moderación, ya que el exceso de socio se asocia a problemas para el organismo. Y siempre, las sales con menor grado de refinamiento o sin refinar, como la sal marina sin refinar, por ejemplo, son mejores opciones por aportar más minerales.

Sobre el autor:

Lola Santos

Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.

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