El olor corporal suele ser bastante molesto e incómodo para muchas personas. Si ese olor además procede de una zona íntima puede llegar a crear situaciones de inseguridad incluso. Por ello, vamos a tratar de darte algunas pautas para llevar a cabo una higiene íntima adecuada y tratar de evitar este problema.
El olor procedente de la zona íntima puede ser resultado de una higiene incorrecta (falta o exceso), o bien puede tener otras causas como:
El mal olor también puede ser resultado de unos malos hábitos alimenticios, cambios hormonales, exceso de sudoración en la zona o el uso de ropa ajustada o sintética, entre otros factores.
Para el cuidado de esta zona es recomendable utilizar geles específicos para evitar irritar la zona, resecar o alterar el pH normal, conservando nuestra protección natural.
A pesar de una higiene correcta, es importante resaltar que la zona genital presenta de manera natural cierto olor. No obstante, existen en el mercado desodorantes íntimos, cuyo uso está recomendado en algunos casos para neutralizar el olor y refrescar la zona, aunque es importante señalar que el desodorante íntimo también podría llegar a modificar el pH de la zona, por lo que no se debe abusar.
Existen en formato aerosol, crema o en polvo, los cuales se pueden aplicar sobre la zona íntima directamente o sobre la ropa interior. Hay para hombres y mujeres y, además ayudar a controlar la sudoración excesiva, especialmente en aquellas personas que realicen trabajos de mucho esfuerzo físico o pasen muchas horas sentados, sirven para hidratar y suavizar la zona.
Es conveniente evitar desodorantes íntimos que contengan aromas, perfumes, parabenos o alcohol.
Es preferible utilizar ropa de algodón, ya que esta favorece la transpiración. Las prendas que no transpiran pueden provocar humedad en la zona, facilitando que se multipliquen los hongos y generando una infección.
Además, de una ropa adecuada, es recomendable lavar la zona después de mantener relaciones sexuales, no depilar la zona en exceso, limpiar de adelante hacia atrás, realizar solo lavados de la zona externa y no utilizar esponjas.
En esta etapa de nuestra vida se produce una disminución del flujo vaginal, un aumento del pH y cambios en la mucosa vaginal que podrían producir infecciones.
La sequedad, además de provocar incomodidad y picor, puede alterar la función protectora de la piel, favoreciendo la aparición de infecciones u otras molestias.
Recuerda que el olor en la zona íntima puede ser controlado con buenos hábitos de higiene. Pero si pese a todo, sigues observando un olor incómodo en tu zona íntima o molestias, nuestro principal consejo es que acudas al especialista para averiguar su causa y descartar patologías que requieran tratamiento.