Violeta Qi
Salud
Disfunción eréctil sénior: puede afectar hasta al 45% de hombres entre 40 y 70 años
Esta disfunción podría ser una manifestación temprana de enfermedad cardiovascular

La disfunción eréctil es la incapacidad persistente para lograr o mantener una erección suficiente para una relación sexual satisfactoria. Afecta a alrededor del 10% de los hombres y puede llegar al 45% entre los varones entre los 40 y 70 años.
Esta disfunción podría ser una manifestación temprana de enfermedad cardiovascular, según advierte la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI @SERVEISoc).
El doctor Juanma Pulido aclara que las causas “son diversas debidas a la complejidad fisiológica de la erección, que involucra factores vasculares, neurológicos, hormonales y psicológicos” y recuerda la estrecha relación con la enfermedad cardiovascular y sus factores de riesgo (edad, hipertensión, diabetes, tabaquismo, etc.).
Por eso conviene consultar pronto: la disfunción “podría ser una manifestación temprana” de problemas vasculares y, aunque a veces sea leve, “afecta a la salud física y psicológica y tiene una repercusión importante en la calidad de vida, tanto de quienes la sufren como de sus parejas y familias”, avisa el doctor Pulido.

Tratamiento de la disfunción
Hasta la fecha, el tratamiento de la disfunción eréctil ha pasado por diferentes fases, desde enfoques psicológicos hasta tratamientos médicos y quirúrgicos. “Inicialmente, el abordaje se enfocaba en terapias puramente psicológicas (ansiedad y estrés...) y de pareja (relación), pero durante las dos últimas décadas la introducción de los inhibidores de la fosfodiesterasa-5 ha marcado un avance significativo en el tratamiento médico de la disfunción eréctil”, explica el doctor Juanma Pulido.
El experto, no obstante, matiza que hasta un 50% de los pacientes pueden experimentar tasas de respuesta subóptimas, por lo que también existen otras alternativas de tratamiento, entre ellas las inyecciones con vasodilatadores, la cirugía para reparar vasos sanguíneos, la ligadura quirúrgica de vena dorsal del pene, los tratamientos endovasculares o el implante de prótesis.
En problemas arteriales se realiza arteriografía y se tratan estenosis u oclusiones mediante angioplastia y/o stents. En fugas venosas, las pruebas (ecografía, cavernosografía-CT, cavernosografía dinámica) permiten confirmar el diagnóstico “que permiten observar las fugas venosas y confirmar el diagnóstico para poder planificar correctamente el tratamiento, que consiste en la embolización u oclusión de las fugas”.
Estos procedimientos, al ser mínimamente invasivos, reducen riesgos y dolor y acortan la recuperación. “Además estos tratamientos pueden llegar a ser más económicos y en algunos casos más efectivos que otras opciones quirúrgicas, por ejemplo la ligadura venosa; y en pacientes jóvenes puede ser un paso previo a tener que implantar una prótesis”.